"La confrontación política tiene espacios y el Interterritorial no lo es"

Mónica García acaba de cumplir dos años al frente de la cartera de Sanidad. Ahora, aún con la sombra de la crisis de los cribados en Andalucía y con la pugna con la Comunidad de Madrid por no crear el registro de médicos objetores al aborto todavía candente, la ministra hace balance de esta primera mitad de legislatura en una nueva edición del Café de Redacción. 

Café de Redacción con la ministra de Sanidad, Mónica García.

Durante el encuentro organizado Redacción Médica, que ha contado con la colaboración de BeOne y Gilead, García también ha reflexionado acerca de la tensión entre fuerzas políticas y ha avanzado nuevas pistas sobre el futuro protocolo contra la gripe. La formación profesional, el Estatuto Marco y la Ley del Medicamento han sido otros de los grandes temas a tratar.

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Recientemente, ha cumplido dos años al frente del Ministerio de Sanidad. ¿Qué balance hace de esta primera mitad de la legislatura?

En estos dos años hemos hecho un trabajo ingente. Hemos llevado más de 120 iniciativas al Consejo de Ministros. Se han impulsado estrategias de Salud Pública como el Plan de Atención Primaria, el Plan de Salud Mental o el Plan de Prevención contra el Suicidio. Hemos aprobado diferentes leyes, algunas de ellas con muchos años de retraso, como la Ley del Tabaco, la Ley del Medicamento, la Ley de Alcohol y Menores y la Ley de Universalidad. Además, hemos hecho muchísimo trabajo en lo que al Consejo Interterritorial se refiere. Hemos alcanzado más de 70 acuerdos en más de 20 Consejos Interterritoriales, que nos permiten seguir avanzando. Entre ellos se incluyen la Estrategia de Ciberseguridad, la de Inteligencia Artificial y la Comisión de Recursos Humanos. En estos dos años también hemos participado en la transferencia de fondos, no solo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, sino también en los distintos avances que hemos logrado para que nuestra sanidad cuente con un presupuesto finalista, centrado en las cuestiones que consideramos imprescindibles y necesarias.

Mónica García, ministra de Sanidad.

Han sido dos años muy productivos, pero siempre quedan más cosas por hacer que las que hemos hecho. Espero que podamos terminar la legislatura sacando adelante muchos más proyectos e iniciativas que mejoren nuestro sistema sanitario.

La crisis de los cribados y el blindaje del derecho al aborto han sido dos de los temas más polémicos de las últimas semanas. ¿Cree que van a tener un final feliz antes de que acabe el 2025?

Creo que son dos temas que se han puesto encima de la mesa y que, en mi opinión, ya estaban superados. Sobre el derecho al aborto de las mujeres, existe un consenso social plenamente consolidado en nuestra sociedad, y solo una minoría muy reaccionaria lo pone en duda. Por otro lado, en el tema de los cribados, hay que tener en cuenta que, más allá de la negligencia ocurrida en Andalucía, todas las comunidades autónomas están trabajando para centrar nuestra labor política y sanitaria en la prevención. Siempre se habla de poner la prevención en el centro, de situar a los pacientes en el centro, pero contamos con pocas herramientas.

Para el cáncer solo tenemos ahora mismo tres cribados con evidencia científica suficiente para realizarlos de manera poblacional: cérvix, colon y mama. Desde el Ministerio de Sanidad consideramos que la transparencia y la información, como en cualquier disciplina científica, deben estar en el centro para poder hacer un buen diagnóstico y plantear soluciones. Hay que recordar que tuvimos un bloqueo por parte de las comunidades del Partido Popular, que no era un bloqueo al Ministerio de Sanidad ni una estrategia contra el Gobierno de España, sino un bloqueo contra la transparencia y contra la confianza que deben tener los ciudadanos y ciudadanas en los programas de cribado. Programas que llevan años instaurados, cuentan con evidencia científica muy sólida y se están realizando pese a todas las dificultades.

Mónica García en el Café de Redacción Médica.

El cribado de cáncer de mama, por ejemplo, es uno de los que las mujeres consideramos parte de nuestro propio cuidado dentro del sistema sanitario. La Medicina no siempre ha puesto a las mujeres en el centro; de hecho, existen numerosos sesgos de género en la práctica clínica. El cribado de cáncer de mama ha sido una conquista y, por eso, cuando se puso en duda en Andalucía y luego en otras comunidades, creo que hubo una reacción clara de la población y, sobre todo, de las mujeres en defensa de esa conquista, que es sanitaria, pero también social.

Un instante de Mónica García en el plató de Redacción Médica

Después del último Consejo Interterritorial, se mostró confiada en aprobar el miércoles, tras la Comisión de Salud Pública, el nuevo protocolo de la gripe. ¿Qué novedades trae?

Existe un procedimiento que es común en todas las comisiones. Hay una directora general y todas las comisiones que dependen del Consejo Interterritorial,- la Comisión de Recursos Humanos, la Comisión de Salud Pública y la Comisión de Cartera-, realizan un trabajo técnico ingente con todas las comunidades autónomas. Cuando se publica un protocolo, unas recomendaciones o cualquier documento, no es un trabajo del Ministerio de Sanidad en solitario: es fruto del trabajo conjunto de los técnicos y técnicas de las comunidades autónomas en consonancia con el Ministerio. El año pasado ya se había alcanzado un protocolo, pero las comunidades del Partido Popular decidieron vetarlo y bloquearlo. Supongo que antepusieron un criterio político por encima del criterio técnico con el que normalmente trabajamos, porque debo decir que, una vez que estamos en el Consejo Interterritorial y se cierran las puertas, trabajamos desde la perspectiva técnica, apoyados en la evidencia científica y siempre poniendo al sistema sanitario y a los pacientes en el centro. Eso no se consiguió el año pasado.

Este año, habiendo trabajado muchos años en el hospital, me sigue pareciendo increíble que no hayamos podido aplicar todas las medidas de previsión o prevención antes de que la curva suba. Porque eso se traduce en un mayor colapso sanitario y una mayor saturación de nuestros servicios. El año pasado, por ejemplo, murieron 3.300 personas por virus respiratorios, 1.800 de ellas por gripe. Creo que son cifras a las que no podemos acostumbrarnos.

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"Lo que busco es un protocolo común que genere confianza"

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Desde el PP acusaron al Ministerio de buscar el enfrentamiento con las CCAA y dejaron la incógnita sobre su aprobación. ¿Cree que se aprobará?

Aquí no hay confrontación. Cuando algún consejero afirma que busco el enfrentamiento, no es así: lo que busco es un protocolo común que genere confianza y que permita que, de una vez por todas, la ciudadanía crea en sus instituciones para minimizar las consecuencias de una epidemia que sabemos que llega todos los años en las mismas fechas. Sabemos lo que hay que hacer, y son tres medidas básicas que aprendimos durante la pandemia: contención, vacunación y protección de las personas más vulnerables. Hagámoslo.

Y, sobre todo, lancemos un mensaje claro: más allá de la confrontación y de la arena política, podemos ponernos de acuerdo en la evidencia científica y en cuáles son las medidas necesarias para doblegar esa curva. Lo aprendimos en la pandemia y creo que necesitamos que los consensos en salud pública vayan más allá de la confrontación política.

Uno de los mayores ejemplos de la tensión que parece existir, no sé si también en las reuniones a puerta cerrada, fue el 'plantón' de los consejeros del PP en un reciente Interterritorial celebrado en Zaragoza. ¿Cómo se viven este tipo de situaciones?

La primera vez que acudí a un Consejo Interterritorial, lo primero que dije fue: “Vamos a intentar que esto, de puertas adentro, sea lo más parecido a una sesión clínica, en la que pongamos en el centro los intereses de la ciudadanía; luego, fuera, que cada uno haga lo que quiera.” Muchas veces, en las sesiones clínicas de un hospital, no estamos de acuerdo ni en el diagnóstico ni en los tratamientos, pero al final, en aras de mejorar la situación del paciente o del servicio, acabamos llegando a un consenso mínimo.

La confrontación política ya tiene sus espacios. No hay que confundir lo que es una asamblea, un parlamento, el Congreso o el Senado con el Consejo Interterritorial, que es un espacio de trabajo y de cooperación. Allí, los consejeros y consejeras no acuden con la gorra de su partido, sino con la de su responsabilidad hacia la salud de los ciudadanos de su territorio. Cuando se quitan la gorra del partido y se ponen la de responsables de sanidad, trabajamos muy bien. Fruto de ello son esos más de 70 acuerdos y los más de 20 consejos interterritoriales en los que hemos alcanzado acuerdos fundamentales.

Lamentablemente, estamos en un momento en el que las buenas noticias no tienen el mismo peso que las malas. La noticia de que los consejeros del Partido Popular se levantaron de un Consejo Interterritorial sin debatir ninguno de los puntos que llevábamos meses trabajando, y con la única excusa de que no querían dar los datos de los cribados, hace un flaco favor al ejercicio de la política y a la responsabilidad que, como gestores de la salud, debemos a la ciudadanía. Aun así, en la siguiente reunión rectificaron y fuimos capaces de ponernos de acuerdo en algo tan básico como dar transparencia y trazabilidad a los programas de cribado.