Mónica García, ministra de Sanidad.
El
examen MIR es un momento crucial para los futuros médicos que trabajarán en el
Sistema Nacional de Salud. Bien lo sabe
Mónica García, ministra de Sanidad, quien ha avanzado dos novedades que traerá consigo la próxima convocatoria durante el
Café de Redacción Médica, celebrado en la sede del periódico con la colaboración de BeOne y Gilead.
Por un lado, la ministra ha avanzado que "una de las novedades para el examen MIR del año que viene es que las personas que se hayan presentado podrán tener una
plantilla de respuestas justificadas y con su evidencia científica". Además, Sanidad, junto con las comunidades autónomas y las sociedades científicas elaborarán un "
temario claro" que evite las actuales "inequidades". En este fragmento de la entrevista, García también pone el foco en otras cuestiones como la actualización de los programas formativos, el acceso a una plaza fija por vías alternativas a las OPE, la autogestión de bajas o en la financiación de la Ley ELA.
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Café de Redacción con la ministra de Sanidad, Mónica García.
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Ha comentado la excepcionalidad del sistema MIR en España. Aún así hay posibles mejores del sistema sobre la mesa. Se ha planteado, por ejemplo, cambiar la fecha del MIR para que no haga falta un año de preparación del examen y se celebre más cerca del fin del grado. También los decanos han planteado la posibilidad de valorar las actitudes y habilidades. Además, se ha propuesto dar más competencia a los MIR para descongestionar un poco el Sistema Nacional de Salud (SNS). ¿Valoran alguna de estas medidas?
Los MIR, según van avanzando en los años de formación, van adquiriendo plenas competencias. De hecho, una de las discusiones que hemos tenido con las comunidades autónomas, cuando llega el verano, es si los R4 o los R5 tienen capacidad para asumir el trabajo ya de un adjunto. Y claro que la tienen, porque así lo pone en sus planes formativos.
Sobre las fechas del MIR siempre hay discusión a la hora cuadrar. Lo más importante es regular, y que todo el mundo conozca, el procedimiento. Ya hemos hecho varios avances, por ejemplo, retomar su carácter presencial porque considerábamos que era fundamental. Sí quiero avanzar que una de las novedades para el examen MIR del año que viene es que las personas que se hayan presentado podrán tener una plantilla de respuestas justificadas y con su evidencia científica detrás, para que la gente pueda ir avanzando.
Otra de las demandas de los estudiantes y de las organizaciones profesionales es que haya un temario claro y que sea el Ministerio de Sanidad, junto con las comunidades autónomas y las sociedades científicas, quienes lo marquen. Porque esa falta de temario es la que está haciendo que haya esas inequidades, por ejemplo, entre los que se pueden pagar o no una academia.
Ese temario y esa evaluación científica de las respuestas de las preguntas van a dar todavía más calidad y más robustez a nuestro sistema MIR.
Mónica García, ministra de Sanidad.
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Pregunta de Mónica Rodríguez, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Interna: Hablando de leyes obsoletas, tenemos POES (
Programa Oficial de Especialidad)
de más de 20 años en muchas especialidades. ¿Cómo se puede agilizar su renovación, sobre todo de aquellos que no implican más años ni más gasto?
Estamos absolutamente a favor y vemos necesario el reconocimiento de subespecialidades, pero no creemos que tenga que ser generando nuevas especialidades que fragmenten y anatomicen un Sistema Nacional de Salud abocado a atender una población envejecida y crónica que requiere, sobre todo, especialidades troncales. Lo que tenemos hoy en día son Áreas de Capacitación Específica (ACEs), pero con limitaciones. ¿Apostáis por retomar y poner en marcha las ACE o algún otro sistema similar al de algunos países europeos para dar respuesta a esta necesaria subespecialización?
Nos hemos reunido con todas las sociedades científicas justo para abordar esto. Es verdad que la disposición que hay ahora mismo, tanto de especialidades como de ACE o de diplomas, no responde a la realidad que estamos viviendo. De hecho, una de las señales es que no ha habido apenas impulso a las ACE porque no responden a esa formación posmir que tanto demandamos.
Lo siguiente que vamos a hacer, en enero, es tener una reunión conjunta para que podamos ver todo el mapa, porque lo que no podemos trabajar es a demanda. Ahora se exige, con un mecanismo que es bastante anacrónico, que lo pidan seis comunidades y que una de ellas traiga una especie de unicornio, no tiene ningún sentido.
Vamos a pensar en todo el sistema, en cuáles son las subespecialidades pero sin llamarlas subespecialidades, sin ponerles apellido, me da igual si son áreas de capacitación o si es troncalidad. Mi sensación es que se ha viciado mucho la nomenclatura. Hablemos de competencia comunes, de grados de especialización, de adquisición del conocimiento, de las nuevas tecnologías de cada una de las especialidades, de lugares donde confluyen más de una especialidad. Es que aquí la casuística es muy amplia.
Nos hemos reunido con sociedades científicas que tienen muy claras cuáles son sus áreas de capacitación, como por ejemplo
Hemodinámica o como por ejemplo
Neonatología. Otras que tienen una realidad, como puede ser Pediatría, en la que todo son subespecialidades. Habrá que regular cómo se accede y cómo gestionar las bolsas de empleo. Pongo el ejemplo de mi caso: yo soy anestesista pero no soy anestesista pediátrica y tengo compañeros que sí lo soy. ¿Dónde está ese reconocimiento? ¿Dónde está esa acreditación?
Para eso, una de las cosas fundamentales que hemos pedido a todas las sociedades es un mapa para saber sobre qué estamos trabajando, para saber cuántos médicos internistas hay en cada uno de los lugares, por ejemplo. Eso se lo hemos pedido también a las comunidades a través del REPS, del Registro Estatal de Profesionales Sanitarios ¿Cuántos están trabajando en Infecciosas? ¿Cuántos están trabajando en Anestesia Pediátrica? ¿Cuántos pediatras están en Neonatología? Necesitamos tener ese mapa. A partir de ahí, ¿qué es una ACE? ¿Cómo se accede? ¿A través de un examen? ¿A través de unos méritos? ¿Qué es un fellow?
Todo eso, que lo hemos hablado con todos y todas, lo tenemos que poner encima de la mesa y definir unas directrices que se adecúen a la realidad. Lo que no tiene sentido es que tengamos un sistema MIR que está perfectamente regulado y, cuando lo terminas, nadie sabe qué tienes que hacer, cómo lo tienes que hacer y cómo te tienen que contratar para ser esa subespecialidad o esa ACE. Nosotros queremos poner las primeras piedras, sabemos que esto nos va a trascender, pero queremos poner la regulación básica para que se pueda ir construyendo y luego ir hablando con cada sociedad científica.
Respecto a los POEs, tienes toda la razón, no tiene ningún sentido y de hecho hemos agilizado el procedimiento porque tampoco tenía ningún sentido la cantidad de vueltas que tiene que dar un POE para llegar al sitio donde nació, que es que una sociedad científica que se ha preocupado por cómo tiene que ser la mejor formación de los residentes. Hemos agilizado el procedimiento y esperamos hacerlo todavía más para que no duren dos años.
Comentaba al principio de la entrevista que con el Estatuto Marco también se quiere poner coto a la eventualidad que ha perseguido al sistema sanitario durante los últimos años. De hecho, Europa, en distintas ocasiones, ha tirado de las orejas a España por el exceso de interinos y temporalidad. Sobre la mesa está el debate en torno a la capacidad de las OPE, tal y como las conocemos, para agilizar esa fijeza de los profesionales. ¿Qué otras vías de acceso al empleo público se deberían estudiar? Acceso a plaza sin OPE, por méritos...
El
Estatuto Marco abre es un abanico de posibilidades, pero siempre teniendo en cuenta los tirones de orejas que nos ha dado Europa con la eventualidad. A mí me cuesta creer que nosotros podamos hacer un MIR todos los años, que es un sistema estable, riguroso y anual; y que no haya los mecanismos necesarios para que las OPEs puedan ser cada dos años, o incluso para que las propias consejerías puedan introducir nuevas herramientas, que sean más ágiles, para ir cubriendo las diferentes plazas que van quedando.
Mónica García en el Café de Redacción Médica.
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El Estatuto Marco abre la posibilidad de fidelizar talento y no hacer pasar a los profesionales por las 13 pruebas de Astérix para ejercer la profesión para la que ya más de una vez han demostrado que son válidos.
Dicho esto, necesitamos agilidad a la hora de fidelizar a la gente. Esto está en el tejado de las comunidades autónomas. Hay algunas comunidades autónomas que son muy ágiles y otras que no lo han conseguido, y eso va en contra del propio servicio de salud. Porque cuando tú a un profesional que ha estudiado X años, que tienevocación, le estás diciendo que le vas a contratar solo unos meses, estás reforzando la infravaloración de estos profesionales. Tenemos que acabar con la temporalidad. No tiene ningún sentido. Hay informes en la Organización Mundial de la Salud, en la región de Europa, que dicen que, aunque hemos incorporado un 20 por ciento más de profesionales, la demanda es infinita. Y después de la pandemia hemos visto, no solo por las listas de espera, sino por la longevidad, el envejecimiento de la población y las propias demandas ciudadanas, que necesitamos profesionales que sean válidos, que estén bien remunerados y que estén bien tratados. Y eso implica acabar con la temporalidad y con la precariedad.
Tras el acuerdo de los 500 millones para ayudas a pacientes con ELA y otras enfermedades graves y la renuncia de CONELA para no entorpecer estos fondos. ¿Qué va a pasar con los 10 millones del plan de choque que se han quedado en el limbo y que en un primer momento iba a gestionar la entidad? ¿Cómo se va a gestionar y con qué finalidad desde Sanidad?
Esos 10 millones pertenecían a un plan de choque que proviene de una reunión que tuvimos con todas las entidades de ELA, sobre todo con aquellas que han impulsado la ley, que manifestaban que durante el tiempo en el que se ponga en marcha la ley, independientemente de este real decreto ley que el otro día se aprobó por unanimidad con esos 500 millones, había un problema económico para aquellos pacientes que tenían que decidir si se hacían o no la traqueotomía. Este plan de choque venía a solventar ese tiempo. La ley ELA básicamente dota de mayor agilidad a la ley de dependencia y establece un grado, que es el grado 3+, para aquellos grandes dependientes, como son los pacientes con ELA, que necesitan cuidados 24 horas. Y nosotros lo que hicimos es ver qué entidad podía cubrir ese tiempo hasta que los 500 millones, que tienen que pasar por las Consejerías de Derechos Sociales y que tienen que
pasar por las comunidades, realmente lleguen a las familias.
Nosotros queríamos una vía directa para que las familias pudieran tener dinero por si alguno de los pacientes tenía que elegir si se hacía o no la traqueo, que no fuera por condicionantes económicos. Finalmente, la asociación a la que iba destinada esta subvención decidió que estos 10 millones pasaban a un segundo plano porque se iban a centrar en que los 500 millones del Real Decreto Ley de la Esclerosis Lateral Aminotrófica y Ostras Enfermedades Degenerativas legaran lo antes posible a las familias.
Yo quiero recordar que esta ha sido una ley que tenía todo el consenso parlamentario y, sin embargo, también ha sido utilizada como herramienta política, a mi juicio de manera completamente aprovechada por algunos y de algunas, pero esta ley lo que abre es una puerta muy importante al estado de bienestar e impulsa la Ley de
Dependencia que, aunque se instauró hace muchos años y tuvo muchísimos recortes en un principio, estaba haciendo que los cuidados fueran una barrera de acceso de las personas que tienen cualquier problema sanitario. Yo siempre digo que en España nadie entra en bancarrota por tener un problema de salud, pero sí puede entrar en bancarrota por no permitirse los cuidados que dependen de esas ayudas sociales, de los cuidados, en este caso, 24 horas de los pacientes con ELA.
Con esos 10 millones, ¿qué vamos a hacer? Estaban destinados a ese plan de choque, pero tenemos muchísimas áreas que tenemos que cubrir. Yo estoy especialmente interesada, cuando no obsesionada, con darle un impulso a toda la estrategia de terapias avanzadas, en las que creo que España es absolutamente pionera. Siempre necesitamos presupuesto para abordar todas las líneas de acción que estamos llevando a cabo.
Una última pregunta a colación de la epidemia de Covid y gripe que está a la vuelta de la esquina. ¿Se ha avanzado en la autojustificación de bajas por patologías menores?
Tenemos una propuesta de texto que está muy avanzada, que estamos trabajando con los otros ministerios que están implicados y esperemos que sea una realidad, como ya lo es en otros en otros países vecinos que dan esa confianza a los pacientes para autojustificar algo que ya están justificándole a su médico de Atención Primaria.
El médico de Atención Primaria lo único que hace es, de alguna manera, rubricar lo que el paciente le ha contado. Estamos hablando de bajas de entre uno y tres días, por patologías menores, por las cuales la gente primero no va a trabajar y luego lleva al justificante de por qué no va a trabajar. Esto implica muchísimo trabajo y muchísimas horas de trabajo de muy poquito valor añadido de nuestros profesionales de Atención Primaria, que obviamente queremos agilizar y desburocratizar.
¿En el 2026 estará hecho el texto?
Espero que sí.
Un instante de Mónica García en el plató de Redacción Médica.
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