La ministra de Sanidad, Mónica García, avanza a Redacción Médica sus propósitos para el último tramo de legislatura

Mónica García, ministra de Sanidad.


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En lo que respecta a la relación que ha mantenido los dos últimos años con consejerías de Salud y sindicatos, Mónica García enfatiza el diálogo a la confrontación, aunque reconoce que más de una vez se ha visto en la tesitura de tener que “dar la cara” ante asuntos que, defiende, son competencia de las comunidades autónomas. “Hemos sido como una especie de puchimbol”, ironizaba la ministra de Sanidad en el ‘Café de Redacción’ elaborado por este periódico con la colaboración de Gilead y BeOne.

Uno de los puntos de fricción con las comunidades, amén de ser uno de los indicadores más cristalinos del estado en el que se encuentra del Sistema Nacional de Salud (SNS), ha sido el relativo a las listas de espera. Una normativa que la mandataria considera obsoleta y que aún aspira a modernizar antes de que acabe la legislatura para dotarla de mayor transparencia y trazabilidad. Ese anhelo podría cristalizar próximamente, según lo manifestado por la propia ministra en su entrevista con Redacción Médica. Aunque, por supuesto, no ha sido este el único frente legislativo de la ministra, que en el corto plazo pretende también dar salida a otro de sus proyectos ‘enseña’: el nuevo Estatuto Marco del personal de salud. 

Lea aquí el resto de noticias de la entrevista a Mónica García:

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Hace un año titulábamos en Redacción Médica, en otra entrevista suya, que el Estatuto Marco venía a revolucionar la sanidad española. Pero en los últimos meses han salido varias centrales sindicales a la calle porque no están de acuerdo con algunas partes del redactado. ¿Se esperaba tanta conflictividad? ¿En qué punto se encuentra ahora mismo esa negociación?

El Estatuto Marco no se toca desde el año 2003 y ha perpetuado una serie de malestares con los que en el Ministerio, por supuesto, empatizamos. Esos abusos y esa precariedad los he vivido yo en primera persona. Se han ido haciendo ajustes, pero hay que hacer una transformación integral. La política es conflicto, pero conflicto en el buen sentido, en el de debatir y reflexionar sobre las condiciones laborales en las que tienen que trabajar los profesionales sanitarios teniendo en cuenta que aquí no hay una patronal y unos empleados; hay unas instituciones, hay unos trabajadores y unos pacientes, que de hecho salen por primera vez como sujetos de derecho.

Y a mí me ha sobrado un poquito de agresividad, de insultos y de algunas medio verdades que se han dado; pero dicho esto, creo que el Estatuto Marco trae avances que son incuestionables y creo que no hay ninguna organización sindical que cuestione esos avances. Están las OPES cada dos años y el fin de la eventualidad (yo he convivido con compañeros que han estado 10 y 15 años encadenando contratos eventuales y precarios), los concursos de méritos, las guardias de 17 horas, la voluntariedad de las guardias de 24 horas, las horas de descanso pre y post guardia, la contabilización de este tiempo como horas ordinarias. Esto de que cuantas más guardias haces, más horas le debes a la Administración, que es una aberración desde el año 2003, se acaba. Cuantas más guardias haces, menos horas de trabajo ordinaria haces.

 Mónica García, ministra de Sanidad.


También hemos avanzado en la regulación de las horas de las guardias localizadas, los complementos en las pagas extraordinarias, la proclamación de los profesionales sanitarios como autoridad, el límite de 45 horas semanales teniendo en cuenta que la directiva europea lo pone en 48, el límite al número de guardias al mes, la regulación de las plantillas, el reconocimiento dentro de la jornada laboral de la docencia y de la investigación y el reconocimiento del estatutario investigador. Porque tenemos un Sistema Nacional de Salud que debería hacer un hueco preferencial a nuestros investigadores, pero no hay ninguna normativa que lo regule.


"El 99% del Estatuto Marco está cerrado, pero le queda mucho recorrido"



La regulación de los tiempos de descanso, la ampliación de los derechos individuales, una nueva regulación de las condiciones de los MIR… Una clasificación nueva que quiero aclarar, porque ha sido uno de los puntos conflictivos, y es que se rige por los créditos MECU que vienen de los MECES, que es básicamente: tanto has estudiado, en esta clasificación estás; pero es una clasificación administrativa, hay que diferenciarla de la clasificación de la Administración General del Estado. Nosotros no somos funcionarios, somos estatutarios y nos regimos por esta clasificación. Y esta no determina la jerarquía sobre procedimientos o pacientes; eso lo marca la LOPS (Ley Orgánica de las Profesiones Sanitarias). Así lo ponemos en el Estatuto Marco: que el profesional con una mayor cualificación y mayores competencias sea el que atienda a un paciente. ¿Si hay un paciente oncológico lo voy a llevar, yo, que soy anestesista? No, lo va a llevar su médico de referencia. ¿Lo va a llevar una enfermera? Tampoco. Por eso hay que diferenciar entre una clasificación que es pura y meramente administrativa y una clasificación asistencial, porque esto ha generado a muchas dudas.

Podría seguir con infinitas mejoras que trae este Estatuto Marco: jubilación anticipada en función de los coeficientes reductores, registros electrónicos de méritos para las OPEs, descansos garantizados, servicios de prevención que pasan a ser vinculantes en vez de consultivos...

Todo esto son mejoras y esto es una oportunidad que abrimos a los profesionales. Seguimos negociando. Hemos hecho más de 60 reuniones con los sindicatos. Que, por cierto, nos han dado aportaciones muy valiosas, tanto unos como otros, en partes de los textos que o no quedaban claros o había lugar a las interpretaciones. Queremos que quede claro el derecho al descanso, el derecho a la reducción de jornada, el derecho a que, por ejemplo, los MIR no hagan más de cuatro guardias al mes, a que tengan garantizada su conciliación. Todo eso está reflejado en el texto. Yo creo que no podemos perder esta oportunidad más allá de que haya una serie de reivindicaciones que no son de nuestro departamento, como puede ser la reivindicación de las retribuciones. Eso está marcado en los diferentes presupuestos, tanto los generales del Estado como los de las diferentes comunidades. Y hay otros elementos que han sido conflictivos, por llamarlo de alguna manera, pero que no están en nuestra mano. Aun así, nos hemos remangado para solucionarlos.

La ministra de Sanidad, Mónica García, en una entrevista con Redacción Médica.


Siempre han dicho que es un texto vivo y que todavía está abierto a negociaciones, como acaba de decir. ¿Qué plazos se contemplan? ¿Cuándo cree que va a estar listo el texto para llevarlo al Congreso de los Diputados? ¿Cree que esa confrontación a la que aludía va a impedir que salga adelante?

Sobre este texto ha caído una especie de losa de confrontación política. Por ejemplo, el Partido Popular lo ha utilizado como una herramienta arrojadiza. Y yo creo que no es una herramienta arrojadiza discutir sobre si las guardias tienen que ser de 17 o de 12 horas o si los médicos y médicas pueden trabajar con los turnos que pueden con este nuevo texto. Necesitamos que la política sea un lugar de reflexión, de diálogo y de entendimiento sobre los mínimos comunes que necesitan nuestros profesionales. Nos queda todavía un poquito. Tenemos el texto, me atrevería a decir, en un 99 por ciento ya cerrado, hablado y rehablado con las comunidades, con los sindicatos del Ámbito y los convocantes de la huelga. Creo que la disposición ha sido plena, de máximo diálogo. Y, sobre todo, a mí no me habréis oído ningún ataque personal a nadie que haya querido hacer que este texto mejore.

Lo que sí que es verdad es que todavía le queda un largo recorrido una vez pase por el Consejo de Ministros. Todavía queda la consulta pública, pasar por el Congreso de los Diputados, las enmiendas de los diferentes grupos parlamentarios… Al final, será el resultado de todo eso lo que determine cómo vamos a trabajar en los próximos 10, 20 años. Por eso, a mí siempre me habréis oído, incluso con las críticas más ácidas, defender estas mejoras. Vale que toda la confrontación política puede estar ahí, pero vamos a hablar de esto, de si las OPEs tienen que ser cada dos años, de si vamos a acabar con la precariedad, de cuál es la reducción de las horas, de cómo nuestros profesionales pueden conciliar con su vida familiar, de cómo los investigadores deben de tener hueco… De todo esto, porque es lo que nos la estamos jugando. Y no nos podemos permitir quedarnos con un texto del año 2003, que va a perpetuar todos esos abusos y toda esa precariedad.

Otra de las banderas del Ministerio cuando empezó la legislatura era precisamente la de renovar la Ley de listas de espera. Se habló de cambiar dos reales decretos, el de 2003 y el de 2011, y está previsto que acaben antes de que finalice el año las dos guías de Primaria y Hospitalaria. ¿Cómo ha avanzado el proyecto?

Aquí hemos hecho, como siempre, un trabajo participativo con las comunidades autónomas. Hemos creado cuatro grupos de trabajo, cada uno con su función tanto para las listas de espera especializada como las de Atención Primaria y de garantías. El actual real decreto está obsoleto y no responde a la realidad de las listas de espera; necesita transparencia y trazabilidad. A mí no me vale que llegue diciembre y que cada comunidad saque un número como el que lo saca de una lotería y diga 55. ¿55, qué? ¿55 días de espera de qué? Porque no es lo mismo esperar para una variz que para un cáncer; que esperar para una unidad del dolor o para una consulta del psicólogo o del psiquiatra. No es lo mismo tener una lista de espera de un año para Psiquiatría o Psicología infantil o juvenil. En definitiva, queremos saber qué es lo que está pasando y ahora mismo, con la metodología que hay, es imposible saberlo. Por lo menos desde el Ministerio no tenemos la información para hacer ese ‘benchmarking’ que está funcionando muy bien entre las comunidades. Vamos a hacer una guía de buenas prácticas para saber qué es lo que está funcionando y lo que no y, sobre todo, discriminar cuáles son las listas de espera en las que nos interesa incidir y cuáles son las que pueden tener más margen. Porque la Ley del año 2003 arroja unos indicadores muy groseros.

A finales de este año tendremos los resultados de los informes de esos grupos de trabajo, lo cual significa que en el primer trimestre del año que viene tendremos redactados ya los nuevos reales decretos.

Un instante del 'Café de Redacción' celebrado en la sede de Redacción Médica.


Otro de los textos que van a reformar, es el de la LOPS, la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias. ¿Nos puede avanzar dónde se va a poner el foco desde el Ministerio y qué plazos manejan?

Es verdad que después del Estatuto Marco la otra Ley que está absolutamente obsoleta es esta. Y la vamos a abrir para la reflexión y el diálogo con las organizaciones sindicales y profesionales para renovar la norma de 2003, donde aún se habla de licenciados y diplomados y no se abordan esos malestares que nos han atravesado durante tantos años. Abrimos el debate como si fuera un libro en blanco y a partir de ahí empezaremos a escribirlo entre todos y todas, que es lo que hicimos con el Estatuto Marco. Vamos a intentar encontrar los puntos en común sabiendo que las leyes estatales, tanto la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias como el Estatuto Marco son los marcos generales.

Yo siempre hago el símil futbolístico. Desde el Ministerio se ponen las normas, las bases para decir qué es lo que es gol, qué es lo que es fuera de juego y lo que es falta. Pero cómo están los jugadores, cuál es la alineación, quién determina los equipos, cómo se les paga… todo eso lo ponen las comunidades. Hasta ahora nosotros hemos asumido la responsabilidad de abrir este marco y de hacer un poco de parapeto de todos esos malestares. Hemos sido como una especie de puchimbol, pero hay que recordar que la gestión de las condiciones laborales y la planificación de los recursos humanos depende de las consejerías de sanidad de los diferentes territorios. Y esto ha dado unos agravios comparativos que han redundado en el malestar de los profesionales. No se cobra lo mismo una guardia en una comunidad que en otra, no se cobran los mismos complementos, no se tienen las mismas plantillas, los mismos recursos que pueden garantizar que los profesionales, por ejemplo, hagan pocas guardias; no se puede garantizar que las enfermeras no se pasen de las horas que tienen establecidas al año. Todo eso es gestión de las comunidades autónomas y yo en el Consejo Interterritorial lo he dicho por activa y por pasiva. No tengo ningún problema de poner yo la cara o poner, desde el Ministerio, el arrojo de abrir este texto. Pero ojo, que nosotros solo marcamos las líneas de juego y son las diferentes comunidades las que al final tienen que rubricar todas esas condiciones laborales.

Con Función Pública se llegó la semana pasada a un acuerdo para subir un 11,4 por ciento hasta 2028 los sueldos de los empleados públicos, entre los que se encuentran la mayoría de los profesionales sanitarios. ¿Lo considera una buena noticia? ¿Es suficiente ese aumento?

Es una negociación a la que han llegado los sindicatos y las administraciones y que hay que celebrar. Vuelvo otra vez a esa heterogeneidad que hay entre los incentivos económicos de una comunidad autónoma y otra. Hay una gran variabilidad en el sueldo de los profesionales sanitarios en función de la comunidad en la que trabajen. Y es una de las cosas que yo creo que tenemos que trabajar. Se trabaja a través de unos conceptos mínimos, pero también poniendo de relieve cuáles son las necesidades, los incentivos y los derechos de los profesionales sanitarios a la hora de ejercer bien su vocación.

En un reciente encuentro de Redacción Médica, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, nos avanzó la intención del Ministerio de reunirse próximamente con Función Pública para abordar el modelo Muface, con el que Sanidad ha sido muy crítico. ¿Ha habido avances? ¿Hay fechas de esta reunión?  ¿Qué quieren hablar?

Hay un informe bastante determinante y exhaustivo de la Airef (Autoridad Independiente y de Responsabilidad Fiscal) que recomienda que vayamos transitando de ese modelo de Muface hacia uno público, que es a lo que la mayoría de los funcionarios y funcionarias han ido dirigiéndose. Más del 70 por ciento de los nuevos incorporados a Muface eligen la sanidad pública frente a un modelo que el año pasado se puso en duda porque, efectivamente, muchos de los mutualistas van cumpliendo edad y van siendo poco rentables para ese subsistema que sigue manteniendo Muface. Nosotros fuimos claros desde un momento y además con cifras y datos encima de la mesa. O sea, que no trabajamos solamente por ideas o principios, sino que vimos cuál es la necesidad de ir integrando, como en todos los países de nuestro entorno, un sistema que público, riguroso, universal, accesible y robusto.


"Sanidad ha sido un puchimbol, pero la gestión de salud es autonómica"



Yo no puedo decir a los funcionarios, que son los que trabajan en el propio sistema, que no, que tenemos un sistema con una atención primaria robusta, con los mejores profesionales, con las mejores tecnologías, pero que mejor se vayan a otro. Yo confío en nuestro sistema y de hecho confío en algo que es fundamental, que es la Atención Primaria. El otro día oí una propaganda de un seguro de salud, no me acuerdo cuál, que decía que con su seguro te vas a saltar la Atención Primaria. Eso es no entender para qué sirve la Atención Primaria, que es el lugar donde se solventan el 90 por ciento de los problemas de salud de la población. Es el lugar donde tu médico no solamente te conoce a ti; conoce tu entorno, tu familia… Ejerce la mayor medicina personalizada, ahora que se habla tanto de la Medicina de precisión. El tener un médico de Atención Primaria durante más de 15 años ha hecho que disminuyan, según la evidencia científica, entre un 25 y un 30 por ciento las hospitalizaciones, las urgencias y la mortalidad. Tenemos una joya, y por eso no entiendo por qué ese empeño de intentar evadir o hacer una vía de escape, que es una de las cosas que hace Muface.

¿Entonces, se van a reunir próximamente?

Sí, nos reuniremos.

Ricardo López, director general de Sanitaria 2000 (empresa editora de Redacción Médica); Mónica García y Esther Ortega, jefa de Política de Redacción Médica.

Félix Benguria, director de Asuntos Gubernamentales de Gilead; Vanesa Roig, directora de Acceso al Mercado Iberia de BeOne; Mónica García, Cristina García, directora general de España y Portugal de BeOne; Victoria Ayala, directora de Relaciones Institucionales de Gilead; y Ricardo López.


Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial; Teresa Serrano, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina; Victor Pedrera, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos; y Miguel Lázaro, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.

Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom), Teresa Serrano, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), Víctor Pedrera, secretario general de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), y Miguel Lázaro, presidente de este sindicato.


Jesús Sanz, presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), Sacramento Rodríguez, vicepresidenta del área de Sanidad de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), y Fernando Hontangas, presidente del área de Sanidad de este sindicato.


Celia Gómez, directora general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad; y Mónica Rodríguez, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Interna.

Celia Gómez, directora general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad; y Mónica Rodríguez, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Interna (CNMI).


Ricardo De Lorenzo, presidente de De Lorenzo Abogados; y Aurora Araujo, supervisora de Fisioterapia en la Unidad de Rehabilitación y Medicina Física del Hospital Universitario Fundación Alcorcón.

Ricardo De Lorenzo, presidente del bufete De Lorenzo Abogados; y Aurora Araujo, supervisora de Fisioterapia en la Unidad de Rehabilitación y Medicina Física del Hospital Universitario Fundación Alcorcón.


Vanesa Roig, Mónica García y Cristina García.


Victoria Ayala, Mónica García y Félix Benguria.


María Isabel Calama, tesorera de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) y Ana Giménez, presidenta de esta organización.

Cecilia Martínez, presidenta de Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.

Cecilia Martínez, presidenta de Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.


Viviana Pulgar, presidenta de la Sociedad Española de Documentación Médica (Sedom).


Pedro Alonso, secretario general de la Federación Española de Ortesistas Protesistas (Fedop), y Pablo Martín, presidente de esta organización.


A la derecha, Carmen García, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH); junto con Jorge Sánchez, director de comunicación.


Luis Concepción, vocal de Asuntos Profesionales de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram); y Ainoa Santonja, jefa de prensa.


Ricardo De Lorenzo, Tomás Cobo y Víctor Pedrera.


Sergio Campos, neumólogo en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.


Un instante durante el Café de Redacción.

Un instante durante el Café de Redacción.

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