Ana Belén Caminero Rodríguez, coordinadora del Grupo de estudio de Esclerosis Múltiple y enfermedades neuroinmunológicas relacionadas (Geemenir) de la SEN.
La aplicación de
terapias CAR-T en
esclerosis múltiple ha generado una notable expectación tras difundirse un caso tratado por primera vez en Reino Unido. Aunque los expertos señalan que este método ya se ha utilizado en varios centros internacionales, siempre ha sido en
fases muy tempranas de investigación. Así, Ana Caminero, coordinadora del Grupo de estudio de Esclerosis Múltiple y enfermedades neuroinmunológicas relacionadas (Geemenir) de la Sociedad Española de Neurología (SEN), asegura a
Redacción Médica que actualmente hay "alrededor de
diez ensayos clínicos activos o en preparación en diferentes países, tanto para formas progresivas de la enfermedad como para las remitentes muy activas". Sin embargo, la investigación con CAR-T sigue "en
una fase muy preliminar", también en España.
Sobre el mecanismo de acción de esta terapia, Caminero explica que "el uso de células CAR-T busca
atacar de forma muy selectiva a los linfocitos B que participan en la autoinmunidad y, por tanto, en la patología de esta enfermedad". Detalla que "estas células
se extraen del propio paciente y se modifican genéticamente para que reconozcan y destruyan células B que expresan una diana concreta, en este caso CD19, que es un marcador de superficie de las células B".
Cómo actúan las células CAR-T en la esclerosis múltiple
El objetivo del tratamiento es claro: "Al eliminarlas de manera profunda y dirigida,
se reinicia o resetea el sistema inmunitario y se podría llegar a conseguir
frenar la actividad inflamatoria que impulsa la enfermedad". En cambio, aclara que "el objetivo no es tanto reparar el daño existente como interrumpir el proceso autoinmune con una intensidad que
supera a los tratamientos actuales".
En cuanto a los pacientes tratados hasta ahora, indica que
los primeros casos y los ensayos pioneros con células CAR-T en
esclerosis múltiple se han centrado sobre todo "en formas progresivas donde la necesidad terapéutica es mayor". Aun así, añade que "ya hay estudios en marcha que incluyen también
formas remitentes, de manera muy controlada y en fases precoces". En cualquier caso, precisa que "de momento, los datos clínicos que conocemos con más detalle proceden sobre todo de pacientes con formas progresivas".
Respecto a los
resultados iniciales observados, se muestra prudente porque "son prometedores en cuanto a seguridad y manifestaciones biológicas, como reducción de
anticuerpos intratecales, pero aún se está lejos de concluir que tenga
eficacia demostrada ni de incorporarlo a la práctica clínica habitual".
Situación en España y horizonte temporal
En relación con la
investigación en marcha, explica que "en la actualidad existen alrededor de
diez ensayos clínicos de terapias CAR-T en esclerosis múltiple a nivel mundial, aunque en fases muy dispares", lo que demuestra que "estamos todavía en una
etapa muy inicial de desarrollo". Sobre España, indica que "oficialmente no aparece ningún centro activo en los registros públicos, pero es cierto que
algunos hospitales podrían haber tratado ya uno o dos pacientes en el marco de colaboraciones europeas, algo aún no confirmado públicamente". En cualquier caso, puntualiza que
"el número sería muy reducido".
Añade que "el
estudio internacional con mayor potencial para incluir sedes europeas (el CC-97540) está en fase temprana de expansión", por lo que "es razonable esperar que centros españoles con experiencia en terapias celulares
puedan incorporarse más adelante". A día de hoy, "la participación nacional es limitada y
no existe un programa de reclutamiento amplio en esclerosis múltiple", aunque recuerda que "España sí tiene una trayectoria muy consolidada en CAR-T oncológica, pero su aplicación en autoinmunes y, en concreto, en esclerosis múltiple,
está mucho más retrasada".
Sobre su posible incorporación al sistema sanitario, es
"imposible dar una fecha". Explica que "las terapias CAR-T para esclerosis múltiple están aún en fases muy iniciales (fase 1-2) y solo buscan confirmar seguridad y dosis". Incluso en el escenario más favorable, señala que "si todo va excepcionalmente bien, podríamos estar hablando de
un horizonte de varios años, probablemente no antes de finales de esta década, previamente a plantear su incorporación al Sistema Nacional de Salud (SNS)". "Ahora mismo es una línea de investigación muy prometedora, pero todavía muy lejos de la práctica clínica habitual", insiste.
Del cáncer a las enfermedades autoinmunes
El desarrollo de la terapia CAR-T fuera de la Oncología ha sido posible porque "su tecnología se puede redirigir
hacia cualquier población celular que exprese una diana concreta". En este sentido, explica que en esta especialidad, "las CAR-T se diseñan para
eliminar células tumorales, mientras que
en autoinmunidad se reprograman para destruir de forma muy selectiva los linfocitos B patológicos que mantienen la respuesta autoinmune".
Además, señala que "los avances en seguridad, con un mejor control de la
activación de las células modificadas y
menor riesgo de toxicidad neurológica o sistémica, también han permitido plantear su
uso fuera del ámbito oncológico". En definitiva, apunta que "estos progresos han abierto la puerta a aplicar la misma lógica inmunológica en patologías como la esclerosis múltiple, donde el componente mediado por células B es clave".
Caminero también aclara que "la esclerosis múltiple no es la
puerta de entrada de las terapias CAR-T en las enfermedades autoinmunes". En este ámbito, precisa que "el verdadero campo pionero ha sido, claramente, la Reumatología", primero "en lupus eritematoso sistémico muy refractario" y después "en otras enfermedades como algunas miositis inflamatorias o la esclerosis sistémica".
Retos y expectativas
A pesar del potencial que tiene este tratamiento, los retos siguen siendo importantes. "
El principal desafío es lograr un tratamiento lo bastante potente como para frenar la autoinmunidad
sin producir una inmunosupresión excesiva o toxicidad grave", advierte. A ello se suma que "las enfermedades autoinmunes
son muy heterogéneas porque no todas comparten los mismos mecanismos ni las mismas células diana, lo que dificulta diseñar terapias dirigidas".
Aparte, destaca "la necesidad de
identificar a los pacientes adecuados, controlar efectos adversos como infecciones o reactivación viral y, en el caso de estas terapias, superar las
barreras logísticas, de coste y de seguridad a largo plazo".
Sobre la afirmación de que las CAR-T podrían marcar un punto de inflexión en el tratamiento de la esclerosis múltiple, se muestra cauta: "Se trata, sin duda, de una tecnología muy prometedora y
podría suponer un cambio importante, pero aún es pronto para decir eso". Y añade: "necesitamos más pacientes, más tiempo de seguimiento y
datos sólidos de seguridad y eficacia. El potencial existe, pero
debemos ser prudentes hasta confirmar que esos resultados iniciales se mantienen en el mundo real".
En este contexto, concluye que "la esclerosis múltiple se incorpora como otro
modelo de autoinmunidad mediada en gran parte por células B, en el que
tiene sentido explorar la misma estrategia de
reinicio inmunológico". Por ello, subraya que "la esclerosis múltiple no inaugura el uso de terapias celulares en enfermedades autoinmunes, sino que se suma a
una línea de investigación que ya estaba abierta y en la que todavía estamos en fases muy iniciales".
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