Un hematólogo analiza qué suponen para la especialidad los hallazgos premiados en el Nobel de Medicina 2025

"Las células T reguladoras abren nuevas vías en tumores y terapias CAR-T"
José Antonio Pérez Simón, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)


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El reciente Premio Nobel de Medicina 2025, concedido a Mary Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi por el descubrimiento de las células T reguladoras - o linfocitos T- y su papel en la tolerancia inmunológica periférica, también ha tenido una acogida especialmente significativa entre los especialistas en Hematología, que aseguran que este reconocimiento "era cuestión de tiempo". Así lo ha expresado a Redacción Médica José Antonio Pérez Simón, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) y vicedirector del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), que revela su impacto en trasplantes de médula ósea. Además, abrirá la puerta a nuevas lineas de investigación en terapias CAR-T.

Aparte, los linfocitos T reguladores también se están estudiando sobre los tumores "en caso de rechazo", es decir, cuando logran evadir el sistema inmune. ¿El motivo? Tal y como explica Pérez Simón, "los tumores utilizan una serie de estrategias que les permiten generar a su alrededor, en el microambiente tumoral, una respuesta inmune deficitaria" y uno de los mecanismos por los que generan esta alteración del funcionamiento del sistema inmune a nivel local para evadirlo es precisamente atraer linfocitos T reguladores que, en consecuencia, van a frenar su función de eliminar estas células tumorales".

Nuevas líneas: tumores y CAR-T

Entonces, ser capaces de "erradicar estos virus pues seríamos capaces de potenciar la respuesta inmune frente al tumor y así contribuir a la curación de algunos tumores. En paralelo, los linfocitos T reguladores influyen en las terapias CAR-T, actualmente empleadas en "neoplasias hematológicas como leucemias y linfomas contra el marcador CD19 que se expresa en linfocitos B" , que son los que en algunas enfermedades autoinmunes "producen anticuerpos que por error atacan los tejidos del propio organismo, como ocurre en el lupus". Por eso, la terapia CAR-T "elimina esos linfocitos B".

Aunque la investigación va más allá. Pérez Simón asegura que su grupo de trabajo del Hospital Universitario Virgen del Roció está estudiando la posibilidad de utilizar esta tecnología, pero "en lugar de insertar este CAR, este receptor antigénico quimérico a un linfocito T convencional, insertárselo a un linfocito T regulador, que tendrá como potenciales ventajas que a la hora de activarse pues va a producir los efectos de un T regulador, o sea, promover la síntesis de mediadores antiinflamatorios como interleucina 10 u otras sustancias que inhiben la respuesta inmunitaria".

Impacto en trasplantes de médula


"El hallazgo de las células T reguladoras ha sido fundamental para entender cómo funciona el sistema inmune, ya que son una de las piedras angulares que permiten que el organismo mantenga el equilibrio y no se ataque a sí mismo", continúa. En este contexto, son responsables de "regular la respuesta inmunitaria y generar inmunotolerancia frente a los antígenos propios". Por eso, Pérez Simón puntualiza que su déficit "se relaciona con el desarrollo de enfermedades autoinmunes". Además, recuerda que parte del mérito del Nobel procede del descubrimiento del gen FOXP3, "responsable del funcionamiento de los linfocitos T reguladores" y y cuya alteración causa el síndrome IPEX, una enfermedad autoinmune "que causa dermatitis, diarrea y otras manifestaciones".

El facultativo destaca la importancia de estos hallazgos en el campo de los trasplantes de progenitores hematopoyéticos. "Gracias a los premiados sabemos que, después de un trasplante, los pacientes que tienen un menor número o mal funcionamiento de linfocitos T reguladores tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones como enfermedad injerto contra receptor", revela. Por esta razón, a partir de este conocimiento "se pueden desarrollar aproximaciones terapéuticas como puede ser el uso de estos linfocitos para tratar esta complicación".

También detalla que el Hospital Virgen del Rocío participó en un estudio multicéntrico europeo en el que se evaluó precisamente esto: "Era posible obtener linfocitos T reguladores de los donantes después de un trasplante de médula e infundírselos a los pacientes que tenían enfermedad injerto contra el receptor y observamos primero que el procedimiento era seguro y segundo que la tasa de respuestas era muy alta, poniendo de manifiesto la importancia de estas células a la hora de generar una respuesta inmune tolerable".

Un futuro optimista


Aunque reconoce que estas estrategias a día de hoy "tienen un componente experimental importante", se muestra optimista: "Es posible que algunas de estas ideas se consoliden desde el punto de vista de los resultados clínicos en ensayos clínicos más grandes y que puedan dar el salto a la práctica asistencial de manera más habitual". "Estoy convencido de que este tipo de terapias celulares van a ser la línea de tratamiento más importante en enfermedades autoinmunes", pronostica. Por otra parte, señala que "explorar el papel que juegan los T reguladores para facilitar el crecimiento de algunas células tumorales que aprovechan estos T reguladores para evadir el sistema inmune también es una línea de investigación que está ya dando sus frutos y que en los próximos años se consolidará como una línea de tratamiento importante para muchos pacientes".
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