Sede de Muface
El eclipse fue total. En cuestión de segundos, su nombre se viralizó. Como si de una mecha se tratase, se encendió hasta pasar a ser el foco de atención. El desconcierto y la incertidumbre aparecieron en escena. Hace justo un año,
su ‘ruptura’ pasó a ser el centro de los debates.
Muface, la mutualidad encargada de dotar de asistencia a los funcionarios y a sus familias, se asomó a su propio precipicio hace justo un año. El 5 de noviembre de 2024 está marcado en su historia. Ese día el modelo se quedó sin aseguradoras, sin un horizonte claro, y se sumergió en una marea en la que,
durante más de 200 días,
se debatió entre su supervivencia y su desaparición.
Muface sobrevivió. Pero hicieron falta tres intentos para que un ‘salvavidas’ apareciese a su lado y le sacase del fondo en el que se había sumido hace hoy justo un año. Este miércoles se cumple un año del que probablemente haya sido uno de los peores capítulos en sus
50 años de historia. Hace 12 meses, Asisa, Adeslas y DKV marcaron un hito:
dejaron desierta la licitación del concierto sanitario de Muface.
Su nuevo horizonte está en el aire.
Tal y como ha avanzado Redacción Médica, la dirección general de
Muface ya planea
"abordar varias reformas" de cara a 2027. Una transformación que se había puesto sobre la mesa en los últimos meses por parte del propio Gobierno, pero que ahora la mutualidad hace realidad. Un cambio para el que el mutualismo, consultado por este periódico, ya propone algunas soluciones.
El ‘Muface concertado’ despliega sus ideas para la reforma
Ha pasado un año desde ese estallido en Muface. Una dinamita que hizo que todo el modelo se tambalease. Mariano González (Valladolid, 50 años) lo recuerda a la perfección. Ahora, cuestionado sobre qué debería contener esa reforma, el funcionario se muestra tajante a lo largo de la conversación con
Redacción Médica:
“Necesitamos un modelo en el que no prime la incertidumbre”.
Esa palabra, ese sentimiento, es el mismo que ha repetido en más de una ocasión. González ha sido uno de esos funcionarios que ha seguido de primera mano la
crisis sin precedentes del modelo. Ahora, 365 días después, plantea que una de las posibles soluciones es que “el concierto sanitario tenga una perspectiva temporal más larga.
Que no sea solo de dos o tres años”.
Esa es una de las ideas que desprende uno de los mutualistas entrevistados por este periódico. Pero no es el único que propone una solución a esa gran reforma del modelo de asistencia sanitaria de los funcionarios. Pedro Gómez (Madrid, 60 años) pone en el foco del debate una de las reivindicaciones del mutualismo de los últimos meses: la
integración de la sanidad concertada de Muface en el 112.
Esto se traduce en que los funcionarios
puedan llamar a urgencias al 112 sin necesidad de acudir al teléfono de urgencias asignado por las aseguradoras. En este sentido, cabe señalar que, si la urgencia finalmente no es considerada como vital y el mutualista en cuestión acude a este número de teléfono de la sanidad pública, le podría acarrear
costes económicos.
2024: crisis, despedidas y un ‘reinicio’
El
‘no’ de las aseguradoras, que hasta el momento habían estado presentes en Muface [con el contrato de asistencia sanitaria de 2022 a 2024, sin ir más lejos], fue un antes y un después. En los meses anteriores, especialmente durante el verano, las entidades y la dirección general del modelo, liderado por Myriam Pallarés, ya habían tenido sus primeros vaivenes. Pero el 2 de octubre
comenzaron los obstáculos.
Las negociaciones se paralizaron. Moncloa había propuesto un aumento de las primas económicas para el nuevo concierto, que tendría una duración de dos años, de un 14 por ciento. Una cuantía insuficiente para el sector asegurador. Ese primer rechazo de las entidades hizo que el Gobierno recapacitase y
lo aumentase en un 17,2 por ciento.
No fue suficiente. El 5 de noviembre
el ‘no’ fue unánime.
Redacción Médica lo contó al minuto. La primera de las compañías, DKV, emitió el primer comunicado minutos después de las 10.00, la hora en la que se cerraba el plazo de ofertas para el proceso licitador.
Apenas hubo que esperar para el siguiente ‘no’. No habían dado las 10.20. Adeslas confirmaba a este periódico su rechazo poco antes de hacer público su rechazo en un documento similar al de DKV. Ambas, con la misma razón: el concierto sanitario estaba infrafinanciado.
El ‘tic-tac’ del reloj seguía. No rozaban las 10.30 cuando una llamada llegó a
Redacción Médica. Asisa confirmaba su rechazo con los mismos argumentos que el resto de las aseguradoras. Muface se rompió.
El desconcierto llegó a Moncloa, y
el Gobierno anunció que ya trabajaba en un nuevo proceso licitador. Los días pasaron y se sucedieron las primeras movilizaciones en las calles.
Ese mismo mes, dos semanas después del ‘no’ de las aseguradoras, el
Ministerio de Sanidad hizo público su informe
‘Muface: del seguro privado al Sistema Nacional de Salud (SNS)’, en el que planteaba la
desaparición de la mutualidad, así como el trasvase de un millón y medio de personas a la sanidad pública. El Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, encargado de las competencias de Muface, desoyó las recomendaciones y anunció una
consulta preliminar de mercado para valorar qué querían las aseguradoras y
amplió el concierto hasta 2027.
Esa consulta siguió su curso. Contó con la participación de dos de las tres aseguradoras (la otra lo hizo por una vía extraoficial). Pasaron las semanas. A mediados de diciembre, una
gran manifestación a la que
acudieron más de 35.000 personas hizo resonar el nombre de Muface en las calles. Y tres días después el Gobierno anunció la
segunda licitación de Muface, esta vez con un aumento del 33,5 por ciento. A ello se sumó otro ‘hito’: a la vista que el concierto sanitario en vigor llegaba a su fin (el de 2022 a 2024), Moncloa se escudó en la Ley de Contratos del Sector Público y el 26 de diciembre envió una orden de prórroga de tres meses de duración.
Un día después, en plena época navideña,
Adeslas dio su ‘no’ a la segunda licitación. Y, para seguir con el que probablemente haya sido el año más negro para Muface, el 30 de diciembre los rumores rondaron el supuesto rechazo de
DKV, aunque
no hubo una decisión firme.
El 2025, el año en el que Muface resurgió
No hizo falta mucho tiempo para que DKV diese su ‘no’. Fue el 9 de enero cuando la aseguradora
comunicó su rechazo al segundo proceso licitador. A pesar de todo ello,
Asisa seguía firme, y barajaba presentarse en solitario. Aún así, y a pesar de los intentos de Moncloa por atraer a más aseguradoras,
el Gobierno frenó la segunda licitación y lanzó una tercera propuesta: una inyección económica que contaba con una inyección de 330 millones más, lo que suponía un aumento de las primas del 41,2 por ciento.
Adeslas volvió a la partida. Se interesó por la puja del concierto porque, además de este incremento económico, Moncloa había aplicado una cláusula para el equilibrio de las aseguradoras en caso de pérdidas monetarias durante el contrato.
Hasta
seis aseguradoras llegaron a interesarse por este tercer proceso licitador. Asisa, Adeslas, DKV, Sanitas, Mapfre y AXA. Pero solo dos presentaron sus ofertas en marzo: Asisa y Adeslas. Por su parte, DKV,
como confirmó Redacción Médica,
se descolgó del concierto por primera vez en la historia de Muface.
Muface seguía adelante. Pero un informe de la propia mutualidad paralizó el proceso, y Moncloa tuvo que aplicar una segunda prórroga del concierto que duraría un mes más. A ello se sumó
más ‘dinamita’ a finales de marzo: la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) propuso la
desaparición progresiva del mutualismo administrativo (Muface y sus ‘hermanos’, Mugeju e Isfas) y la incorporación de los nuevos funcionarios al Sistema Nacional de Salud (SNS) en un informe.
A pesar del caos que causó la publicación de la Airef, Muface sobrevivió. Así,
el 30 de abril Adeslas y Asisa se dieron el ‘sí, quiero’ con la dirección general de Muface en el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. Un acto al que se vetó la entrada a los medios de comunicación.
La nueva ‘balanza’ de Muface
Mayo y junio estuvieron marcados por
permutas. En el primero de ellos, los mutualistas adscritos hasta el momento a DKV tuvieron la posibilidad de escoger otra aseguradora o irse a la sanidad pública. En el caso de que no hiciesen ningún cambio,
Muface de oficio tenía la potestad de enviarlos al INSS (servicios autonómicos de salud). En junio, en cambio, la decisión fue para aquellos presentes en la sanidad pública, en Asisa o Adeslas pudieron escoger sus opciones de cambios.
Hubo que esperar hasta finales de julio para conocer la
nueva ‘balanza sanitaria’ de Muface. La sanidad concertada continuaba como líder con un 64 por ciento del mutualismo; aunque
la pública le había robado a más de 60.000 personas. Además, ese mismo mes, Muface cumplió 50 años y ‘reactivó’ uno de sus grandes proyectos: la receta concertada.
Septiembre, por su parte, llegó con una ‘vuelta al cole’ particular.
Muface acogió a más de 20.000 nuevos funcionarios. Además, este periódico tuvo acceso en exclusiva a la Memoria Anual de la mutualidad, en la que el modelo explicaba que “aplicaría” algunas de las acciones propuestas por la Airef. A todo se sumó que
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad,
concedió una entrevista a Redacción Médica en la que adelantaba que
el Ministerio de Sanidad planeaba reunirse con el de Función Pública “para hablar de Muface” y de sus posibles cambios.
Nuevo futuro para Muface
El último mes, previo a este aniversario de la crisis, no ha estado exento de novedades. Muface celebró su tercer Consejo General del año. Todo ello el 22 de octubre, el mismo día en el que
Moncloa cesó a Clara Mapelli como secretaria de Estado de Función Pública y
nombró a Consuelo Sánchez Naranjo en el mismo puesto.
Sánchez Naranjo, como avanzó este periódico, estuvo presente en esa ‘cumbre’ de Muface. En esta reunión se extrajo una
conclusión principal:
se descartaba el adiós progresivo a la sanidad concertada que proponía la Airef. A ello se sumaba un repaso de la situación de la receta concertada en España y su implantación; un análisis de la financiación de Muface; y la
amenaza de nuevas movilizaciones por parte de CSIF si el Gobierno “desmantelaba Muface”.
La última novedad se ha conocido esta misma semana. Fuentes de la dirección general de Muface han confiado a
Redacción Médica que ya
se “planean varias reformas” de cara a 2027, el año en el que el concierto llegará a su fin. Entre tanto, el mutualismo ya hace sus propias propuestas para transformar un modelo con 50 años de historia.
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