Tres crisis y 14 directores generales después, la mutualidad enfrenta su futuro como 'meca sanitaria' de funcionarios

Muface cumple 50 años entre dudas por su futuro: "Tiene fecha de caducidad"
Sede de Muface en Madrid.


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Cinco décadas dan para ‘grandes hits’. Un recopilatorio que no solo forma parte de su historia, sino que la ha creado mes a mes, semana a semana, día a día. Cartas de bienvenida (otras de despedida), cambios de ministerio, reformas, renovación de su cúpula directiva… Muface, esa ‘meca sanitaria’ de los funcionarios del Estado, ha vivido cientos de momentos, y probablemente ninguno tan intenso como la crisis que amenazó con su desaparición a finales de 2024 y que se alargó hasta este mes de mayo. Pero ahora está de aniversario y es que, además de sobrevivir a las negociaciones de los últimos tiempos, Muface cumple 50 años desde su creación en 1975. Redacción Médica, de la mano de Luis Deleito (Madrid, 69 años), uno de los mutualistas más longevos en el modelo, repasa la historia de Muface que, según el funcionario, “ya tiene fecha de caducidad”.

En este contexto, cabe señalar que, si bien la norma que regula la asistencia sanitaria de los funcionarios entró en vigor el 27 de junio de 1975, fuentes consultadas por este periódico que conocen de primera mano la historia de la mutualidad rememoran la llegada de una carta fechada a 20 de julio de ese mismo año en la que el Gobierno daba por inaugurada la cobertura del modelo, así como el resto de prestaciones ofertadas dentro de Muface. 

El origen de Muface


El germen de Muface nace antes de ese año 1975, en plena época franquista. Fue en 1963 cuando, a través de la Ley de Bases de Funcionarios Civiles del Estado, se establece que se regulará por Ley el Régimen de Seguridad Social de los Funcionarios. Con ello, ya en 1975, la base del mutualismo administrativo (es decir de Muface y de sus ‘hermanos’), queda plasmada a través de dos normas. La primera, la 28/1975, de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, creadora del Isfas y la 29/1975 de Seguridad Social de los Funcionarios Civiles del Estado, de Muface. Tras ellas llegó el Real Decreto 16/1978 para Mugeju, la mutualidad judicial.

En medio de toda esa etapa, Luis Deleito se encontraba estudiando las oposiciones para ser funcionario del Estado. Una vez aprobadas, en 1985 pasó a formar parte de la plantilla de trabajadores del actual Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y se adscribió a la cobertura sanitaria privada de Muface. De eso hace ya cuarenta años, y aún recuerda cómo era todo el sistema en su nacimiento. “Es verdad que era algo nuevo, que había cosas por pulir, pero siempre fue algo más claro, pero con el paso de los años ha comenzado a oscurecerse, hasta el punto de que ahora su futuro es gris”, apunta en conversación con este periódico.

Las grandes crisis de Muface


El extrabajador del SEPE (en este momento se encuentra jubilado y sigue teniendo su asistencia en el modelo de sanidad privada de la mutualidad) rememora las tres grandes crisis del modelo. La primera, en 2009, cuando Mapfre y Caser Seguros abandonaron el concierto aludiendo a la “infrafinanciación” del modelo. El mismo argumento que ya había puesto Sanitas en los años 90 cuando estuvo a punto de irse de la mutualidad.

Así, la década de los 2010 comenzó con Asisa, Adeslas, DKV, Igualatorio Cantabria y Sanitas en Muface. Pero esta última hizo firme su adiós en 2013 por la misma razón: la falta de un presupuesto económico estable en la mutualidad. Deleito, de hecho, fue uno de los afectados por la salida de estas aseguradoras, y cuenta que tuvo que hacer cambios durante el periodo de permutas por la desaparición de sus médicos de los cuadros de cobertura sanitaria.

En 2021 llegó el otro ‘adiós’. Esta vez fue Igualatorio Cantabria quien abandonó la puja por el concierto. “Nos resulta imposible garantizar un servicio a los mutualistas con las condiciones que fija el próximo convenio y, de la misma forma, mantener la sostenibilidad de la compañía”, indicó entonces la aseguradora. De nuevo, la infrafinanciación.

La crisis sin precedentes de 2024, esa que ha puesto a la mutualidad en el foco de todos los debates y que ha generado informes ministeriales y de otros organismos públicos valorando su eficacia, ha sido, en palabras del mutualista, la más “cruel” para los funcionarios. “La incertidumbre que tenemos con cada renovación ha crecido. Vivimos con ansiedad y no hay ninguna ayuda”, subraya. Más aún, reitera que es “normal” que los nuevos funcionarios acudan al INSS (servicios autonómicos de salud) por “todos los obstáculos que ha generado el Gobierno en torno a la privada en los últimos meses”.

Los políticos han puesto fecha de caducidad a Muface. Ha vivido 50 años, sí, pero no va a vivir otros 50”, sentencia en conversación con este periódico. De hecho, ahora, cuenta que ha cambiado tres veces de compañía. Un asunto sobre el que se muestra tajante: “Se ha jugado con la asistencia sanitaria de los funcionarios como si fuésemos una moneda de cambio dentro de un tablero político”. “Parece que somos unos privilegiados, pero no somos más que marionetas”, insiste.

Los 14 directores generales de Muface


Sobre esos cambios, esa remodelación que ha habido en los últimos 50 años, Deleito también ayuda a esclarecer la transformación que ha vivido la cúpula de Muface a lo largo de su historia. Y es que en estas cinco décadas han sido catorce los directores generales que han pasado a ocupar esa silla que se encarga de capitanear la asistencia sanitaria de los funcionarios. Además, de ellos, solo cinco son mujeres.

El primero en inaugurar el cargo, aunque unos años después de la creación de la mutualidad, una vez tuvo todas sus bases asentadas, fue Ángel Jorge Souto, que estuvo de 1982 hasta 1984. Ese mismo año Ricardo González Antón le relevó durante un ejercicio de 12 meses, hasta 1985, cuando José Antonio Sánchez Velayos se hizo con el puesto hasta 1994.

Ya en medio de la primera crisis financiera de Muface, fue una mujer quien tomó las riendas. María Teresa Gómez Condado se convirtió en la primera directora general de Muface, cargo que ostentó hasta 1996, dando paso a Ana Pastor (que estuvo hasta 1999), y a José María Oyaregui (de 1999 a 2001). Tras ellos, llegó Isaías López Anduela. Este último estuvo hasta 2004, en una época de tranquilidad, como también pasó en el caso de Carmen Román Riechmann, quien ejerció de directora general hasta 2006.

La dirección general de Muface en una de las crisis más relevantes para la economía española la vivió María Ángeles Simón. La burbuja de la vivienda explotó, España se sumió en uno de sus mayores trances, y ella fue la encargada de guiar a la mutualidad desde 2006 hasta 2010. Es decir, en la misma época en la que Caser Seguros y Mapfre se despidieron.

Tras ella llegaron José María Fernández Lacasa (2010-2012) y Gustavo Emiliano Blanco Fernández (2012-2016). En plena época de recuperación estuvo también Antonio Sánchez Díaz (2016-2019) hasta que Myriam Pallarés, actual directora general de Muface llegó al puesto en 2020. Ella fue la encargada de capear la crisis sanitaria del covid y, en los últimos meses, la que ha llevado a Muface al foco del debate público.

El futuro de Muface


Deleito es consciente de que tiene su asistencia sanitaria asegurada con Muface hasta 2027. Será entonces cuando el Gobierno y las aseguradoras (de las que solo han quedado dos, Asisa y Adeslas, después de la salida de DKV este 2025) tengan que negociar un nuevo convenio. No obstante, ya habla de las dudas que rodean a este trienio, y del fin de la mutualidad. “Muface está condenado. Prueba de ello ha sido lo que ha pasado en los últimos meses. Su historia no va a durar mucho más”, augura sobre el destino de esta ‘meca sanitaria’ de los funcionarios.
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