Cartel de una oficina delegada de Muface.
El retorno es paulatino. Poco a poco, la ‘vuelta al cole’ de septiembre, ese símbolo del fin del verano, se implanta gradualmente. La
nueva casilla de salida suele ser similar a la de hace unos meses, pero en otras ocasiones el retorno llega con el comienzo de una nueva etapa. Ese es el caso de
Muface, la mutualidad que dota de asistencia sanitaria a más de un millón y medio de funcionarios y que, a las puertas del verano, aún seguía mostrando algunos de coletazos que dejó su
crisis sin precedentes. El inicio de este nuevo curso, no obstante, ha vuelto a despertar las alarmas entre los propios
mutualistas (de la
sanidad privada), que, ante un correo electrónico enviado por la mutualidad, han reclamado que
su sistema de urgencias se integre en el 112 en vez de en el de las aseguradoras. No obstante, fuentes del
sector de las compañías, en conversación con
Redacción Médica, han rechazado esta medida:
“Es un servicio que está establecido en el concierto”.
El mes de septiembre ha llegado con varias novedades para Muface. La primera de ellas, la
inclusión de 23.000 docentes de enseñanza no universitaria a la cartera de adscritos a la mutualidad. A ello se suma que, en este momento, la idea de retomar las
movilizaciones por la sostenibilidad de la situación financiera sobrevuela el modelo. Y es aquí cabe señalar que durante
el último Consejo General de Muface, que reunió a la dirección general, encabezada por Myriam Pallarés, a la secretaria de Estado de Función Pública, Clara Mapelli, y a vocales de las organizaciones sindicales, la mutualidad aclaró que su
remanente de tesorería ha pasado de los 282.250.731,55 euros que había a diciembre de 2024 a los 7.994.046,56 de julio de este año.
¿Es posible unir el sistema de urgencias de Muface?
Con todo ello, el inicio del curso también ha traído consigo una
nueva reclamación de los funcionarios. Tal y como ha podido saber
Redacción Médica, el mutualismo adscrito al modelo de
sanidad privada ha solicitado
revocar la directriz de Muface sobre el uso del 112. Es decir, si en este momento los funcionarios de la privada precisan de una urgencia deben ponerse en contacto con el teléfono de las aseguradoras, mientras que los de la pública disponen del 112, lo que busca esta petición es
unir al millón y medio de funcionarios en un solo sistema de urgencias, concretamente en el 112.
En este punto cabe señalar que los mutualistas de opción privada
sí que pueden utilizar ese teléfono universal. Sin embargo, en el caso de que su urgencia no sea calificada como grave,
se podría llegar a facturar el servicio a las aseguradoras (o a los propios funcionarios
en determinados casos).
Fuentes del sector asegurador, conocedores del planteamiento que ya ha puesto el funcionariado a través de un sistema de firmas, se muestran tajantes. Su no, además de ser rotundo, está avalado por el contrato
suscrito por las entidades el pasado 30 de abril. “Es una petición que está fuera del actual concierto”, confirman las voces expertas a este periódico.
“El servicio de urgencias de las aseguradoras funciona como el 112”, aluden las fuentes consultadas por
Redacción Médica. De hecho, aclaran que la diferencia se encuentra en que las compañías disponen de una red propia y concertada de centros, mientras que la pública dispone de la red del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Sí que existe una posibilidad de que Muface afronte este cambio, y es que
el concierto actual, al que ha tenido acceso este periódico, indica que podría hacerse en el caso de una
“circunstancia sobrevenida”. No obstante, en este momento “no existe ningún tipo de impedimento para que la asistencia sanitaria quede diferenciada”, como apuntan las voces expertas.
En definitiva, explican
es un planteamiento que “está fuera del concierto” y que, de convertirse en realidad, tendría que ser en 2027. Será entonces cuando las entidades y Moncloa se enfrenten a una nueva negociación por la continuidad del contrato que dota de asistencia sanitaria a 1,58 millones de personas en todo el país.
Muface encara su futuro
La
incertidumbre continúa en el modelo. Así
lo han confirmado varios mutualistas en los últimos días a
Redacción Médica. De hecho, cuentan que se encuentran a la espera de nuevas movilizaciones al conocer la falta de una “situación financiera estable” de Muface. Asimismo, las
últimas permutas, desveladas en el Consejo General celebrado el pasado 23 de julio, tampoco dejaron buen sabor de boca entre los funcionarios.
El
‘nuevo mapa sanitario’ de Muface era una de las incógnitas tras la firma del contrato. La
salida de DKV, que abandonó la puja del concierto en el tercer intento de licitación, propició un periodo extraordinario de permutas en mayo para todos sus adscritos. A él se sumó el de junio, donde los mutualistas -ahora ya sí de Asisa, Adeslas o la sanidad pública, las tres opciones que existen actualmente- eligieron.
La balanza quedó, de nuevo, a favor de la sanidad privada, que se hizo con un 64 por ciento de los adscritos. A pesar de ello, la crisis sin precedentes de los últimos meses hizo mella, y
el modelo público ‘robó’ más de 63.000 funcionarios de la privada. Un asunto que desde la
patronal del sector privado, la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), se atribuyó a la “incertidumbre” vivida desde finales de 2024, cuando el modelo comenzó a tambalearse.
La realidad es que Muface sigue adelante. Por el momento, los mutualistas y sus beneficiarios tienen su
asistencia sanitaria garantizada hasta diciembre de 2027. Será entonces, dentro de tres años, cuando las negociaciones entre ambas partes vuelvan a Moncloa.
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