Sede de Muface en Madrid
Fin de las vacaciones. Los últimos días de agosto ya se despiden de uno de los veranos más calurosos de la historia para dar pie a la normalidad, a esa rutina que caracteriza al mes de septiembre. Llega, por tanto, la famosa
‘vuelta al cole’ y las instituciones no se quedan atrás. De hecho,
Muface, la mutualidad que dota de asistencia sanitaria a más de un millón y medio de funcionarios, afronta un nuevo ciclo tras superar la
mayor crisis de su historia. Su casilla de salida, no obstante, tiene un horizonte con
más mutualistas, pero con
protestas que amenazan con volver a poner a la mutualidad ante los focos del debate público.
Muface abre ahora un nuevo capítulo. La
crisis sin precedentes que dio comienzo a finales de 2024 y que se alargó hasta el 1 de mayo de este mismo año continúa sobrevolando a la mutualidad. El
nuevo mapa sanitario, que la propia mutualidad desveló el pasado julio, sirve de fotografía para mostrar esa nueva balanza. La sanidad pública ‘robó’ mutualistas a la privada. Concretamente, más de 60.000 funcionarios optaron por este sistema frente al de las aseguradoras, que se quedó con el 64 por ciento del conglomerado (y la pública con el 36 por ciento).
La ‘vuelta al cole’ de Muface
Así lo relató la mutualidad en su último
Consejo General. Sin embargo, ese no fue el único asunto que se trató durante la reunión a la que también fueron congregados representantes sindicales. Uno de los puntos en los que más se hizo hincapié fue el
remanente de tesorería.
Tal y como informó Redacción Médica, la cuantía pasó de los 282.250.731,55 euros que había a diciembre de 2024 a los 7.994.046,56 actuales.
La posibilidad de
reforzar la atención sanitaria en la España rural y
mejoras en los cuadros médicos también fueron asuntos que los propios sindicatos
llevaron a la cita. De hecho, estas cuestiones fueron claves para uno de sus anuncios que llegará en el mes de septiembre: el retorno de movilizaciones en defensa del modelo que dota de cobertura a los funcionarios.
Entre tanto, y a la espera de que las organizaciones convoquen de forma oficial esas protestas, Muface también ha adelantado que el modelo dispondrá de más mutualistas en su ‘vuelta al cole’. El modelo pasará a contar con
23.221 nuevos docentes de enseñanza universitaria. De esta forma, la mutualidad
superará los 1,58 millones de adscritos.
Una crisis superada
Movilizaciones, tres licitaciones y una despedida son algunos de los acontecimientos que han marcado
los últimos meses de Muface. Fue en octubre, hace casi un año, cuando el modelo encabezado por Myriam Pallarés comenzó a tambalearse y a recibir las
primeras negativas de las aseguradoras. La insuficiencia económica, un asunto que las compañías habían puesto sobre la mesa durante el último concierto (que estuvo en vigor desde 2022 hasta 2024), fue la principal razón. Tras ello llegaron meses en los que los mutualistas repitieron la misma palabra: incertidumbre.
El cinco de noviembre ese sentimiento impactó de lleno entre los funcionarios. Fue entonces cuando las aseguradoras (Asisa, Adeslas y DKV)
rechazaron participar en la primera licitación del concierto sanitario. Dijeron ‘no’ a una prima económica del 17,2 por ciento, que en el segundo intento por licitar el contrato pasó a ser del 33,5 por ciento.
A la espera de ese
segundo ‘salvavidas’, el Gobierno se vio obligado a imponer una prórroga para que las entidades siguiesen dotando de asistencia a los funcionarios hasta el fin de las negociaciones. No obstante, este intento volvió a contar con el ‘no’ de dos compañías, mientras que una no desveló su postura.
Moncloa paralizó el proceso y llegó el tercer intento.
Con un mayor equilibrio económico para las aseguradoras en caso de pérdidas y con una prima del 41,2 por ciento para tres años,
Muface sobrevivió en su tercera licitación en marzo. A ese proceso llegaron a interesarse hasta seis aseguradoras (Asisa, Adeslas, DKV, Sanitas, Mapfre y AXA), pero solo dos participaron. DKV, que había estado involucrada en el mutualismo administrativo durante los casi 50 años de la existencia del modelo,
se descolgó del proceso, que quedó en manos de Asisa y Adeslas.
Entre tanto, la prórroga del concierto se había ampliado. El Ejecutivo necesitaba tiempo para pactar con las aseguradoras y puso de fecha fin el 31 de marzo. Pero un problema administrativo de la propia Muface paralizó el proceso y
Moncloa volvió a prorrogar el concierto hasta el 30 de abril. Asisa, Adeslas y DKV, las tres involucradas en el último concierto, tuvieron que seguir dotando de asistencia sanitaria a los funcionarios hasta entonces.
El 28 de abril, dos días antes de ese fin, toda España se paralizó. El
apagón eléctrico suspendió las comunicaciones, los transportes, e incluso la vida en las calles cambió durante unas horas. Asisa y Adeslas estaban congregadas en la sede del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública (encargado de las competencias de la mutualidad), junto al resto del Consejo General de Muface, para la firma del nuevo contrato. Y, a pesar de ese apagón, todo siguió su curso.
El acto contó con varios personajes. Los
directores generales de las compañías; la directora general de Muface,
Myriam Pallarés; la secretaria de Estado de Función Pública,
Clara Mapelli; y representantes sindicales. No estuvo el ministro, Óscar López, que se encontraba reunido en Moncloa con los efectos de ese apagón. Tampoco pudieron pasar
los medios de comunicación, a los que por primera vez en varios años no se les permitió la entrada.
Ese 30 de abril Asisa y Adeslas
se dieron el ‘sí, quiero’ con Muface. El 1 de mayo, justo al día siguiente,
dio comienzo el concierto, y con él un periodo extraordinario de permutas para los mutualistas de DKV. Al mes siguiente, en julio, este cambio se dirigió a los de Asisa y Adeslas, así como a los de la sanidad pública.
Ahora llega septiembre. Un retorno, una vuelta, una nueva rutina. Muface se enfrenta a un
nuevo capítulo de su historia con la posibilidad de que su nombre vuelva a resonar en las calles. Más aún, el mutualismo ya habla de la muerte de la mutualidad del modelo en 2027, cuando finalice el contrato actual. Hasta entonces, todo son rumores, pero lo que es cierto es que los funcionarios, que pronto serán 1,58 millones, tendrán su asistencia asegurada hasta dentro de tres años.
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