José Antonio Ponce, presidente del 42º Congreso de Ingeniería en el Sector de la Sanidad.
José Antonio Ponce, presidente del Comité Organizador y Científico del
42º Congreso Nacional de Ingeniería en el Sector de la Sanidad, tiene claro que la renovación de
l Sistema Nacional de Salud (SNS) será una revolución ingeniera. Sin embargo, para que la transformación se lleve a cabo, se necesitan recursos y formación. Así se ha constatado durante todo el evento, que concluye consagrándose como un hito en la historia de los congresos de Ingeniería. El cambio en el sector es evidente, ahora solo queda forzar el impulso.
P: ¿Qué conclusiones se extraen tras la celebración de la 42ª edición del Congreso de Ingeniería en el Sector de la Sanidad?
R: Hay cuatro conclusiones claras. La primera es que este congreso en Málaga marca un hito, un cambio en la historia de los congresos de Ingeniería. Dejamos atrás la denominación de Ingeniería Hospitalaria para pasar a llamarnos
Ingeniería Sanitaria en el Sector de la Salud. Con ello dejamos de abarcar únicamente el hospital y nos centramos también en la
Atención Primaria, los centros de investigación y los centros de emergencias. Asimismo, dejamos de hablar solo de ingenieros industriales. Hoy en día, con las nuevas tecnologías, también intervienen ingenieros biomédicos, de electromedicina y de muchos otros perfiles. Con esta nueva denominación, los integramos a todos ellos y a todas las
instalaciones sanitarias. La segunda conclusión es que la celebración del congreso en Málaga ha sido un acontecimiento importante. La última vez que se celebró aquí fue hace 15 años, y probablemente pasen otros tantos hasta que vuelva. Estamos muy contentos y orgullosos de que la AEIH lo haya acogido este año en esta ciudad.
José Antonio Ponce, presidente del 42º Congreso de Ingeniería en el Sector de la Sanidad.
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La tercera conclusión está relacionada con el anuncio del
Nuevo Hospital que se construirá en Málaga. Se trata de un proyecto que será referente a nivel nacional, tanto por sus dimensiones como por su modelo constructivo, ya que estará ubicado en una zona urbana. Por tanto, la logística será clave. Y la cuarta conclusión tiene que ver con nuestro papel como ingenieros. Producimos sanidad; somos responsables de que el hospital funcione adecuadamente. Hemos vivido muchos fenómenos. Por ejemplo, cuando hubo el
gran apagón, casi todos los hospitales en España siguieron funcionando gracias a los generadores, cuyo mantenimiento está gestionado por ingenieros. Obviamente, quienes prestan la atención sanitaria son los profesionales sanitarios, pero nosotros
hacemos que todo funcione.
El cambio en la denominación del Congreso busca reflejar mejor el alcance de la Ingeniería y su relevancia en este sector. ¿De qué manera puede la Ingeniería transformar el futuro de los sistemas de salud?
Estamos hablando de
inteligencia artificial, nuevas tecnologías y equipamiento electromédico de alto nivel. Gracias a todo ello, el médico, sin dejar de ser esencial, contará con herramientas cada vez más avanzadas tanto para tratar como para diagnosticar a los pacientes. Y todas esas herramientas requieren tener a un ingeniero o a un equipo de Ingeniería a su lado para que funcionen adecuadamente y estén bien mantenidas. El futuro de la sanidad va en esa dirección, y el ingeniero estará en la vanguardia de ese avance dentro del sistema sanitario. Pero el principal reto es ese: estar a la vanguardia de la Medicina.
¿Cuál es la hoja de ruta para aprovechar al máximo los beneficios que puede aportar la tecnología en la Ingeniería de la salud?
Siempre la formación. Eso es precisamente lo que estamos reivindicando: que exista la figura del
Ingeniero Interno Residente, igual que la hay para los facultativos. Cuando alguien termina una carrera en Física o Medicina, pasa por un periodo de residencia donde se le alivia la responsabilidad y aprende cómo funciona el sistema desde dentro. Eso mismo necesitamos nosotros: que el ingeniero tenga ese periodo de formación supervisada que le permita aprender progresivamente. Y, una vez formado, que pueda continuar su camino de forma autónoma. Además, la formación no puede detenerse. Hoy en día, la Medicina es uno de los campos que más avanza, y las instalaciones deben ir de la mano de esos avances.
"Se está elaborando un documento que será remitido al Ministerio"
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¿Qué pasos se van a dar desde la Asociación para lograr el impulso de la formación especializada del ingeniero sanitario?
Tanto la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria como las diferentes asociaciones de ingenieros en las comunidades autónomas están trabajando en ello. Se está elaborando un documento que será remitido al Ministerio con el objetivo de que se reconozca oficialmente la figura del ingeniero en el ámbito sanitario.
¿Cuáles son los principales problemas que puede llegar a plantear la incorporación de la Ingeniería a los sistemas sanitarios?
De todo tipo. Un hospital reúne todas las magnitudes de instalaciones que existen en el mercado. Además, con un hándicap: está abierto las 24 horas. Los Servicios de Urgencias también están siempre activos. Hay zonas quirúrgicas que son más asépticas y donde no se puede entrar libremente. Es decir, todos los paradigmas de instalaciones están presentes en un hospital. Y, además, se trata de lugares complicados. A veces, para llevar a cabo una actuación en una zona, el operativo necesario para que la actividad asistencial continúe es más complejo que la propia actuación en sí.
José Antonio Ponce: "Todos los paradigmas de instalaciones están presentes en un hospital".
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A nivel general, ¿cuáles son los grandes retos que enfrenta la Ingeniería en el sector de la salud?
Volvemos al tema de la formación. Siempre debemos estar en primera línea. Si aparece un nuevo equipamiento, debemos saber usarlo. Hoy buscamos más tiempo libre y menos horas de trabajo, y eso provoca que demandemos más salud. Ese es el estado del bienestar. Esto impulsa a la
Medicina a avanzar más rápidamente que otros sectores. Por eso, los ingenieros tenemos que estar preparados para ir a la vanguardia de esos avances.
¿Cuáles son los grandes avances que se han logrado en el sector durante los últimos años?
El mayor avance ha sido diversificar la Ingeniería. Antes solo existía el ingeniero del centro, conocido como perito o ingeniero, y sobre él recaía toda la carga. Ahora ya no. Además, se está creando la figura del
ingeniero biomédico, que va un poco más allá del ingeniero electromédico. Será como el ayudante del médico a la hora de manejar un equipo y tratar a un paciente.
¿Qué necesidades tiene la Ingeniería Sanitaria para poder continuar su desarrollo?
La clave está en la
formación, pero también hay escasez de personal. Nos faltan ingenieros en los hospitales. Nosotros producimos salud, y las instalaciones deben estar en las mejores condiciones posibles, con el mejor mantenimiento. Para eso,
hacen falta más ingenieros.
Nos regimos por la
Ley de Presupuestos del sector público, donde se divide la sanidad pública en diferentes capítulos: el capítulo 1, que es personal; el capítulo 2, revisiones; y el capítulo 6, inversiones. El capítulo 1 siempre está mal dotado. Y no es culpa de los servicios generales, sino de que el presupuesto lo consumen, principalmente, enfermeros y médicos. Se gestiona ese dinero y, al final, nosotros, que estamos dentro del mismo lote, casi no tenemos margen de actuación. Lo ideal sería que nos dejaran trabajar con más libertad, pero eso es complicado porque el sistema presupuestario está estructurado así. Aun así, puedo decir que he realizado auditorías en mi sector y he comprobado que no estamos tan desviados. Sin embargo, sufrimos los recortes o desviaciones provocados por otros servicios o categorías profesionales, y eso nos afecta directamente.
"Los gestores deben ser conscientes de que el ingeniero está en la vanguardia"
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¿Cuenta la Ingeniería Sanitaria con los recursos suficientes para hacer frente a las demandas del sistema de salud?
Lo estamos requiriendo. Tenemos los recursos justos; no estamos en la línea en la que deberíamos estar. Estamos siempre pidiendo recursos: personales, materiales, formación, y todo lo necesario. Los gestores de los hospitales y del sistema sanitario deben ser conscientes de que el ingeniero está en la vanguardia. Está bien preparado para que al facultativo y al personal sanitario no les falte absolutamente nada y puedan tratar al paciente adecuadamente.
José Antonio Ponce: "Estamos siempre pidiendo recursos: personales, materiales, formación, y todo lo necesario.".
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¿Con qué se podría llegar a soñar si la Ingeniería Sanitaria dispusiese de todos los recursos que necesita?
Con mayor rapidez en los tratamientos, mayor rapidez en los diagnósticos, mayor agilidad en la atención sanitaria. Y todo eso gracias a la nueva tecnología, a los nuevos equipamientos, detrás de los cuales están los ingenieros que los hacen funcionar. Con más rapidez, siempre hay más posibilidades de que el paciente se cure.
Tras la celebración del Congreso, ¿cuáles son los siguientes objetivos de la AEIH?
La Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria siempre está, o intenta estar, en la vanguardia de la sanidad. Celebramos convenciones y eventos de todo tipo para seguir mejorando nuestra situación. Cada año organizamos este encuentro, del que aprendemos muchas cosas que después implantamos en los hospitales. La AEIH va a seguir esforzándose para que los ingenieros estemos suficientemente informados,
suficientemente formados y a la vanguardia, para que podamos desarrollar nuestro trabajo de la mejor manera posible.
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