Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, teme la viabilidad del sistema público a largo plazo

Álvaro Urbano, Director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, asegura que nuestro país es una potencia en inmunoterapia a nivel internacional.
Álvaro Urbano


2 abr. 2023 17:25H
SE LEE EN 27 minutos
Álvaro Urbano llegaba al Hospital Clínic de Barcelona con un propósito claro: mejorar la asistencia a los pacientes con enfermedades hematológicas y oncológicas apostando por la medicina personalizada y por procedimientos terapéuticos pioneros de alta complejidad. Como director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, Urbano puede presumir de haber conseguido, al menos en parte, este atractivo al aplicar la primera Terapia CAR-T desarrollada íntegramente en Europa y el primer medicamento de terapia avanzada de fabricación no industrial autorizado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Así lo explica en esta entrevista, realizada para el pódcast 'Jefatura de Servicio'.


Después de más de una década al frente del instituto y más de cuatro vinculado a este centro, ¿cuáles diría que han sido los mayores desafíos a la hora de gestionar este organismo puntero? ¿Qué aprendizajes destacan en su mochila? 


Es una pregunta difícil como para responder así un poco a bote pronto, porque han sido tantas las vivencias profesionales, humanas, con los pacientes y luego, por la parte que corresponde al cargo de gestión en Sanidad Pública, con cambios tremendos de recortes, de amenazas en el mundo sanitario en general... Ha sido complejo. Entonces, no sé, yo diría que desde un punto de vista de aprendizaje, quizá al trato con las personas ha sido el aprendizaje más bonito que he tenido, de que cada persona tiene un papel, cada persona tiene una profesionalidad, cada persona tiene una responsabilidad en un equipo y el compromiso de todos los integrantes de un equipo por los pacientes es algo precioso. En otras áreas profesionales tendrán otros compromisos, pero enel área médica es impresionante ver cómo todo el personal sanitario de las diferentes áreas tiene un compromiso tremendo hacia el paciente. Es lo que nos une, lo que quita asperezas, lo que quita el protagonismos... Esa quizá ha sido la principal enseñanza.

Luego en el en el área de nuestro campo, en concreto de Hematología, pues he aprendido muchísimo a lo largo de todos estos años, porque han sido  40 años de evolución profesional y he visto desde fármacos que eran muy tóxicos, relativamente eficaces, cómo se han ido incorporando medicamentos que eran mucho menos tóxicos, mucho más eficaces, que han cambiado radicalmente la calidad de vida de los pacientes y las expectativas de vida de estos pacientes. Recuerdo cuando apareció el imatinib, cómo cambió radicalmente el pronóstico de pacientes con leucemia mieloide crónica, o cómo los anticuerpos monoclonales con diferentes dianas, han añadido una mejora clara a las expectativas de vida de los pacientes con poquísima toxicidad. Digamos los cambios que ha habido en el campo del trasplante de médula ósea, una modalidad curativa, pero que yo viví años en los que era de una enorme toxicidad este procedimiento. Pero cómo poco a poco se ha ido mejorando hasta ser ahora mucho más tolerable, mucho menos tóxico, y continúa ese potencial curativo.

Y al final, que quizá es un poco la suma también de lo que hablábamos de anticuerpos monoclonales y terapias ahora con trasplante, que son las CAR-T. Es extraordinario, cómo modificar genéticamente el sistema inmune del paciente y reinfundirlo y que sea de una eficacia extraordinaria, incluso en situaciones de refractaridad, con una mínima toxicidad . La verdad es que han sido unas experiencias preciosas, la explosión de la biología molecular, cómo ahora sabemos a qué se deben las enfermedades. La verdad es que ha sido una experiencia profesional apasionante, y me da envidia ver ahora a la gente joven que elige Hematología y que empieza a trabajar y las cosas que verán, lo que disfrutarán viendo todo lo nuevo que irá apareciendo por el bien de los pacientes y me da una envidia tremenda, pero en fin, es la vida.

¿Cuáles diría que son, después de llevar tanto tiempo vinculado a este instituto, que incluye varios servicios dentro del Hospital Clínic, las fortalezas que ofrece su organismo, aquellos procesos que permiten diferenciarse de otros centros en España? 


Bueno, claro, yo tengo la vivencia de otros hospitales y cada hospital tiene sus fortalezas, eso está claro. Hay diferentes formas de proceder, diferentes culturas en cada ambiente hospitalario. Entonces en el Clínic yo creo que hay, por una parte, una gestión un poco más autónoma que en un gran hospital de la Seguridad Social, llamémosle así, en cuanto al contrato de las personas. Se puede contratar de una forma más flexible y con más libertad,  y eso hace que se pueda atraer talento con mayor facilidad que en grandes centros hospitalarios de la Seguridad Social, de la sanidad pública, porque tienen unas formas de contratación muy reguladas por puntuaciones en función de experiencias. Es decir, se puede quizá elegir menos a una persona concreta por su globalidad y por lo que interesa en ese momento para el Servicio, lo que interesa en ese momento para el hospital. La atracción de talento creo que es más fácil con la forma de gestión que tiene el Hospital Clínic. Otro elemento también es el afán de innovar es una marca que está en el DNA del hospital. La innovación a través de procesos asistenciales y a través de publicaciones científicas. De analizar los datos que se tiene, ver lo que ha ido bien, lo que ha ido mal y en función de eso incorporar mejoras en todos los procedimientos. Es decir, es un hospital que combina una calidad asistencial extraordinaria, junto con un potencial de publicaciones científicas también extraordinario. Entonces yo creo que es eso: atracción de talento e innovación. Yo creo que son dos aspectos que destacaría y otros hospitales tienen otros elementos a destacar, pero quizá estos dos elementos los destacaría del Hospital Clínic. 


Sin ir más lejos, el Clínic cuenta con el mérito de haber sido el artífice de ese primer tratamiento con células modificadas genéticamente desarrollado íntegramente en Europa aprobado por una agencia reguladora. Hablamos de la terapia CAR-T denominada ARI 0001 para tratar la leucemia linfoblástica aguda, aprobada por la Aemps. ¿Cómo vivió todo este proceso desde su puesta en marcha, desde sus primeras investigaciones, los ensayos clínicos hasta finalmente su aprobación? 


Emocionante. Yo quizá lo resumiría así, porque de entrada se inició con una paciente joven  con mucha ilusión por vivir, con una gran capacidad de atracción, de recursos para poder iniciar el proyecto. Claro, eso motiva a todo el equipo. Poder visualizar a alguien que necesita un tratamiento. Lo que uno hace en el laboratorio, de alta complejidad, manipular un virus, manipular un gen, introducirlo en el núcleo de una célula del paciente, reinfundirlo... Todo eso que luego se traslade a una mejora clínica del paciente, eso es de una emoción extraordinaria. El conseguir que ese paciente vuelva a alcanzar la remisión completa, elimine la enfermedad, cuando ningún otro tratamiento lo haya conseguido y lo consiga con algo que lo ha hecho el equipo en el laboratorio y el aprender de la propia experiencia... Todo han sido emociones, fundamentalmente. Y luego eso trasladarlo a más pacientes. Todo el proyecto en sí ha sido muy emocionante. Y bueno, yo creo que es el ejemplo de lo que comentábamos, porque es un hospital en el que las diferentes áreas que han participado en el desarrollo del CAR-T ARI 0001 Y ARI 0002 han tenido un compromiso no sólo profesional, un compromiso personal con el proyecto y cada uno en su área ha tenido su responsabilidad, ha tenido su papel. Cada uno está muy bien definido y yo creo que ha dado lugar a un proyecto que ha sido muy bonito y que nos mantiene muy ilusionados en la continuación de desarrollo de otros ARI e intentar que se apruebe en Europa colaboración con otras instituciones académicas de otros países. Es decir, un proyecto muy ilusionante. 


De momento, la Agencia Europea del Medicamento, la EMA, le ha otorgado a esta ARI 0001 la designación prime. Es a partir de ahora una prioridad para la agencia en cuanto a su aprobación. ¿Se calcula cuándo podrá ser aplicada esta terapia en el resto de países, no sólo en España

Bueno, en este momento lo podemos aplicar en España, o sea, tenemos la autorización del Ministerio de Sanidad para poderlo aplicar en España bajo una norma que es la exención hospitalaria. Julio Delgado es la persona que está llevando el lo que es el intento de aprobación del CAR-T en la EMA con la ayuda del doctor Gonzalo Calvo de Farmacología Clínica. Creemos que será un proceso que tarde un año, no sabemos si finalmente se conseguirá la aprobación o no. La Agencia Europea del Medicamento la verdad es que desde que desarrolló esta vía ,el Prime Priority Medicine, es la primera vez que ha dado esta designación a un medicamento de cualquier tipo académico público. Eso tiene buena pinta pero es sólo un 25 por ciento de los medicamentos que reciben este prime finalmente se aprueban. Es decir, que todavía no sabemos si conseguiremos la aprobación o no, pero sería aproximadamente en un año y nuestra intención es que se pueda distribuir en cualquier país europeo, porque en el momento actual, para la indicación que queremos que se apruebe es la leucemia linfoblástica del adulto refractaria, tanto que no hay ningún CAR-T aprobado comercial ni ningún medicamento que pueda significar la cura de estos de estos pacientes. Entonces es una necesidad que nosotros estamos empeñados en cubrir, y a ver si se consigue la aprobación.


De hecho, hay otras líneas en las que se está trabajando. Como decía, son dos las CAR-T autorizadas, pero en este momento el Clinic también trabaja en una tercera para pacientes adultos con mieloma múltiple resistente. ¿En qué fase se encuentra esta línea de investigación?


Está más avanzada de lo que nosotros preveíamos porque ha sido muy rápida la inclusión de pacientes. Gracias en parte a que la coordinación está a cargo del doctor Carlos Grande Larrea, que ha llevado con una eficacia tremenda esta coordinación y gracias a que ha habido cinco hospitales en España que han incluido también de forma muy eficaz pacientes. Esta colaboración de varios centros hospitalarios españoles ha sido fundamental para que en poco tiempo se hayan podido incluir 30 pacientes, con los que hemos visto que la eficacia de este CAR-T es muy similar a otros dos CAR-T que están ya en vías de aprobación, incluso en cuanto a eficacia puede estar entre los dos, y en cuanto a términos de toxicidad sería probablemente el menos tóxico de los tres. Es decir, que con 30 pacientes hemos observado una gran eficacia y baja toxicidad de este CAR-T en comparación con las mejores CAR-T que hay en el mundo en cuanto a lucha contra el mieloma múltiple. Hemos incluido otros 30 ya prácticamente, ya tendríamos ya 60 pacientes incluidos, para hacer un análisis global. Los resultados de los primeros 30 pacientes a los que añadiremos esta segunda cohorte de otros 30. Hemos enviado los resultados a la Agencia Española del Medicamento para intentar que, al igual que el ARI 0001, lo apruebe como extracción hospitalaria. Y la idea también sería intentar conseguir la aprobación europea porque los resultados la verdad es que lo merecen. 


¿Qué otros frentes se han abierto con respecto a estas terapias avanzadas en el centro?


Uno de los problemas que tiene el CAR-T, es que es esmuy específico de una diana. Por ejemplo, del C19, estupendo: todas las células malignas que tienen C19 serán atacadas por el por el CAR-T. El problema es que con que haya una en 100.000 que no tenga el C19, esa célula no sufrirá el ataque del CAR-T 19. Entonces hay un escape inmunológico, hay células tumorales que por no expresar la diana, se escapan del ataque y proliferan. Hemos visto recaídas de pacientes después de haber alcanzado la remisión al cabo de unos meses, un año, por desgracia, recaen con unas células tumorales que no expresa la diana. Para intentar evitar este escape, estamos fabricando un CAR-T que tiene que atacar dos dianas simultáneamente para intentar minimizar este escape inmunológico. Entonces este CART que se llama ARI 3 ya lo hemos desarrollado todos los estudios preclínicos en líneas celulares, en ratón, lo hemos presentado a la Agencia Española del Medicamento, nos ha pedido que ampliemos unos experimentos, ya lo hemos hecho, les hemos enviado respuesta...  Luego estamos terminando la preclínica en algún otro CAR-T para tumor sólido de mama y también un CAR-T en el que tenemos puestas muchas esperanzas que es para los cánceres linfoides de tipo T, lo tenemos desarrollado ya en el laboratorio y creemos que en un año podremos iniciar un ensayo clínico para las neoplasias linfoides T si todo va bien. 


Y teniendo en cuenta esta experiencia, ¿qué ventajas considera que encierra el hecho de aunar la investigación y la práctica clínica, como hace precisamente el instituto del Clínic con estos ensayos, en un mismo espacio? 


Es fundamental para los investigadores porque necesitan oír cuando administran el CAR-T qué complicaciones hay entonces ellos en sus modelos de líneas celulares o de ratones van midiendo citocinas, cuándo aparecen, cuándo desaparecen, el tiempo que está el CAR-T vigente, qué es lo que hace que desaparezca... Ellos tienen que saber qué problemas tenemos en la clínica, para ellos, ir a sus modelos y ver por qué estamos teniendo nosotros estas complicaciones. Además, necesitan también saber qué es lo que realmente necesitamos, en qué enfermedades queremos nosotros dirigir un CAR-T contra qué diana, porque puede haber diana que se interprete como muy eficaz, pero que esa diana esté compartida con un tejido vital, y en ese caso será muy lesivo, será muy tóxico. Es decir, que también la parte clínica puede ayudar a que el investigador dirija muy bien sus esfuerzos hacia algo que, desde el punto de vista médico, es una necesidad no cubierta, puede ser una diana muy apropiada porque se expresa en muchas células tumorales y no en los tejidos vitales... Nosotros tenemos una reunión semanal en la que los investigadores atienden y es para discutir pacientes. Se discuten los pacientes, pero para los investigadores orientan sus próximos experimentos y sus próximos esfuerzos rn lo que nosotros hablamos de qué es lo que nos interesa, porque no está cubierto, qué complicaciones hay y por otra parte, hay un tema de motivación que para un investigador ver que lo que está haciendo se va a poder aplicar a pacientes es de una motivación extraordinaria.


Hablaba antes de captar talento y lo ha hecho ahora con el tema de la motivación de los investigadores. ¿Qué trabas siguen encontrando estos profesionales en España a la hora de dedicarse a este campo?


Yo creo que es  poca estabilidad laboral, un salario bajo, una dependencia en su desarrollo profesional a veces de los propios médicos, y yo creo que una excesiva competitividad. Es decir, en un ámbito sanitario los médicos tenemos un salario y en general sabemos que seamos interinos o seamos definitivos, nuestra vida va a estar dedicada al ámbito médico sin problema. Los investigadores año tras año tienen que competir por conseguir una beca para mantener su salario, para conseguir el proyecto, para conseguir una financiación. Es bueno ser competitivos si todos lo somos. Es decir, a mí me parece que hay una desproporción entre la exigencia que hay híper competitiva, entre investigadores, con la que hay en otros ámbitos profesionales del mismo país. A todos nos va bien que haya una masa crítica alrededor y que haya competencia porque saca muchas veces lo mejor de nosotros mismos, nos esforzamos más, pero un exceso de competitividad, un exceso de exigencia, a veces eso hace que se pierdan vocaciones o que haya a veces también incluso luchas por los recursos.


"Un exceso de competitividad o de exhace que se pierdan vocaciones o que haya luchas por los recursos".




Y si nos centramos en esa financiación, en esa investigación también referido al tema de las terapias génicas pioneras que se introducendentro del Sistema Nacional de Salud, ¿qué peso cree que debería darle en este caso el Gobierno a la colaboración público privada? 


Aquí no nos podemos quejar. Sería injusto por mi parte decir que hay una infra financiación en el área de terapia avanzada, porque no es así. Hay varios pilares que el Gobierno ha reforzado para desarrollar terapias avanzadas: uno es que hay una convocatoria plurianual para estudios clínicos independientes en la que se aprueban proyectos de entre 1,5 y 1,9 millones de euros. Los proyectos que he comentado de mieloma múltiple, de ARI 2 y de ARI 1, después del proyecto se acabó el recurso, y en cambio a través del Ministerio, con estas becas de proyecto clínico independiente los hemos podido realizar. Es decir, se están dando realmente ayudas económicas fuertes para estudios clínicos independientes. También hay un soporte clarísimo por parte del Gobierno a la hora de aceptar la exención hospitalaria. No todos los países en Europa han tenido, digamos, la personalidad de decir: " este producto que se ha realizado en España es bueno para los pacientes y lo acepto, independientemente de que esté aprobado o no, por la EMA". Eso es un riesgo para cualquier organismo regulatorio, y ese riesgo lo ha tomado el Ministerio.

Luego hay un tercer apoyo muy importante, que es a partir de los recursos europeos del PERTE, pues gran parte se ha dedicado a las terapias avanzadas y para el desarrollo de un Centro Nacional de Terapias Avanzadas, para reforzar la colaboración público-privada. También para hacer una sociedad mercantil público-privada para que, llegado el caso de que haya un medicamento, por ejemplo, que lo apruebe la Agencia Europea del Medicamento, nosotros los médicos no nos vamos a encargar de distribuirlo en hospitales alemanes o italianos o franceses, no es nuestra función. Entonces hará falta alguna ayuda en alguna compañía privada que lo pueda hacer, pero supervisada por el Ministerio, supervisada por el Gobierno que tenga la mismavisión que tenemos nosotros de facilitar el acceso de los casos a un gran número de pacientes. ¿Cómo?, pues, hombre, que no sea el coste de las grandes compañías farmacéuticas, más de 300.000 euros por cada dosis, sino haciendo al coste que nos ha costado desarrollarlo, que es menos de un tercio. Entonces, bajo la supervisión del Ministerio y en concreto del Ministerio de Industria se identifica que hay unas compañías privadas, en principio españolas, que están dispuestas a distribuirlo por Europa, pero con esta misma visión, con la visión académica del ARI 1 y ARI 2. Pues eso mismo el Ministerio lo está favoreciendo, lo está financiando. Es decir, que claramente en España hay apoyo de negro sobre blanco para el desarrollo de las terapias avanzadas, que nos lo dicen muchas veces los colegas de Francia, o Italia.


¿Podemos afirmar entonces que España es competitiva en este campo a nivel no solo europeo, sino a nivel mundial?

Yo creo que sí, exceptuando quizá Norteamérica y China. Me atrevería a decir que España, en el campo de terapias avanzadas, está situada en una magnífica posición. Quizás Reino Unido también, pero no tienen este apoyo institucional que tenemos nosotros. 


Además de esas CAR-T, si miramos el conjunto del área de Hemato-Oncología del Clinic, ¿qué tratamientos diría que han marcado un antes y un después también en este instituto?


Sí, yo creo que hay en primer lugar en el campo del trasplante de médula ósea, que también hay una una tradición, pero quizá el último hito extraordinario ha sido el conseguir eliminar las células inmunes del donante que iban a atacar los tejidos y dejar las células inmunes que van a atacar la enfermedad. Eso es algo que lo hacemos desde hace, diría, seis, siete años, ocho años, y simplemente es administrando un medicamento a los pocos días de haber recibido el paciente la médula del donante y cambia extraordinariamente los resultados del trasplante. Es un procedimiento que se hace en muchos sitios de España y del mundo, pero es un cambio extraordinario en la terapia celular. En cuanto al tratamiento general de los pacientes con otros medicamentos, yo creo que hay dos cambios reseñables: uno es dirigido a la anomalía genética que hace que esa célula normal se transforme en maligna. Se crea una anomalía genética que cambia el metabolismo de la célula, pues hay medicamentos que bloquean esa anomalía genética y restauran el metabolismo de la célula. Entonces es muy selectivo, sólo afecta a las células tumorales y volviéndolas normales en las células tumorales. Esa Medicina Personalizada contra la mutación genética que tiene ese individuo, también ha sido de bajísima toxicidad y de una altísima efectividad. Y ya por último, el otro campo, que ya es un pilar en el tratamiento del cáncer, del que forman parte los CAR-T, son los anticuerpos monoclonales, que van dirigidos como un perdigón contra como una bala, contra las células malignas sin afectar a las sanas. Eso también ha sido una revolución y es la inmunoterapia, es aprovechar los inmunes contra contra el tumor.


Se refería antes a la importancia que tiene el hecho de colaborar entre las diferentes áreas, esas sinergias que se crean y sin las que no serán posibles los resultados obtenidos, no sólo a nivel investigador, sino también en el terreno de la aplicación clínica. ¿Cuáles diría que son los beneficios que obtiene en este caso el paciente con la seña de abordaje multidisciplinar? 


Puedo comentar un poco la experiencia que tenemos en tener un departamento o instituto que integra todos los servicios del hospital que se dedican a la lucha contra el cáncer, del que forma parte el Servicio de Hematología Clínica, Hemoterapia, Hemostasia y forma parte Oncología Médica y que forma parte Oncología Radioterápica. Yo al principio tenía mis dudas cuando empecé de la eficacia realmente de si era práctico o no integrar estos servicios. Estoy convencidísimo de que es de alto beneficio para el paciente, porque estamos compartimos estructuras físicas, hospital de día donde se administran los tratamientos, la Unidad de Ensayos Clínicos, todo lo que es la Radioterapia unido con los oncólogos médicos. También en Radioterapia  hemos conseguido cambiar todos los aceleradores lineales por otros de última generación. Entonces, la integración de todas estas estructuras para un paciente es clarísimo beneficio para el paciente y para el hospital. Es una única voz, es mucho más eficiente y todo el recorrido de un paciente a lo largo de todo el circuito asistencial está mucho más integrado. Claramente creo que sí que merece la pena hacer en los hospitales e institutos, departamentos de servicios dedicados al tratamiento del cáncer, claramente.


Es decir que estaría de acuerdo en que este modelo se aplicara en otros centros del Sistema Nacional de Salud...


Claramente. Creo que tiene todo el sentido y además que la integración es muy natural. Los hematólogos clínicos se integran muy bien con los oncólogos médicos. Obviamente cada uno tiene sus peculiaridades, su forma de trabajar. Nadie tiene miedo de perder parte de su especialidad o que esté en peligro la especialidad por este motivo, al contrario. Y la colaboración es muy buena porque todos ven que tienen en común el tratamiento del cáncer. Todos ven que tienen en común algo muy concreto


Si ponemos la mirada en el futuro, Álvaro, ¿qué otras cimas, tanto en investigación como en práctica clínica, le gustaría conquista durante su etapa como director de este instituto?


Yo creo que el cáncer tiene todavía unas metas muy difíciles, porque todo lo que hemos estado hablando está siendo muy eficaz en algunas enfermedades hematológicas y en algunos tumores sólidos, pero todavía quedan enfermedades que se curan con tratamientos muy agresivos o que en algunos casos no se curan. En el área de tumores sólidos hay muchas enfermedades todavía que necesitan un gran recorrido, que muy probablemente el camino es el que hemos hablado del de la inmunoterapia y atacar la anomalía genética provocada por una mutación. Pero quizá el campo más importante es evitar la enfermedad. No hay mejor tratamiento que no tener que darlo. En el área del cáncer es mucho más eficaz conseguir que la población no entre en el riesgo de tener un cáncer, no fume, haga ejercicio físico de forma regular, se mantenga en peso, haga una dieta correcta... Algo que está al alcance de todos los bolsillos, no hay distinción, y puede disminuir de una forma tremenda,mucho sufrimiento muchas dificultades. 


 "En cáncer no hay mejor tratamiento que no tener que darlo. Conseguir que la población no entre en riesgo de padecerlo".




¿Y cuáles diría que son esas amenazas de las que hablaba, que mencionaba al principio de la entrevista?


Yo creo que la principal amenaza que veo es la sostenibilidad de un sistema público. Ahora asumimos como natural que nosotros tengamos una sanidad pública, es decir, que si una persona enferma o necesita un trasplante, independientemente de su nivel económico es derecho universal, lo mismo que es pensión, lo mismo que es educación. No sé si eso se podrá mantener con el incremento tremendo de los costos de las medicaciones. Dentro del instituto lo hemos analizado en el departamento de Hemato-Oncología: cada cinco años se ha duplicado el presupuesto que nos da la sanidad catalana para tratar los pacientes oncológicos. Estamos hablando de millones y millones de de euros. A eso hay que añadir una sociedad un poco envejecida, que tendrá cada vez más incidencia de cáncer, con tratamientos que se podrán dar cada vez más porque son un poco tóxicos... Todo con menos masa laboral. ¿Todo eso quién lo va a pagar? yo creo que es importante que haya iniciativas académicas un poco no sé si como contrapeso, incluso para las propias compañías farmacéuticas, que haya también esta especie de competencia por parte de instituciones académicas que desarrollan sus fármacos, que se aprueban. Que haya competencia en este área sería importante, pero es una de mis principales preocupaciones. El incremento de los costes de los medicamentos contra contra el cáncer, que puede poner en peligro realmente no la sostenibilidad del sistema, sino el hecho de que sea público, el hecho de que sea una sanidad universal.


Ese futuro del sistema que quedará en manos de las nuevas generaciones. ¿Qué enseñanza fundamental debería prevalecer teniendo en cuenta su experiencia? 


Me da la impresión de que las nuevas generaciones, por lo que yo veo en las clases en la facultad, tienen un mayor compromiso moral que nuestro. Yo creo que ellos están más comprometidos con el mundo en el que están viviendo, en todo: el cambio climático, aspectos sociales... Creo que son menos egoístas. Tienen un mayor compromiso social y moral que lo que nosotros hemos tenido por  la época que nos ha tocado vivir. Tengo muchas esperanzas puestas en ellos porque realmente les veo que tiene un gran compromiso moral. 


Suscríbete a los podcast de redacción médica en iVoox, Spotify y Google Podcast.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.