Hace tiempo, mucho tiempo, que existen unos impresos que se han dado en llamar P. 10 por el código de identificación que se le dio en el Instituto Nacional de la Salud (Insalud), al "formulario 10 de parte de consulta y hospitalización".

El 'P.10' como documento extrahospitalario se utilizaba para solicitar atención médica especializada (hospitalaria), formalizar el ingreso hospitalario, solicitar un traslado en ambulancia o registrar la atención en consulta externa. Incluía campos como: datos del paciente (nombre, edad, número de historia clínica), motivo de la consulta o ingreso, datos médicos, diagnóstico, fecha de baja, tratamiento, etc.

Con la digitalización de la historia clínica, el uso del P.10 fue sustituido por registros electrónicos. Además, al ser un documento del Insalud, pasó a estar obsoleto y no protocolizado en el año 2002, cuando éste se extinguió.

Sin embargo, el devenir de los tiempos ha hecho que este papel caducado se mantenga activo, gracias a la “tradición” médica de escribir recados a las enfermeras en él. Digo recados porque no se puede considerar una prescripción o una solicitud, una escritura que se realiza en un papel obsoleto. Y digo tradición médica porque no conozco ninguna enfermera que escriba recados a los compañeros médicos en este papel.

Si además añadimos que no se cumplimenta en su totalidad, según el fin para el que se creó, o con los datos necesarios sobre la persona cuidada o con letra ilegible o con firma irreconocible, podemos llegar a las conclusiones: 1-que ha podido ser escrito por cualquiera, facultativo o no y 2- que puede inducir a errores en la atención.

Si no existiese otra herramienta, este P.10 debería rescatarse de la ignominia de haber sido despedido injustamente. Pero… no es el caso, los sistemas de información electrónicos que reproducen las historias clínicas disponen de diferentes opciones de prescripción y de solicitud de pruebas diagnósticas y terapéuticas. Por supuesto, queda registrada en el historial de la persona cuidada. El P.10 no queda registrado.

Incomunicación entre profesionales 


Entonces ¿Por qué se utiliza de forma indiscriminada un papel que fue un formulario y actualmente está en desuso? Parece un acto romántico de tiempos pasados… o un frenar el devenir del presente…

Mucho se puede imaginar u opinar, o simplemente pensar. Para imaginar hay que ser un artista. Yo soy enfermera y como tal, soy más de pensar y de opinar, si puedo. Permítanme pues un pensamiento y una opinión.

El pensamiento va dirigido hacia la incomunicación que produce que la relación entre profesionales no se establezca a través de los protocolos y los circuitos establecidos. Podría hacer un ensayo sobre este tema solamente La incomunicación de no llamar a la enfermera para trasmitir un cambio de tratamiento o un cambio en el estado de salud de una persona frágil.

La incomunicación de no salir de la consulta para revisar un caso clínico. Que las administraciones autonómicas en la macro gestión y las gerencias locales en la meso gestión sigan imprimiendo, en la imprenta, no en la impresora local, un papel obsoleto hay que hacérselo mirar. No por el dineral que supone, si no por el simbolismo de no utilizar las actualizaciones que se producen, seguir mirando hacia atrás y querer perpetuar un modelo que está anticuado y desfasado como el P.10.

Papel obsoleto 


Quizás piensen que la fragmentación que sufre el sistema sanitario, a nivel nacional, autonómico, local y de centros, se debe a grandes causas. No digo que no. Supongamos que todos los actores persiguen el mismo objetivo. Sin embargo, las reglas del sistema fomentan actuaciones aisladas, incluso competitivas. Luego, se termina fragmentando la atención y reduciendo su efectividad. Es decir, las pequeñas cosas importan. Y la incomunicación en los centros tiene mucho de pequeñas cosas que los gestores, ignoran no en el sentido de desconocerlas, ignoran en el sentido de no actuar.

Mi opinión va en el sentido de hacer de abogada de las personas cuidadas ¿Qué opinaría yo, usuaria del servicio público de salud, si sé que la comunicación sobre mi salud, entre dos profesionales, que están en el mismo centro, viaja en mis manos en un papel obsoleto? ¿Qué opinaría de ser cartero con cartas caducas? ¿Qué opinaría si supiese que no tiene ninguna validez una prescripción que viaja en un papel arcaico y desfasado? ¿Qué opinaría el usuario del sistema si supiese que hay otra forma de hacer las cosas, más eficientes, más respetuosas, menos costosas, más seguras para su salud y la de sus hijos?

Maneras que no hay que inventar, solo ponerlas en valor porque ya existen. Pues opinaría que el sistema no se arregla con más médicos, que no depende de la voluntad de los trabajadores, que hay que mirar con cariño las pequeñas cosas, cuidar los detalles y hacer lo que hay que hacer. Con todo respeto señoras y señores, gestores del sistema, ser crítico, o crítica en este caso, no es equivalente a meter el dedo en el error. En mi opinión significa ver y señalar la posible mejora.