Durante el confinamiento, autoridades, expertos en epidemiología y medios de comunicación se están haciendo eco del concepto "distanciamiento social". Se refieren a que debamos alejarnos físicamente para disminuir la velocidad de propagación del virus.

"El distanciamiento social será la frase clave en los próximos días y semanas", escribió recientemente Jeff Martin, profesor de epidemiología en la Universidad de California en San Francisco (UCSF) en un artículo publicado por esa universidad.

Pero evitar lugares muy concurridos y el contacto a menos de dos metros con otras personas significa un distanciamiento físico, nunca social. Me parece un gran error semántico…y conceptual….¡casi peligroso!

La persona se forma en sociedad y depende de ella para su desarrollo y subsistencia. Precisamente en momentos de crisis la persona/paciente busca compañía para aliviar sus temores y su ansiedad. Es sabido que, en la soledad o aislamiento, muchas personas manifiestan sentimientos de depresión y vulnerabilidad.

En ningún momento puede significar que nos tengamos que alejar los unos de los otros socialmente, sino físicamente.  En estos momentos de incertidumbre debemos de estar más unidos que nunca. Como "animales sociales" que somos, necesitamos el contacto y la interacción con nuestro entorno, familia y amigos, ahora más que nunca.


Angustia y preocupación por el coronavirus


De hecho, estudios recientes en Inglaterra indican que en las personas aisladas por coronavirus aumentó la angustia, elevando sus preocupaciones a dimensiones catastróficas, como si fuera el final del mundo (Armitage, R., & Nellums, L. B. (2020). Covid-19 and the consequences of isolating the elderly. The Lancet. Public Health).

Por otra parte, ya hay múltiples estudios que evidencian que el aislamiento social entre los adultos mayores es una "seria preocupación de salud pública" debido a su mayor riesgo de problemas cardiovasculares, autoinmunes, neurocognitivos y de salud mental (Gerst-Emerson K, Jayawardhana J. ,Loneliness as a public health issue,Am J Public Health. 2015).

La interacción social es el proceso por el cual se actúa y se reacciona ante quienes están alrededor. Incluye aquellos actos que las personas realizan unas hacia otras, y las respuestas que dan a cambio. Interactuamos no solo físicamente, sino también virtualmente. Erving Goffman, el padre de la microsociología, nos habla, incluso, de la "interacción no enfocada", es 

"Un distanciamiento físico no significa un aislamiento afectivo"


decir, de las personas que interactúan no siendo conscientes de su interacción. Un buen ejemplo es el contacto involuntario e inconsciente entre los clientes de cualquier supermercado a dia de hoy, que mantienen la distancia evitando el contacto físico y siguiendo las señalizaciones y las regulaciones.

Con ello quiero recalcar que un distanciamiento físico no significa un aislamiento afectivo, sino debemos de entender que tenemos que relacionarnos de forma distinta. La comunicación "de balcón a balcón" es un buen ejemplo.   En estos momentos de confinamiento, el teléfono y otros medios de comunicación modernos también son un gran aliado para sobrellevar situaciones de ansiedad y depresión. 

Si bien es cierto que estamos cambiando los hábitos de nuestra comunicación. Es más, podemos hablar de un desafío social.

Toda crisis supone también un cambio de paradigma y puede tener sus consecuencias positivas, como fortalecer la solidaridad de los grupos centrando la atención en una amenaza externa, el Covid-19. También puede conducir al cambio social, poniendo los problemas a la vanguardia y obligando a buscar soluciones.

Cambiará el modo en el que nos relacionamos, en el que nos comunicamos, en el que interactuamos….¡pero jamás podremos cambiar y/o perder la sociabilidad del ser humano