Los médicos de Familia piden la colaboración de las familias para poder detectar los riesgos de conductas autolíticas



22 may. 2015 14:43H
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Hiedra García Sampedro.
La mayor fortaleza del médico de Familia para detectar y prevenir los posibles casos de suicidio es el conocimiento del entorno familiar y su fácil accesibilidad. “Su papel como piedra angular en esa asistencia es irremplazable”, ha contado a Redacción Médica Fernando Gonçalves, coordinador del Grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. Este profesional asegura que la relación entre los especialistas de Psiquiatría y de Primaria “cada día es más estrecha, habitual y fructífera”, a lo que ha colaborado la figura del psiquiatra de referencia en cada centro de salud.

Fernando Gonçalves.

l XXII Congreso de la SEMG que se celebrará en A Coruña del 28 al 30 de mayo abordará el fenómeno del suicidio y sus repercusiones para los que sobreviven y sus familias en los casos del suicidio consumado. Es un tema que “debería tratarse con la misma transparencia, franqueza y cordialidad con la que se trata cualquier otro aspecto que afecte a la salud de nuestros pacientes, en el entorno más humano de la relación médico-paciente, desechando cualquier tabú al respecto”, comenta Gonçalves. El estigma y el tabú del suicidio es un tema pendiente para sociedad, “aunque va mejorando”, según explica el especialista. Pero su normalización va tan despacio “que hay que mirar con frecuencia para atrás, para poder apreciar los pequeños pasos adelante que se van dando”, asegura.

Para detectar los posibles riesgos de suicidio, el médico de Familia cuenta con una preparación suficiente; de todas formas, los especialistas aseguran que con frecuencia no se realiza esa evaluación de riesgos con la intensidad y dedicación que debería hacerse debido a la falta de tiempo en las consultas o la precarización laboral de los profesionales sanitarios en Atención Primaria, aunque también influyen motivos de índole personal y afectivo.

En este sentido, el papel de las familias, tanto activo como pasivo, es clave. “Deben ser capaces de poder detectar los cambios en la personalidad, comportamientos y alarmas que el propio suicida emite en su vida cotidiana”, asegura Gonçalves. Las familias deben transmitir estas dudas al médico de Familia. Por otra parte, los familiares de un suicida sienten incomprensión, sorpresa, impotencia, desolación o incluso autoreproches, muy difícil de sobrellevar.

Cine Fórum en el Congreso de SEMG

Todas estas situaciones se van a abordar en la actividad programada en el marco del Congreso de SEMG. Consistirá en un coloquio en el que intervendrán tanto Fernando Gonçalves como Juan Carlos Pérez Jiménez, autor del libro ‘La mirada del suicida, el enigma y el estima’. Después se proyectará el documental ‘Supervivientes’, de Itziar Bernaola y Pablo Ferrán. “Es un documental extraordinariamente interesante y esclarecedor del fenómeno”, subraya el coordinador de la Red de Salud Mental de SEMG.

Este Cine Fórum va dirigido a todos los médicos asistentes al Congreso y su objetivo es la concienciación y puesta al día del fenómeno del suicidio, “para conseguir que todos, y muy especialmente los médicos de Atención Primaria, nos involucremos en la prevención y correcta atención al acto suicida y a sus consecuencias, tan frecuentes como ocultas en la sociedad actual”, según Gonçalves.

Grupo de Salud Mental de SEMG

De los veintidós Congresos de SEMG hasta la fecha, al menos en veinte de ellos en sus programas siempre ha estado presente el tema del suicidio. “Fuimos la primera sociedad científica en señalar que se producían en España más muertos anualmente por suicidio que por accidentes de tráfico”, recuerda el coordinador de esta red.

El Grupo de Salud Mental ha realizado cursos de habilidades para médicos generales y de Familia en los que el tema común era el suicidio. Con estas actividades se ha concienciado a los médicos de Primaria de la importancia de este tema, y se ha contribuido a poner las bases para derribar el tabú del suicidio.

Como apunta Gonçalves: “en el mundo hay más muertos por suicidio que por todas las guerras, homicidios y muertes violentas, es decir, hay anualmente un millón de muertos por suicidio, ¿cómo podríamos los médicos no reflexionar sobre ello?”.

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