La mutualidad admite que esta herramienta tiene barreras en este tipo de territorios

La receta concertada de Muface encuentra un obstáculo en la España rural
Exterior de Muface.


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La conquista ya está en marcha. Los territorios se van sumando uno a un mapa que, como si de un puzle se tratase, ya muestra su imagen. El dibujo se remonta a 2020. Fue entonces cuando, durante el mes de mayo, se colocó la primera pieza. La receta electrónica concertada de Muface, un hito para la digitalización de las herramientas de la mutualidad, aterrizó en Cantabria. Sirem, como se bautiza este sistema que permite retirar medicamentos sin necesidad de presentar un talonario en papel, está cerca de enseñar su imagen completa tras cinco años desde su puesta en marcha. La mutualidad capitaneada por Myriam Pallarés solo tiene a cuatro comunidades en su ‘lista de espera’, Andalucía, Catalunya, Castilla y León y Comunitat Valenciana. Unos territorios en los que se prevé la implantación de esta herramienta durante los primeros meses de 2026. Pero, entre tanto, Muface ha notificado un obstáculo en el camino de la receta electrónica concertada en todo el país: su uso en la España rural.

La propia Muface ha emitido un folleto informativo con las principales instrucciones a seguir ahora que la mayor parte del país dispone de la receta electrónica concertada. Sin ir más lejos, durante este mes de noviembre se han unido dos grandes comunidades, Madrid y País Vasco, por lo que cerca del 70 por ciento del mutualismo ya dispone de esta herramienta.


La receta concertada de Muface en la España rural


En esta comunicación, a la que ha tenido acceso Redacción Médica, la mutualidad ha lanzado un aviso claro. “Lleva siempre tu talonario de recetas si vas a zonas rurales”, indica sobre el uso de esta herramienta digital en esa España vacía. Y es que, tal y como explica el modelo liderado por Myriam Pallarés, en el caso de que el funcionario o su beneficiario se traslade a estos territorios, es importante llevar ese talonario, que algunos mutualistas ya tacharon de “arcaico” en conversación con este periódico, ya que “los médicos del servicio público de salud (del convenio rural) no pueden prescribir en Sirem”.

Esa es una de las principales ideas que da a conocer Muface. De hecho, como ya avanzó Redacción Médica, ese fue uno de los asuntos que salió a la luz durante el último Consejo General de la mutualidad. En esta reunión, la dirección general de la mutualidad detalló los retos que encara este sistema, y describió los dos frentes de batalla que tiene la receta electrónica concertada: su uso en las zonas rurales y la instalación de los sistemas informáticos para prescribir Sirem en los grupos hospitalarios que dan cobertura en la sanidad concertada de Muface.


Muface y su receta electrónica concertada


La receta electrónica concertada es uno de los sistemas más demandados dentro del mutualismo. La crisis sin precedentes de Muface supuso un parón para la implantación de este sistema en todo el país, y es los proyectos de la mutualidad se frenaron durante los siete meses que duró el trance ya histórico del modelo. Más de 200 días marcados por tres licitaciones, varias protestas, prórrogas y hasta la salida de una aseguradora (DKV, que dijo ‘adiós’ a Muface, Isfas y Mugeju por la infrafinanciación de los conciertos sanitarios).

Hasta entonces, la receta electrónica concertada de Muface ya estaba disponible en algunas comunidades ciudades autónomas. La primera y pionera fue Cantabria, en plena pandemia del Covid-19 en 2020. A ella le siguieron Asturias y Canarias en 2022; Extremadura y La Rioja en 2023; Navarra, Murcia, Illes Balears, Ceuta y Melilla en 2024.

Las dos ciudades autónomas fueron la última conquista de Sirem antes de la crisis sin precedentes de Muface. Fue meses después de la firma del concierto sanitario, en el que Adeslas y Asisa se dieron el ‘sí, quiero’ con la dirección general de la mutualidad para un contrato con una duración de tres años (2025, 2026 y 2027), cuando este proyecto volvió a estar sobre la mesa.

La receta concertada de Muface volvió al ruedo en julio. El día 1 aterrizó en Castilla-La Mancha; y en Galicia el día 15. Poco después, y como adelantó Redacción Médica, Sirem llegó a Aragón en plena ‘vuelta al cole’, el 11 de septiembre.

No fue hasta noviembre cuando esta herramienta se instaló en Madrid. En un evento al que acudió Myriam Pallarés, rodeada de distintos protagonistas procedentes del sector asegurador y de la Delegación del Gobierno, la directora general de Muface apuntó que el aterrizaje de la receta electrónica concertada en la comunidad se traducía en un “avance gigante”.

Eso fue el día 4 de este mes. Poco después, el 25, Sirem llegó a País Vasco. Un punto más en el mapa. Y es que en este momento tan solo quedan cuatro comunidades sin esta herramienta digital de Muface: Andalucía, Catalunya, Castilla y León y Comunitat Valenciana. No obstante, ya está en el radar de la mutualidad, y es que el modelo prevé implantar la receta electrónica concertada durante el primer trimestre de 2026.
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