La receta electrónica concertada de Muface es uno de los proyectos con más reivindicación dentro del propio mutualismo

Muface sitúa "dos frentes de batalla" que tiene la receta concertada
Sede de Muface.


SE LEE EN 3 minutos
El tablero está preparado. Las piezas, colocadas. Estrategias en mente. Pero las complicaciones surgen según avanza el juego. Ese es el escenario ficticio en que se encuentra Muface, la mutualidad encargada de dotar de asistencia sanitaria a los funcionarios y a sus familiares. El modelo, que este 2025 ha superado la que probablemente haya sido la mayor crisis de sus 50 años de historia, tiene ante sí una conquista: la implantación de la receta concertada electrónica. Un sistema, bautizado como Sirem, que como salió a relucir en el último Consejo General de Muface, tiene ahora dos "frentes de batalla".

La ‘cumbre’ de Muface ha llegado en un momento clave. La mutualidad puso fin a su crisis el pasado 30 de abril, cuando Asisa y Adeslas firmaron con la dirección general del modelo el contrato para la asistencia sanitaria de los funcionarios para los años 2025, 2026 y 2027. Todo ello tras la salida de DKV, que había estado casi 50 años ligada al mutualismo administrativo.

Durante el verano, a finales de julio, mostró los nuevos datos de su balanza sanitaria, en la que la sanidad concertada seguía como líder con un 64 por ciento de los mutualistas. No obstante, todo lo sucedido en los últimos meses provocó un ‘robo’: la sanidad pública se hizo con más de 60.000 funcionarios y familiares procedentes del modelo concertado. Pero ese no fue el único hito del verano, y es que julio también supuso el inicio, o más bien el reinicio, de la receta electrónica concertada de Muface, cuya implantación se paralizó por la crisis sin precedentes.

Los problemas de la receta concertada de Muface


La receta electrónica concertada de Muface es uno de los proyectos con más reivindicación dentro del propio mutualismo. La posibilidad de poder retirar los medicamentos sin necesidad de presentar un talonario en papel se ha convertido en una de las grandes atracciones para los funcionarios y para sus familiares.

Tal y como ha podido saber Redacción Médica, la receta electrónica concertada tiene actualmente dos frentes para su óptima implantación, conocidos por la propia Mutualidad.

Por un lado, está la España vaciada, donde los funcionarios y sus beneficiarios ya disponen de problemas para acceder a los recursos del modelo sanitario concertada. “En el ámbito rural, al no haber médicos concertados, no se va a poder utilizar la receta electrónica concertada porque los mutualistas al final van a la Atención Primaria o a Urgencia a la asistencia sanitaria pública”, dicen fuentes de Muface.

Y por otro lado está que los grupos hospitalarios tienen que tener instalado en sus centros la receta electrónica concertada. En este sentido, las fuentes explican que este “es un proceso lento en el que las entidades han empezado a trabajar lentamente”. “Cuando esté instalada la receta en todos los grupos hospitalarios los niveles de utilización se incrementarán”.

Son frentes de batalla que estamos explorando para intentar aumentar el número de recetas electrónicas”."Es verdad que muchas veces es el propio mutualista el que no quiere usar la receta concertada porque son personas mayores que están habituadas a usar la receta en papel".
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.