Las comunidades no han participado en este plan que sugiere la creación de microequipos con cupos asignados

Medicina de Familia señala en Redacción Médica que las comunidades no han participado y que el plan no debe quedarse en el plano teórico
Francisco José Sáez Martínez, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Laboral de la SEMG; y Rafael Micó, vicepresidente de la Junta Directiva de Semergen.


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La propuesta del Ministerio de Sanidad para reforzar la longitudinalidad en Atención Primaria mediante la asignación de cupos a microequipos -entre otras medidas- ha sido recibida de forma positiva por las sociedades científicas de Medicina de Familia, ya que, según han trasladado a Redacción Médica, coinciden en que la continuidad asistencial es clave para mejorar la salud de la población y reforzar la seguridad del paciente. Sin embargo, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) advierte que este modelo solo será efectivo si se implanta de forma real en los centros de salud, con planificación, recursos suficientes y, sobre todo, con el respaldo de las comunidades autónomas, que no han participado en esta propuesta de Sanidad.

Y es que el ministerio ha publicado un documento que plantea la creación de microequipos formados por médico de Familia, enfermera y administrativo como herramienta para fortalecer la longitudinalidad, así como la inclusión de indicadores específicos para comparar el seguimiento entre comunidades. Sin embargo, desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Rafael Micó, vicepresidente de su Junta Directiva, asegura que "es imprescindible" que estas propuestas no se queden en el plano teórico: "Reclamamos a Sanidad que pase de los discursos y los documentos estratégicos a su aplicación real en los centros de salud, con recursos, planificación y cambios organizativos efectivos. Solo así la longitudinalidad podrá convertirse en una realidad tangible para los pacientes".

Además, defiende "la incorporación del administrativo en salud, un perfil específicamente formado para asumir tareas no clínicas, reducir la carga burocrática y devolver tiempo real a la atención clínica". 

Reto pendiente: el 'sí' de las comunidades autónomas


Las dos sociedades coinciden en la necesidad de reforzar la longitudinalidad, pero Francisco José Sáez Martínez, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Laboral de la SEMG, ha compartido su preocupación a mayores por la participación autonómica: "No es lógico que se haya hecho este documento sin contar con las comunidades autónomas, que ya hubieran adelantado qué iban a hacer". "Ahora, el problema que vamos a tener es que algunas no van a querer incorporar este modelo y no se va a hacer", continúa. Sin su implicación previa, las autonomías podrían decidir no aplicar las medidas por limitaciones presupuestarias o por falta de recursos humanos: "Si las comunidades hubieran participado en el diseño, se podría haber visto el dinero que necesitan y la orientación o cambios que pueden hacer y cómo pueden realizarse".

Ambos señalan que la implantación de este enfoque exigirá recursos como la contratación de profesionales, estabilidad de plantillas y financiación adicional en algunas autonomías donde la Atención Primaria está más tensionada. Sin estos elementos, alertan, la iniciativa puede quedar "muy bonita", dice Saéz Martínez, en el papel y no traducirse en cambios reales en los centros de salud.

Aparte, Sanidad también proponía la inclusión de indicadores específicos para comparar el seguimiento entre comunidades. En este contexto, reclama que deben ser "claros y que permitan evaluar la implantación y comparar resultados entre territorios". Por ejemplo, "cuántas personas están incluidas en esa longitudinalidad, cuántas personas han sido atendidas en una determinada situación, definir en función de las patologías que existen, en función de la prevención de enfermedades que existen, cuáles son las que han visto en cada comunidad autónoma, etc.".

Prevención y atención integral 


Para él, "la longitudinalidad no debe limitarse al acto clínico en la consulta, sino extenderse también al seguimiento del paciente en su entorno cotidiano". La continuidad asistencial implica, detalla, "acompañar a las personas más allá del centro de salud, especialmente a quienes conviven con enfermedades crónicas, dependencias o situaciones de vulnerabilidad, para garantizar una atención más humana y personalizada durante todo el proceso de salud-enfermedad".

Mientras, Micó profundiza en la dimensión preventiva y explican que conocer al paciente permite intervenciones "en tabaquismo, promoción de ejercicio, detección precoz de factores de riesgo" que no se realizan en modelos centrados solo en episodios de enfermedad: "Si tú conoces a un paciente desde niño, puedes influir en que no fume, en que haga ejercicio o en que adopte hábitos saludables, algo que en otros países no sucede". En la práctica, recalca que un médico de Familia "que pierde la continuidad con sus pacientes, como sucede en los hospitales, genera un cambio en la atención". "La prevención de enfermedades, que es lo que hacemos sobre todo de manera mayoritaria en este nivel asistencial, si no tenemos esa longitudinalidad, se pierde", asegura.

Un enfoque igualmente positivo


Aún así, confirma que la entidad valora positivamente el enfoque propuesto por Sanidad. "La evidencia científica es clara: tener un mismo médico de Familia a lo largo del tiempo mejora de forma directa la salud de la población", asegura citando que los estudios disponibles confirman que la continuidad con el mismo profesional puede "reducir la mortalidad hasta en un 30 por ciento, disminuir en torno a otro 30 ciento las visitas a urgencias y reducir un 28 por ciento las hospitalizaciones". 

El seguimiento prolongado permite al médico conocer en profundidad al paciente y mejorar la toma de decisiones clínicas. Esta relación estable también favorece la adherencia a los tratamientos, ya que el paciente "comunica a su médico de Familia sus dudas o problemas, lo que reduce fallos en el seguimiento clínico", y facilita la supervisión de pruebas, derivaciones e informes, lo que "disminuye omisiones, duplicidades y confusiones que generan errores diagnósticos y terapéuticos". Sáez Martínez también respalda que los microequipos pueden ayudar a diseñar esa longitudinalidad que "genera un cambio en la atención", especialmente en el ámbito de la cronicidad y la prevención, pilares fundamentales de la Atención Primaria. 

En definitiva, la visión de los dos facultativos es que la Atención Primaria permite ese abordaje preventivo, lo que marca una gran diferencia frente a sistemas de otros países donde se basa en atender a personas directamente enfermas, mientras que en España se plantea hacer esa prevención de las enfermedades. Así, las dos sociedades de Medicina de Familia tienen claro que están a favor de la longitudinalidad como un elemento fundamental para que se pueda hacer un buen seguimiento y se mejore la atención a los pacientes.
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