Los datos de la
encuesta que publicó Satse hace unos días reflejan que casi la mitad de
enfermeras y fisioterapeutas sufre situaciones que pueden ser consideradas de
acoso sexual. Una cifra preocupante que demuestra una realidad que, a día de hoy, continúa siendo un tabú. De hecho, lejos de reducirse los sucesos, profesionales que han sufrido alguna conducta sexual en el pasado creen que la situación "no ha cambiado" en la actualidad, y han resaltado la necesidad de
visibilizar los casos para que más mujeres se atrevan a denunciar lo que ocurre en los servicios.
Una de las profesionales que ha querido contar su historia es una matrona. Aunque ya han pasado unos años desde que ocurrieron los hechos, hay momentos, como con la publicación de esta encuesta, que
no puede evitar recordar."Se intentan olvidar, pero se quedan ahí", ha reconocido a
Redacción Médica. Un testimonio que coincide con la semana en la que se ha celebrado el
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, concretamente, el 25 de noviembre.
Y es que esta enfermera empezó su formación
EIR con ganas e ilusión, como cualquier profesional que quiera lograr su objetivo de especializarse. Pero ya el
primer jefe de Servicio de Ginecología con el que trató le mostró una realidad que en absoluto se esperaba. "Se me insinuó varias veces. Yo era muy joven y
me dijo que parecía una chica fácil", ha lamentado.
Acoso sexual durante el EIR
En la actualidad, si recibiese ese tipo de comentarios, su actitud sería muy diferente a la que tuvo cuando tan solo llevaba unos meses en el hospital. "
Antes era callar y otorgar. Eres la última de la jerarquía en el hospital y lo tienes que aguantar. Soy una persona muy sociable y simpática, y por eso, muchos hombres me veían como una tía fácil,
sobre todo los grandes depredadores", ha asegurado.
Lejos de que este tipo de comentarios desapareciesen, esta actual matrona los siguió aguantando durante su formación, y la actitud del segundo jefe de Servicio con el que estuvo no distó mucho de la actitud del primero. "
Este también se me insinuó. Era un hombre déspota que
tenía a todo el hospital atemorizado. Incluso, fue violento con el marido de una compañera y acabaron peleándose. Todos le tenía mucho miedo. A mí es cierto que me trataba bien, pero
me dijo que quedásemos fuera. Te hablo de que él podía tener casi
60 años y yo estaba en la veintena. Evidentemente nunca cedí a una presión como esta", ha narrado.
Insultos y faltas de respeto en el hospital
Aun así, lo más "gordo" que vivió fue, ya de matrona, con un ginecólogo con el que siempre había tenido "muy buena" relación, aunque "todo el mundo" sabía que se "
enrollaba con estudiantes y residentes". "Le hicieron jefe de Servicio y nos seguimos llevando bien, pero yo me fui y solo hacía guardias allí. Pues un día le dije que podíamos ir a una ciudad determinada a ‘rescatar’ matronas porque necesitábamos más para estas jornadas de 12 horas, y el me dijo que sí, que
iría conmigo, pero para hacer otra cosa", ha lamentado, dejando claro que buscaba un contacto más íntimo con ella.
Por cuestiones personales, tuvo que volver al hospital donde estaba dicho jefe de Servicio para trabajar en turnos normales, no solo para las guardias, y este ginecólogo
continuó con sus insinuaciones, aunque, tal y como afirma, ella nunca cedió a ellas. "Había mucho machismo", ha enfatizado.
Un médico a una matrona: "Estás aquí para callar y obedecer"
Pero, la situación empeoró cuando la protagonista de esta historia tuvo un leve encontronazo con otro especialista del área, y este se quejó al jefe de Servicio. "Me llamó a su despacho a preguntarme lo que había ocurrido. Como éramos amigos le explique la situación tranquilamente. Pero, al ver que yo tenía razón, le sentó fatal y me habló con muy malos modales diciendo que estaba ahí para
callar y obedecer", ha relatado.
Ese comentario no le sentó nada bien a esta enfermera, quien continuó exponiendo las razones por las que tenía razón, y llamó "chaval" al médico adjunto con el que había tenído el encontronazo. Una palabra que retumbó en los tímpanos del jefe de Servicio, enfureciéndole todavía mas. "Acto seguido
me llamó fulana, y que si no quería estar ahí que
cogiera la puerta y me fuese, a pesar de tener plaza en ese hospital", ha detallado.
Una matrona denuncia a un jefe de Servicio
Tras escuchar esas palabras empezó a "llorar" y se fue directamente a denunciar la situación a prevención de riesgos laborales para que hicieran un informe. "
Estaba cansada del trato denigrante constante dentro de mi unidad. Tenía la tensión por las nubes", ha explicado.
Después de un año de idas y venidas reuniéndose con personas como el jefe de recursos humanos o el gerente, esta matrona logró cambiarse de hospital e intentar
olvidar todas las malas experiencias que había vivido allí. Aunque, según ha reconocido a este periódico, hoy en día no siente ningún tipo de rencor ni odio. "Creo que está bien que se visibilice esta y otras historias para que cualquier persona, sobre todo si tiene poder,
se lo piense dos veces antes de coaccionar a alguien o hacerle comentarios insinuantes de carácter sexual", ha concluido.
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