La saturación y sobrecarga de las consultas en Atención Primaria se debe no solo a la mala planificación de recursos, con cupos sobredimensionados y una crónica ausencia de sustituciones, sino también -y muy especialmente- a la enorme sobrecarga de actividad burocrática y de aquella que
no es propia del médico en la consulta. En este sentido, potenciar otras categorías profesionales como
se viene haciendo con el personal de Enfermería, tal y como se ha demostrado, en nada ha contribuido a aliviar la sobrecarga asistencial que padecen médicos de Familia y pediatras en las consultas de
Atención Primaria: la sobrecarga y la demora en la atención no se han reducido nada aumentando el número de enfermeras por encima incluso del de médicos.
Así, pretender
asignar funciones propias del médico a otros colectivos con el fin de disminuir su sobrecarga no solo supone una invasión de competencias a toda luz ilegal y nociva para el paciente, sino que además hemos comprobado cómo en nada ha contribuido a solucionar la saturación de las consultas médicas, ya que la demanda asistencial de problemas tanto crónicos como agudos únicamente puede y debe ser encauzada por el médico, como así lo percibe la población.
Al mismo tiempo, poco o nada se ha hecho para sacar de las consultas toda aquella actividad que, siendo ineludible (bajas laborales, informes, acto administrativo de la prescripción, trámites de pruebas complementarias o derivaciones, y un largo etc.) interfiere de forma notoria y, en muchos casos, letal en la correcta atención médica.
La informatización de las historias no solo no ha terminado con la burocracia, sino que se ha limitado simplemente a mecanizarla a la vez que la aumenta.
Que un médico invierta su escaso tiempo en pasar a los pacientes, adecentar la camilla de exploración entre paciente y paciente, recoger datos de filiación, o simplemente rellenar formularios, muchos de ellos interminables, en circunstancias como las actuales, es a todas luces ineficiente y debe ser corregido de forma inmediata.
Reducir el tiempo -ya de por sí escaso- para la atención clínica por tener que asumir actividades como estas, que poco o nada puede solucionar el personal de Enfermería, no es nada operativo y obliga a adoptar soluciones que de verdad terminen con este problema, como llevan reclamando desde hace años tanto las sociedades científicas como el propio Foro de Atención Primaria, del que forma parte
CESM.
Potenciar la figura del Técnico Auxiliar en Consulta
Ante esta situación, como secretario general de la Confederación y médico de Familia considero que resultaría clave potenciar en Atención Primaria la figura del
Técnico Auxiliar en Consulta, lo que podría constituir una solución a la sobrecarga de las consultas en el primer nivel asistencial por el exceso de burocracia y el elevado volumen de tareas accesorias al trabajo clínico del médico, una medida que debería ir acompañada de un necesario aumento de médicos de plantilla por el aumento de la población atendida y de otras propuestas como incluir profesionales de categorías como
TCAE, fisioterapeutas y psicólogos además de Enfermería, lo que también ayudaría a reducir la demanda asistencial del médico y la dedicación de su tiempo para esas tareas.
En concreto, este perfil de Técnico Auxiliar en Consulta podría ampliar las capacidades del facultativo en la resolución de la demanda burocrática y le asistiría en el desarrollo de la consulta como apoyo para todas aquellas actividades que no son inherentes a la práctica asistencial que sin embargo interfieren y merman el tiempo que se puede dedicar a los pacientes, además del acompañamiento que podría ejercer para actos
médicos como la exploración física de los pacientes, que en ocasiones puede suponer situaciones de riesgo para el profesional.
Por estos motivos, parece lógico reclamar el apoyo real al médico de Atención Primaria potenciando la figura de este personal de apoyo que actuaría de manera conjunta en cada consulta como única solución actual viable para la sobrecarga asistencial que lleva años padeciendo el primer nivel asistencial.