Pepa Toledano siempre quiso estudiar algo relacionado con la sanidad, pero, debido a
su situación familiar cuando tenía 18 años, ese sueño se volvió inviable. Ella proviene de una familia con 11 hermanos, y sus padres no pudieron hacer frente al
desembolso económico que requería el acceso a la facultad. "Siempre ha sido algo que quería hacer", ha afirmado. A pesar de estas dificultades y tras ejercer en distintos trabajos, se formó como Técnica de Cuidados Auxiliares de Enfermería (
TCAE) y le gustó tanto que no pudo detenerse ahí, sino que decidió que quería seguir aprendiendo aspectos sobre el sector sanitario. Así,
tres décadas después de que esa adolescente quisiese entrar a la universidad, esta sanitaria cumplió su sueño e ingresó, con
casi 50 años, a Enfermería. "Creo que es la profesión más bonita".
Cuando Toledano tenía 18 años sabía que su futuro estaba dentro del sector de la salud, pero no tenía claro a qué rama adentrarse. Después de muchos años ejerciendo como TCAE y, con 49 años, fue de las primeras aspirantes a la universidad que entró a través de la vía de acceso para mayores de 45 en España. "Tomé la decisión de
hacer Enfermería", ha afirmado.
Compaginar Enfermería con el trabajo como TCAE
La universidad, para esta enfermera,
fue realmente dura. No por el temario que tenía que estudiar, sino porque tenía que compatibilizar su vida fuera del aula con los libros. "Yo seguía trabajando como TCAE y, a veces,
estaba 24 horas fuera de mi casa. Hacía mis turnos en el hospital y luego me iba a la facultad", ha explicado.
A pesar de estas adversidades, consiguió sacar el título a curso por año. Encima,
con beca. "Me tuve que esforzar mucho. Además,
me divorcié en el segundo año de carrera y me quedé con mis dos hijos, sola y sin apoyo porque no tenía familiares en mi región. No pude disfrutar de esa experiencia universitaria. Todo mi tiempo era muy ajustado. Pero bueno, lo conseguí", ha explicado.
Apoyo de los compañeros de Enfermería
Eso sí, sus compañeros universitarios durante la formación fueron un gran pilar para Toledano. "
Tenía mucho apoyo por parte de ellos y, además, sigo teniendo contacto. Era como la mamá del grupo y la portavoz. También un poco su confidente", ha reconocido entre risas. Pero lo que tiene claro es que, a pesar de todos los obstáculos que tuvo en el camino, fueron unos años "muy bonitos". "
No me sentí nada sola porque todos estaban pendientes de mí. Si faltaba a alguna clase me pasaban los apuntes”, ha reconocido.
Unas actitudes que, lamentablemente, no tuvieron
sus docentes. "No sentí ese apoyo, ni empatía ni comprensión. Decían que, si trabajaba por las mañanas, que podía venir por las tardes. Pero, ¿entonces cuándo estudio, cuándo hago los trabajos, cuándo me ocupo de mi casa? Es cierto que hubo clases que fueron muy bonitas, pero
mi experiencia con los profesores no fue muy buena", ha recalcado. Ahora, tras
cinco años ejerciendo como enfermera, Toledano puede afirmar, alto y claro, que su profesión es la "más bonita" de todas. "Le puedo dedicar el tiempo que necesitan los pacientes", ha concluido.
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