La nueva portavoz nacional de sanidad de Vox afirma que insistirá en la tarjeta sanitaria única y la historia compartida

María García Fuster, portavoz nacional sanitaria de Vox.


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María García Fuster irrumpe como portavoz nacional de sanidad de Vox con las “ideas claras” y una máxima que da sentido a su proyecto político: la recentralización de la sanidad. Desde el plató de Redacción Médica, la mandataria conservadora exige al Ministerio de Sanidad medidas para reducir las listas de espera y evitar situaciones como el cierre de camas en verano, algo que achaca, en esencia, a la falta de profesionales. Lo primordial, afirma, es retener “talento español”, algo que no cree que se pueda conseguir con el Estatuto Marco que plantea el departamento de Mónica García, en el que aprecia además otros problemas como el relativo a la reclasificación de las profesiones sanitarias. 

Se cumple un mes de su designación como portavoz nacional de sanidad de Vox. ¿Cuáles están siendo sus primeras decisiones? ¿Qué rumbo sanitario va a tomar el partido?

De entrada, es un orgullo haber sido nombrada portavoz nacional de sanidad, es un paso muy importante que demuestra el compromiso de Vox con uno de los pilares básicos de la sociedad como es la sanidad. Vox ha apostado de forma muy clara tanto por los pacientes como por los profesionales sanitarios. Queremos una sanidad de calidad para todos los españoles y cuidar al que cuida, a los profesionales sanitarios, que están total y absolutamente abandonados.

Las líneas del partido han sido muy claras a este respecto. Siempre hemos hablado de recentralizar la sanidad, porque no puede haber 17 sanidades distintas con unos derechos y deberes en cada región y que cada español tenga unos privilegios o unos problemas de acceso a la sanidad pública diferentes. Pedimos una tarjeta sanitaria única, para que si te desplazas a cualquier lugar de España te pueda servir.

¿Ha tenido ya la oportunidad de reunirse con los portavoces de salud de las Cortes, David García Gomis y Fernando Carbonell? ¿Qué propuestas, qué iniciativas legislativas va a llevar Vox al Congreso y al Senado?

Llevamos trabajando desde el principio de la legislatura. Lo bueno que tiene Vox es que tenemos un discurso único en todas las comunidades autónomas y en el Congreso de los Diputados, y por eso el trabajo es conjunto siempre. Ahora me han nombrado a mí portavoz nacional de Sanidad, pero pasado mañana puede ser otro y el discurso seguirá siendo el mismo, y está orientado precisamente a la recentralización.

Las iniciativas parlamentarias siempre van dirigidas a mejorar la calidad asistencial de los españoles, a cuidar y a proteger al personal sanitario para una mejor asistencia y para que todos los españoles podamos disfrutar de los mismos privilegios. La oposición habla de que queremos privatizar y no, no queremos privatizar; lo que queremos es una sanidad pública de calidad para todos los españoles. ¿Con colaboración público-privada? Posiblemente. Si se necesita, ¿por qué no? Pero, sobre todo, queremos potenciar la sanidad pública.

 María García Fuster, portavoz nacional de Vox.

 María García Fuster, portavoz nacional de Vox en sanidad.


Ya me ha dado alguna pincelada, pero quería ahondar en esa reflexión sobre cuáles son los males que detecta en el Sistema Nacional de Salud actualmente. ¿Qué va a hacer Vox para tratar de corregirlos?

Me alegra que me lo pregunte, porque me permite anunciar que el próximo 8 de septiembre celebraremos en el Congreso de los Diputados unas jornadas sobre sanidad. Contaremos con expertos de distintos ámbitos y territorios, y abordaremos a fondo los principales problemas del Sistema Nacional de Salud. Pero no nos quedaremos solo en el diagnóstico: también plantearemos soluciones.

Creemos que uno de los problemas más graves ahora mismo es la falta de profesionales sanitarios. Esto está directamente relacionado con el aumento de las listas de espera. Además, existe una clara desigualdad territorial en el acceso a la sanidad, lo que supone una quiebra de la equidad en España.

Esa desigualdad genera situaciones inaceptables: ciudadanos con los mismos deberes, pero con distintos derechos sanitarios según dónde vivan. Un ejemplo muy claro fue el caso del Trodelvy, un medicamento contra el cáncer de mama metastásico. Aunque estaba aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, no tenía un precio de referencia y, por tanto, no estaba disponible en todo el sistema público. En Valencia, por ejemplo, sí se administraba; en Cataluña, no. ¿Cómo puede ser que una paciente tenga acceso a un tratamiento vital en una comunidad y en otra no?

O piense en otro caso: alguien se va de vacaciones a Andalucía y sufre un problema de salud. A pesar de estar dentro del mismo sistema nacional, los médicos no pueden consultar su historial clínico porque no hay una historia compartida entre comunidades. Aun así, los profesionales españoles —médicos, enfermeros, auxiliares— le salvarán la vida, porque son posiblemente los mejores del mundo. Pero les facilitaríamos mucho su trabajo si contaran con las herramientas adecuadas. Y eso redundaría en una mejor atención para todos.

Por eso defendemos un Ministerio de Sanidad con competencias reales, que trabaje por la salud de todos los españoles. No una estructura vacía que solo consume recursos mientras todo el sistema está transferido.

"Creemos en un SNS universal pero no en el turismo sanitario; para operarte un juanete vete a tu país"



Como bien ha dicho, el aumento de las listas de espera, el cierre de camas, son algunos problemas achacables en buena parte a ese paulatino envejecimiento de las plantillas...

El cierre de camas en verano es lo que más acusan los ciudadanos.

¿Y cómo se puede paliar esa problemática? ¿Cómo se puede rejuvenecer y ampliar las plantillas de salud?

Lo primero que tenemos que tener es una estructura sanitaria y un ministerio potente con unos datos nacionales y saber exactamente de cuántos profesionales disponemos. Y luego, organizarlo. Si tú no tienes una visión global, estructural, de los recursos humanos e infraestructuras, no puedes organizar un sistema de salud. Es imposible. Entonces pasa lo que pasa, que se van tres médicos de vacaciones y hay que cerrar 20 camas, o 200, o 300. Y los médicos y los enfermeros también tienen derecho a hacer vacaciones. Pero claro, son camas que hay que cerrar. ¿Por qué? Porque no hay una estructura, no hay una previsión sanitaria.

Bueno, de hecho, desde el Ministerio de Sanidad, también con las comunidades autónomas, se viene trabajando en ese registro de profesionales que parece que nunca termina de culminarse.

No terminará porque es imposible. Los profesionales y los recursos no son cosas estáticas.

¿Contempla Vox la agilización de las homologaciones a extranjeros como una vía plausible para paliar esa problemática?

De entrada hay que retener el talento español. Los médicos formados en España, con el MIR, posiblemente sean los mejores del mundo. De Europa sin lugar a dudas, pero posiblemente sean los mejores del mundo, y así está reconocido. Con la Enfermería pasa exactamente igual. Europa se pega por los enfermeros formados en España. Y lo suyo es retener ese talento mejorando las condiciones laborales y la retribución, disminuyendo la carga asistencial, mejorando la conciliación familiar, equiparando los sueldos al resto de Europa.

Abrir la mano en el cuello de botella de las homologaciones es muy complicado y, aparte, muy peligroso, porque un porcentaje importante de médicos extracomunitarios no tienen el nivel que se exige en Europa. Es decir, que su formación es deficiente si la comparamos con la española o con la del resto de Europa. Por supuesto que se tienen que homologar títulos, pero se tiene que hacer con rigor y criterio y exigiendo la formación que tenemos aquí en España para que los médicos extracomunitarios que vengan puedan ejercer en las mismas condiciones y se les exija exactamente la misma formación que a los médicos europeos. Si no, iría en detrimento del paciente. Y tenemos que tener en cuenta que el paciente es el centro de la profesión médica.

Hablemos entonces de por qué no se quedan los médicos españoles de las condiciones laborales de los facultativos y de enfermeros y el resto de personal sanitario. Precisamente Sanidad y sindicatos mantienen un tira y afloja con motivo del Estatuto Marco. El Ministerio enfatiza sus virtudes, como por ejemplo la derogación de las guardias de 24 horas o una mejor retribución de las mismas. ¿De llegar el proyecto al Congreso, lo apoyaría Vox?

En principio todavía es un proyecto de Ley; no está terminado. Habría que estudiarlo a fondo y aclarar muchos de esos artículos que no están claros. Yo he hecho un estudio del actual proyecto de ley del Estatuto Marco y lo cierto es que deja abiertas muchas cosas, como las retribuciones de los complementos de las comunidades autónomas. Esto hace que a lo mejor comunidades autónomas que les importe más retener al personal sanitario aumenten o paguen mucho estos complementos y que otras que quizás no tengan los recursos se queden sin médicos. Al final están las comunidades compitiendo entre ellas por el personal sanitario, dejando zonas despobladas de médicos o de Enfermería. Aparte, también se quiere equiparar la categoría profesional; Enfermería sería un A1 y Medicina, también. Esto no es valorable, son cosas que no se tienen que plantear así. En un hospital absolutamente todo el mundo es necesario, somos como un reloj y si falta una pieza, no funciona; no hay una profesión más importante que la otra, pero sí que hay categorías por formación.

Tampoco contempla el Estatuto Marco acabar definitivamente con las guardias de 24 horas. Se plantea a no ser que haya situaciones especiales. Y también hay que tener en cuenta que hay muchísimos profesionales de la salud, tanto de Medicina como de Enfermería, que prefieren las guardias de 24 horas. Prefieren las guardias de 24 horas porque si no, no hay continuidad para llevar a un paciente. Hable con cualquiera de trasplante renal. La realidad es que los médicos lo que piden es un Estatuto propio. No quieren estar enmarcados dentro del Estatuto Marco porque no cubre sus necesidades y porque no se les ha consultado como interlocutores.

El Estatuto Marco ha unido a todos los médicos, que es una cosa inédita, pero en contra del Ministerio. Se han manifestado sociedades médicas, colegios de médicos, asociaciones, sociedades... Es una locura.

¿Ese Estatuto médico es viable?

Sí, perfectamente. Es un estatuto perfectamente viable para los médicos, pero habría que estudiarlo. ¿Por qué no pueden tener un Estatuto propio si sus condiciones laborales y sus responsabilidades son totalmente distintas a las de Enfermería, por ejemplo? No es que uno sea mejor que otro, son sencillamente distintos.

Los médicos formados en España son posiblemente sean los mejores del mundo, afirma García Fuster.


Le hago una pregunta de carácter más personal. ¿Con las condiciones que propone el Ministerio de Sanidad en este Estatuto, ¿se plantearía volver a realizar la carrera de Medicina?

Yo nunca he claudicado y siempre he pensado que volveré. Yo soy anestesiólogo y a mí me gusta mucho mandar, como a todos los anestesiólogos. Y sí, me planteo volver a quirófano y a trabajar con estas condiciones. He trabajado en condiciones muy malas, cuando no se libraban ni siquiera las guardias y la carga asistencial era otro nivel. Pero a mí me gusta mi profesión, nunca se deja de ser médico. Ahora me toca esto, trabajar por los pacientes pero en otro puesto.


"La Agencia de Salud Pública es un gasto superfluo"



Cambiando un poco el asunto, esta semana llega la definitiva votación en el Congreso de esa Agencia Estatal de Salud Pública, sobre la cual Vox se ha posicionado desde el principio en contra. ¿Por qué motivos? ¿Por qué no ha sido posible alcanzar más consenso político sobre esta agencia?

La Agencia de Salud Pública, a nivel estatal, sería lo que nosotros querríamos. Pero ahora mismo no tiene sentido porque cada comunidad autónoma tiene su departamento de Salud Pública. ¿Qué hace esta Agencia? Nada. Es una agencia de colocación, no hace absolutamente nada más, porque Cataluña tiene su Agencia de Salud Pública, como Madrid, Valencia, Extremadura... En realidad, las competencias están transferidas, y esta Agencia, a nivel estatal, no hace nada. Hay que evitar el gasto político superfluo, y esto es gasto político superfluo. Es colocar a altos cargos para despilfarrar el dinero de los españoles.

El Gobierno insiste en que la selección de cargos iba se haría con el correspondiente concurso.

Esto permítame dudarlo, tratándose del Partido Socialista y de los comunistas. No tenemos más que verlo. No creo que Óscar Puente esté colocado ahí por su capacidad gestionando infraestructuras. Ni el señor Ábalos, ni la señora Begoña Gómez, ni el hermano del presidente del Gobierno. Cuando nos están diciendo el Partido Socialista y los comunistas que van a hacer un proceso de selección por meritocracia, echémonos las manos a la cabeza. Yo no me creo absolutamente nada. Es más, no creo que haya algún español que se crea que vaya a haber un proceso de selección justo.

García Fuster critica la Ley de Medicamentos: Elimina la competitividad



Otra Ley de actualidad es la relativa a los medicamentos. Ha generado debate por ese sistema de precios seleccionados que inicialmente puede conllevar un ligero descenso de los precios de los medicamentos con patente caducada. ¿Cómo recibe Vox la propuesta del Gobierno?

Pues exactamente igual que los farmacéuticos. Es un completo desastre. El plan para ellos ha sido hacer una selección de medicamentos. Ellos lo llaman los medicamentos homólogos. Por una parte, ellos hacen la selección de los medicamentos más baratos, presionan a las farmacéuticas, cogen los más baratos y el paciente va con una receta. Si el fármaco que le ha recetado el médico entra dentro de los homólogos de la selección de baratos, no pasa nada. Pero si no, el farmacéutico tiene la obligación de o cambiarle el fármaco que le ha recetado el médico por uno de los baratos que ha seleccionado el Ministerio o que el paciente tenga que pagar la diferencia de precio. ¿Qué hace esto? Elimina la competitividad y trae pobreza. Segundo, esto es una medida de una persona que jamás ha ejercido.

Vaya usted a cambiarle a un abuelito el fármaco. No, él quiere lo que se ha tomado toda la vida. O sea, que de entrada rompería la adherencia, aparte de crear una cantidad de problemas de suministro porque si hay fármacos que no se dan habrá problemas de suministro. También los colegios de farmacéuticos advertían de que acabarán cerrándose farmacias porque no se necesitarán tantas y se reducirán los puestos de trabajo. Desde el punto de vista político es lo más parecido a una Farmacia estatal, que es el objetivo de este Gobierno. Internalizarlo todo y acabar con la competencia.

A propósito del tema competencial, el Parlament de Cataluña, con el apoyo de PSC, Junts y ERC, acaba de volver a exigir el traspaso de la gestión del MIR. Hay otras comunidades, como la vasca, en las que también late este debate. ¿Qué análisis hace de esta situación?

Obviamente es un desastre. Habrá médicos de primera y de segunda. En el caso de Cataluña no están preparados para tener la gestión de los MIR. ¿Por qué? Porque no son capaces de gestionar ni una escalera de vecinos. La Generalitat de Cataluña es la comunidad autónoma más corrupta de España con diferencia. No porque lo diga yo, no porque lo diga Vox. Esto lo dice un estudio de la Universidad de Gotemburgo que salió en el 2021.

Ahora volverá a salir y estoy segura que volvemos a hacer podio. Una comunidad autónoma con esos datos de corrupción no la puedes dejar gestionar absolutamente nada y menos una formación sanitaria especializada. Cuando tenemos la mejor formación especializada del mundo, ¿por qué quieres cambiarla? ¿Por qué quieres hacer cupos? Porque esa es otra; piden un cupo del 70 por ciento para médicos catalanes solamente. O sea, que las plazas MIR sean solamente ocupadas por médicos catalanes que hablen catalán. Ese es el objetivo, aislarlos de los demás. Estamos jugando con fuego, con la formación de MIR y con que la calidad de los médicos en un futuro sea muchísimo más baja por medidas del Partido Socialista para mantenerse en el poder.

Decía antes que uno de los pilares de la sanidad que proyecta Vox es un sistema de salud más centralizado. ¿En qué grado es recentralizable la sanidad?

En una parte muy importante, sin duda. Hay aspectos que, por su propia naturaleza, no se pueden centralizar, como las listas de espera. Eso debe gestionarlo cada hospital: su gerente sabe cuántas prótesis de rodilla puede poner su equipo y organiza en función de ello. Pero hay otras áreas que sí deberían recentralizarse, como las compras. Si comprásemos medicamentos a nivel nacional y fuese el Ministerio quien los distribuyera entre las comunidades autónomas, ahorraríamos una cantidad enorme de dinero.

Lo mismo ocurre con la organización sanitaria y de personal. Con una estructura centralizada, podríamos saber exactamente cuántos médicos hay en cada sitio, cuántos están de vacaciones, cuántos faltan, y aplicar incentivos para reubicarlos según las necesidades. Por ejemplo, si en un hospital de Cataluña se van muchos médicos y sabemos que es una zona con alta presión turística, podríamos reforzarla trasladando personal desde otras regiones, asegurando así que no se colapsen las listas de espera.

También deberíamos recentralizar la planificación de infraestructuras. No puede volver a pasar lo que vimos en Galicia. Allí, cuando se acercaban las elecciones, el Partido Popular, en lugar de planificar con criterio, construía ambulatorios en cada pedanía, a veces a escasos 30 metros entre sí. ¿Resultado? Hoy muchos están vacíos y faltan médicos. Se ha malgastado dinero en infraestructuras innecesarias, más pensadas para ganar votos que para mejorar la atención sanitaria.

Naufragó en las Cortes Generales esa tarjeta sanitaria única e interoperable que trató de impulsar su partido y a la que ha hecho alusión antes. ¿La dan por perdida o lo van a volver a intentar?

Por supuesto que sí, la volveremos a presentar junto con la historia compartida para que los españoles podamos disfrutar todos de las mismas ventajas, vivamos donde vivamos y sobre todo viajemos a donde viajemos dentro del territorio nacional.

De forma paralela se está negociando esa Ley de Universalidad propuesta por el Gobierno. ¿Cómo la valora Vox y qué cambios pretenden incluir en ella?

Obviamente creemos en una sanidad pública gratuita, pero no para todo el mundo. La inmigración ilegal y masiva que está llegando actualmente a España está reventando el Sistema Nacional de Salud (SNS). No solamente el sistema sanitario sino también los servicios sociales. Ya han alertado muchísimas comunidades autónomas de lo que está pasando. Ahora mismo nosotros somos partidarios de que todo el mundo tenga acceso a las urgencias o emergencias hospitalarias, pero no para operarse un juanete. Y no hablo solamente de la inmigración que viene del norte de África. Nosotros en España tenemos muchísimo turismo sanitario. Recuerdo una vez que, trabajando en uno de los hospitales en Cataluña de guardia de Medicina interna, a la que me dedicaba antes de hacerme anestesiólogo, me llamó el Sistema de Emergencias para decirme que acababa de aterrizar un señor de Dinamarca con un cartelito que le ponía ‘No me funciona el marcapasos’. Esto eran más de 36.000 euros de ingreso y de cambio de marcapasos. Se le cambió y se volvió a Dinamarca. Este turismo nosotros lo tenemos en España. Por supuesto, son cosas que hay que arreglar. Nosotros creemos que toda persona que tenga una urgencia vital debe ser atendida independientemente de la nacionalidad, esto por descontado. Pero para operarte de unos juanetes, no. Vete a tu país, especialmente si no has cotizado en la vida.

La dirigiten de Vox enfatiza que volverá a ejercer la Medicina tras su paso por la política.


La ministra de Sanidad, Mónica García, es anestesióloga, como usted. Aparte de eso, ¿detecta algún otro punto en común con ella?

Ninguno, cero. Nos molestan los sindicatos subvencionados que se dedican a vivir del cuento y Mónica García está claro que ha sido siempre una de ellas. La prueba es que todas las leyes que impulsan ninguna tiene ni pies ni cabeza.

En las últimas semanas ha vuelto también a brotar el debate sobre un hipotético pacto de legislatura de PP y Vox para formar gobierno en un futuro. Si fuera ese el caso, ¿qué líneas rojas sanitarias pondría Vox al Partido Popular para aceptar ese acuerdo?

La verdad es que esto habría que estudiarlo muy bien, pero desde luego son las mismas líneas rojas que estamos diciendo ahora mismo. Queremos una sanidad centralizada, no queremos 17 sanidades distintas en toda España, no queremos pactar con los separatistas y por supuesto no queremos darle ninguna competencia más a la la gente que quiere destruir nuestra nación.


Un instante de la entrevista con María García Fuster.

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