Las
cardiopatías constituyen la
enfermedad congénita más frecuente y afecta a unos 4.000 nacimientos anuales, lo que supone que 10 recién nacidos cada día están afectados por esta dolencia. Se clasifican en baja (50 por ciento de los casos), media (35 por ciento) y alta complejidad (15 por ciento de los pacientes) y se caracterizan por ser una de las
patologías crónicas e irreversibles con menor esperanza de vida -alrededor de los 53 años-, por el riesgo de muerte súbita y de insuficiencia cardíaca y por las complicaciones adicionales derivadas de las varias cirugías cardíacas reparadoras, cateterismos y colocación de marcapasos o desfibriladores implantables, que estos pacientes necesitan a lo largo de su vida.
No obstante, las
cardiopatías congénitas son patologías dinámicas y en constante evolución y, a pesar de esta dura situación, hay terreno para el optimismo: actualmente, en nuestro país, el 90 por ciento de los pacientes de esta condición llega a la vida adulta, mientras que, en los años 80, el 90 por ciento de los enfermos con cardiopatías congénitas complejas fallecían antes de los 3 años. En España, se estima que hay alrededor de 200.000 pacientes adultos de cardiopatías congénitas. Así, podemos afirmar que la cardiopatía congénita es un claro ejemplo del avance de nuestra
sanidad pública en los últimos 50 años.
"La cardiopatía congénita es un ejemplo claro del avance de nuestra sanidad pública en los últimos 50 años"
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El
Grupo Parlamentario Socialista ha entendido que el principal reto actual de estos pacientes, y de las asociaciones que los respaldan, es toda la problemática que se deriva de su inclusión en la vida laboral. Por esta razón, hemos trabajado una
Proposición No de Ley con el objetivo de conseguir un
reconocimiento en discapacidad acorde con la realidad de su camino vital, para que puedan aspirar a una inserción plena en la vida laboral y poder así desarrollar un proyecto de vida con los mismos derechos y oportunidades que el resto de la población. Creemos de justicia que se aborde por parte de las instancias competentes y en el marco de la Comisión Estatal de Coordinación y Seguimiento de la Valoración del Grado de Discapacidad, un estudio relativo a la aplicación del baremo de valoración de la discapacidad a las personas adultas con cardiopatía congénita.
Somos conscientes de que un lugar de trabajo bien adaptado es fundamental para el
desarrollo personal de estos pacientes en la vida adulta y constituye la mejor manera para su inclusión. Por ello, y recogiendo las aspiraciones de los propios pacientes, de las asociaciones que los representan y de los
profesionales médicos que les atienden, esta iniciativa supone un paso firme hacia el reconocimiento de la cardiopatía congénita en sus diferentes grados en el baremo de discapacidad. Creemos que es fundamental que puedan tener una valoración objetiva y una adaptación de su puesto de trabajo con el fin último de que su desarrollo personal y profesional sea paralelo al del resto de las y los ciudadanos y estén incluidos en la sociedad como miembros de pleno derecho.
Todo este trabajo que se ha realizado desde el Grupo Parlamentario Socialista ha sido de la mano de los profesionales de las unidades de cardiopatías congénitas de adultos y de las
sociedades de Cardiología, que realizan una labor encomiable en pro de la comprensión de estas patologías tan complejas y de la
inserción plena de quienes las padecen en la sociedad. También de las asociaciones de pacientes con cardiopatías congénitas, que ofrecen apoyo social y formativo a estos enfermos y a sus familias. A todos ellos les agradecemos su implicación y gran profesionalidad.
Este Gobierno progresista se caracteriza por su empatía y su voluntad de no dejar a nadie atrás en lo que se refiere a las diversas situaciones de vulnerabilidad en las que las personas pueden verse inmersas a lo largo de su recorrido vital. Y ha trabajado sin descanso en aras de la inclusión y de la igualdad. Algo determinante fue la
propuesta de cambio del artículo 49 de la Constitución para recoger un redactado acorde con un enfoque más inclusivo. Ahora, es el momento de profundizar en esta idea de inclusividad universal incluido el ámbito laboral.
"Es el momento de profundizar en esta idea de inclusividad universal incluido el ámbito laboral"
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Concluyo con la esperanza de que todos los grupos parlamentarios representados en la Cámara entenderán la importancia crucial de esta iniciativa para mejorar la vida laboral y personal de miles de nuestros conciudadanos, y que la apoyarán sin reservas. Otra cosa no se entendería. Urge avanzar en la inclusión laboral de estas personas. Se lo debemos.