La mutualidad deja atrás cerca de 18 millones destinados a la cobertura sanitaria, tal y como refleja su Memoria Anual

Muface no gastó toda la partida de sanidad el primer año de su gran crisis
Cartel de Muface


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Los cabos sueltos siguen en el aire. Su supervivencia ha llegado después de meses de incertidumbre en los que su futuro ha sido una de las mayores incógnitas del panorama sanitario. Más de un semestre en el que su viabilidad y su eficacia se han puesto en duda, y en los que sus propios cimientos se han tambaleado hasta precipitarse a la posibilidad de desaparecer tras más de 50 años. A pesar de todo, la crisis sin precedentes de Muface no ha podido con el modelo, que aún en este renovado capítulo arrastra todo lo sucedido durante la que probablemente haya sido una de las peores etapas de su historia. Un nuevo escenario que llega, además, con un amplío repaso de su último año, plasmado en su Memoria Anual de 2024, a la que ha tenido acceso en exclusiva Redacción Médica, y que deja un dato sobre el presupuesto de asistencia sanitaria a los mutualistas: Muface no gastó todo el dinero para la sanidad de los funcionarios en el año de su mayor crisis.

El presupuesto económico de Muface, y su consecuente gasto, es uno de los principales asuntos que aborda esta Memoria Anual de la mutualidad. Concretamente, con respecto al programa de asistencia sanitaria a los funcionarios -que ya son 1,58 millones de personas entre titulares y beneficiarios-, el modelo liderado por Myriam Pallarés apunta que fue “el programa con mayor dotación” del último concierto.

El reparto de las partidas presupuestarias de Muface


El desglose va más allá, y es que Muface concreta que el presupuesto inicial se situaba en 1.616.911.150 euros, pero la cuantía final fue de 1.599.122.032,28 euros. Es decir, una diferencia de 17,7 millones de euros. Todo ello, dice la mutualidad, para cumplir con una de sus principales funciones, “facilitar la asistencia sanitaria a personas mutualistas y beneficiarias a través de conciertos con entidades tanto públicas como privadas”.

Con esa meta en el radar, la propia Muface pasa a analizar las principales partidas que integran este programa de asistencia sanitaria del mutualismo administrativo. La primera de ellas, dirigida al material, suministros y otros asuntos, obtuvo un crédito definitivo de 1,31 millones de euros; la segunda, conciertos de asistencia sanitaria, ascendió hasta los 1.134,26 millones; la tercera, farmacia, hasta los 445,05 millones; y la última, denominada como prótesis y otras prestaciones, fue de 18,50 millones.

En total, el presupuesto ascendió hasta los 1.599,12 millones de euros, por debajo de los 1,616,91 que se había marcado Muface a principio de año. De esta forma, y como indica la propia memoria, la ejecución del gasto presupuestario fue del 99,71 por ciento.

Los planes de futuro de Muface


La situación económica de Muface ha sido uno de los asuntos que más se han abordado en los últimos meses. Más aún, la infrafinanciación del concierto sanitario fue la causa del ‘no’ de las aseguradoras a la propuesta de Moncloa para licitar el contrato para los años 2025 y 2026 (y que desupués se alargaría hasta 2027). Entonces llegaron cambios, despedidas, bienvenidas, dudas y prórrogas.

El concierto sanitario salió adelante después de tres intentos. Más de siete meses en los que la incertidumbre se convirtió en una protagonista más en la mutualidad. Más de 200 días en los que la viabilidad y eficacia de Muface estuvo en duda en más de una ocasión. Todo ello hasta que el 30 de abril Asisa y Adeslas (DKV decidió dejar la puja por el concierto) se dieron el ‘sí, quiero’ con la dirección general de la mutualidad a las puertas del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. 

Esa unión supuso un nuevo punto de inflexión para Muface. Tras ese semestre de incertidumbre, el modelo dejó de estar cerca del precipicio para asomarse a un nuevo capítulo en el que su supervivencia estaba asegurada. Y, con ella, Muface pudo retomar su planes.

Uno de ellos era (y es) la implantación de la receta concertada -ese sistema que permite retirar medicamentos sin necesidad de presentar talonario en papel- en todo el país. De esta forma, en julio se unieron al bautizado como sistema Sirem Castilla-La Mancha y Galicia. A ellas se sumó Aragón en septiembre. Tres comunidades que se añadían a los 10 territorios que ya disponían de esta herramienta y que, como dijo la propia Muface, suponía que el 55 por ciento de los funcionarios de opción privada ya tenían a su disposición esta receta concertada.

No obstante, aún quedan seis comunidades en ‘lista de espera’. Estas son Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Madrid y País Vasco. Aunque a estas dos últimas llegará en este último trimestre de 2025.

Muface ya mira a los primeros meses de 2026 para completar su proyecto. Así lo explicó el modelo dirigido por Myriam Pallarés, y ratificaron fuentes del Consejo General de la mutualidad a Redacción Médica. De hecho, estas mismas voces explican que la implantación de la receta concertada es un proyecto que “ya se da por cerrado”.

Los objetivos vuelven a estar en el radar. La crisis sin precedentes de Muface ha pasado y, aunque aún quedan varios cabos sueltos por resolver, lo cierto es que los mutualistas tendrán su asistencia sanitaria asegurada hasta finales de 2027. Será entonces cuando Moncloa y las aseguradoras volverán a negociar el concierto que dota de cobertura a los funcionarios y a sus beneficiarios.
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