El aumento de la población pone en jaque a los sanitarios de los municipios más turísticos de España

La oleada turística golpea la sanidad: "Más de 200 consultas en un día"
Consultorio Playa Pobla de Farnals


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El verano es época de vacaciones. Así, miles de personas hacen las maletas y dejan sus hogares con la misión de descansar de la rutina. El destino por antonomasia es la costa, independientemente del mar u océano que la bañe. Las playas se copan y los chiringuitos se convierten en el escenario favorito de sus feligreses. Pero, mientras unos disfrutan de unos días libres, otros tienen que trabajar más que de costumbre. No solo los camareros o los arrendadores de hamacas, también los sanitarios. Y es que los hospitales y centros de salud de las localidades más turísticas se ven sometidos a una fuerte presión asistencial, provocada por el aumento de pacientes y la escasez de personal. Un escenario que se reproduce a orillas de Atlántico, Cantábrico y Mediterráneo. 

María -nombre ficticio-, es enfermera en un consultorio auxiliar de Oropesa del Mar, una de las zonas de España más turísticas por excelencia, y describe el verano como una auténtica prueba de resistencia para los equipos sanitarios: "Estamos hablando de una población de unos 11.000 habitantes que en verano llega a 100.000 habitantes". María explica que, durante la época estival, se abren dos centros de salud auxiliares, el de La Concha -en el que ella trabaja- y el de La Marina, que se suman al del pueblo, activo durante todo el año.

"A partir de las dos de la tarde, en el consultorio de La Concha se atiende a todos los desplazados de la zona de La Concha y de Morro de Gos, y sólo hay un equipo médico: un médico y una enfermera", resume. La consecuencia es una avalancha diaria de pacientes: "Ha habido días que hemos hecho más de 200 atenciones". Por tanto, según esta profesional, el refuerzo de los dos centros de salud auxiliares es insuficiente: "No se cubren las necesidades. En la costa debería haber, como mínimo, dos equipos médicos, y La Marina también. Incluso dos equipos serían insuficientes. Habría que triplicar o cuadruplicar el número de sanitarios".


"No se cubren las necesidades"



A ello se suman la frustración de los pacientes y la tensión de los propios sanitarios: "Tenemos sólo un minuto de descanso, y ya no es sólo eso, sino también las esperas que sufren las personas. La gente se enfada porque tiene que esperar mucho".

Esa situación lleva a muchos profesionales a rechazar trabajar en estos destinos de verano. "Todo el mundo tiene miedo que le llamen para Oropesa. Cuando te llaman por teléfono de la bolsa y te dicen Oropesa, piensas: ¡Horror! Se le llama Horrorpesa entre los sanitarios, porque es insostenible, y todos los años pasa lo mismo", confiesa.


Problemas en el Cantábrico


En Noja, la escalada de demanda es similar en los meses de verano. Esta zona turística de Cantabria llega a albergar hasta 100.000 habitantes en la época estival, 37 veces que en cualquier otro lugar del calendario, cuando su población ronda las 2.700 personas.

En estos momentos, el consultorio rural cuenta con un médico y una enfermera de refuerzo que, según cuentan, resultan insuficientes para contener el aumento de la demora en las citas. Si antes de verano, la consulta se conseguía agendar incluso en el mismo día, ahora los pacientes deben esperar hasta la semana siguiente para poder acudir a los servicios de Atención Primaria. Por ello, la absorción de demanda que realiza desde hace una semana el centro de Meruelo, un municipio próximo, con hasta 30 huecos "extra" supone un "alivio".

A unos 20 kilómetros de allí, en el consultorio local de Somo cuentan desde que comenzara la temporada con un médico desplazado que asume el exceso de consultas que provoca el turismo. En este lugar cántabro, donde apenas se consiguen llenar agendas en los meses de invierno, los huecos escasean incluso con el refuerzo cuando llega el calor.


Un verano en Ibiza


Otro punto caliente del litoral español es Ibiza. La isla triplica su población durante los meses estivales debido a la llegada masiva de turistas desde distintos rincones del mundo. Una situación que pone en jaque a la dotación de servicios básicos, como es el caso de la atención a pacientes. "La asistencia en verano es un reto importante, ya que se debe adecuar a la demanda", ha puntualizado el médico del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) del centro de salud de Vila -ubica en la capital insular-, Yuri Oliveira, a Redacción Médica.

La actividad de los visitantes en el enclave mediterráneo provoca que los sanitarios de los servicios de Urgencias se enfrenten a un importante aumento del número de avisos. Los golpes de calor, las intoxicaciones etílicas y por narcóticos, las infecciones respiratorias y urinarias y los traumatismos a consecuencia de accidentes de tráfico o el ocio protagonizan el estío de los profesionales de la salud en Ibiza. Incidencias que se unen a los problemas habituales de los residentes en la isla.



"La asistencia en verano es un reto importante"



Un aluvión de casos que el Govern balear intenta paliar a través del refuerzo de las plantillas durante esta parte del año, en la que también decenas de sanitarios se van de vacaciones. Pese a que el fortalecimiento de los equipos se agradece, todavía se considera insuficiente. En el caso del centro en el que trabaja Oliveira, el número de efectivos aumenta entre jueves y domingo, pero existe un hueco de personal en los primeros días de la semana. "La realidad del verano es que todos los días son complicados, al menos en Ibiza", ha remarcado el facultativo.

Las complicaciones asociadas al proceso asistencial en periodo veraniego exigen formación y paciencia. "Llevo ya 12 años en esta área y estoy acostumbrando. Las personas que entran al servicio deben estar preparadas y mentalizadas para lo que se van a enfrentar en los meses en los que se multiplica el número de personas", ha sentenciado el médico del SUAP del centro de salud de Vila.

Sanxenxo 'sobrevive' gracias al refuerzo de médicos


El centro de salud de Sanxenxo, en Galicia, se refuerza en verano con cuatro médicos que se dedican a atender exclusivamente a los turistas. "La población se multiplica por seis o siete, pero en momentos puntuales o de fiestas, llega a 150.000 o 200.000 personas, cuando la población habitual es de unos 18.000 habitantes", explica el facultativo Javier Álvarez. El centro de salud también cuenta, durante julio y agosto, con una ambulancia medicalizada que presta asistencia a toda la comarca. A ello hay que sumar un centro periférico en la parroquia de Villalonga. 

Javier no forma parte de los equipos de refuerzo, sino del que atiende a los residentes durante todo el año. En su caso, el trabajo también se multiplica porque ha de cubrir los cupos de los compañeros que están de vacaciones. "Estos últimos días he estado viendo a entre 40 y 50 personas al día", lamenta. Es una situación, dice, que se lleva "con resignación": "No es lo ideal, pero la verdad es que ahora estamos mejor que antes. Hace varios años había dificultades para encontrar refuerzos en verano, así que no nos quejamos".
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