Oficina de farmacia en un emplazamiento vacacional.
¿Quién no ha necesitado ir a la farmacia estando de vacaciones?. Aunque pensemos lo contrario, suele ser cada vez más habitual. El incremento de turistas durante los meses de verano obliga a las
farmacias de zonas vacacionales a reforzar su
previsión de medicamentos y productos sanitarios.
Con unas
cifras récord de visitantes en España en los seis primeros meses del año (con un crecimiento de las llegadas del 4,7 por ciento), se espera que este verano sea clave para terminar el año con 95 millones de viajeros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Algo que no hace más que tensionar la cuerda del sistema sanitario. Porque, aunque el sistema nacional de distribución garantiza la cobertura en todo el territorio, las boticas situadas en enclaves turísticos reconocen que trabajan con
acopio adicional para evitar incidencias en periodos de alta afluencia.
Por ejemplo, la
Farmacia Mata, ubicada en la céntrica calle Larios de Málaga, cuenta con un pequeño almacén y en estos días en los que se celebra su feria de agosto, se preparan especialmente. En declaraciones a
Redacción Médica, sus responsables señalan que cuando hay días festivos, los cortes de tráfico dificultan la llegada de los distribuidores. "En previsión de esas cosas hacemos un poquito más de acopio de medicación, pero
en general no solemos dar faltas salvo que los propios almacenes tengan problemas", añaden.
El aumento de turistas que llegan a la capital malagueña, especialmente a través de cruceros, se traduce en mayor afluencia a la farmacia."
Hay mucho turista. Al día pueden venir una media de tres cruceros y eso se nota mucho, porque además tenemos hoteles alrededor", apuntan desde la farmacia.
En cuanto a los
medicamentos más solicitados, no se producen grandes variaciones respecto al resto del año. "Lo que más se vende siempre es lo típico:
paracetamol, antiinflamatorios, antipiréticos, antigripales y antiácidos", explican. El patrón de consumo se mantiene estable, aunque reforzado por los hábitos de los visitantes y los cambios de alimentación propios del periodo vacacional.
Distribución nacional y previsión
En Torrevieja (Alicante), a pocos metros de la costa, se encuentra la
Farmacia Francisco Javier Sánchez Cañizares, desde donde subrayan que la clave está en la
planificación de las grandes cooperativas farmacéuticas, que operan a nivel nacional. "Las compañías hacen previsión con arreglo a lo que has vendido en el año anterior. Nunca hemos tenido desabastecimiento por aumento de demanda", aseguran.
Según explican a este medio, la
distribución nacional permite ajustar los recursos en función de los desplazamientos estacionales. "Cuando hay menos demanda en la zona de Madrid y se desplaza hacia Gandía o Benidorm, ya lo han previsto. Como esto es cíclico, se traslada la medicación a estas áreas", añaden.
El perfil de pacientes en esta localidad costera es muy variado. Torrevieja cuenta con una
amplia colonia de residentes extranjeros, especialmente nórdicos, que suelen pasar largas temporadas en la ciudad. A ellos se suman turistas internacionales y visitantes nacionales que incrementan la afluencia en los meses estivales. "Siempre se incrementa un poco la carga de trabajo, aunque en nuestro caso mantenemos una demanda más o menos estable durante el año", indica el titular de la farmacia.
La receta electrónica, un factor de alivio
La implantación de
la receta electrónica ha supuesto un cambio significativo en la gestión farmacéutica en verano. Si hace dos décadas los olvidos de medicación en el lugar de residencia podían suponer un problema importante para los pacientes, hoy el sistema digital permite retirar tratamientos en cualquier farmacia de España.
"Hace 15 o 20 años era un problema si un paciente olvidaba su medicación; ahora eso está solucionado", confirman desde la farmacia alicantina, quien como en otros locales, ya
no tienen que recurrir a soluciones alternativas para cubrir tratamientos crónicos durante las vacaciones.
Este avance tecnológico ha reducido notablemente la presión estacional, ya que la mayoría de los desplazados viaja con su tratamiento y solo acude a la botica en casos puntuales, como la necesidad de una reposición o la falta de un envase concreto.
El verano como "laboratorio" para la industria
El comportamiento del mercado farmacéutico durante el verano también es observado de cerca por la industria y la distribución, ya que los meses estivales funcionan como un "laboratorio" para
analizar cambios de consumo y reforzar la capacidad de respuesta de las compañías.
Los patrones de venta de analgésicos, antiácidos o productos de primera necesidad, junto al movimiento de pacientes con tratamientos crónicos, ofrecen datos clave para la
planificación de campañas futuras y la optimización de la logística. Al final, las experiencias de las farmacias más "turísticas" reflejan que la combinación de previsión, distribución nacional y herramientas digitales permite garantizar el acceso a los medicamentos en los principales destinos vacacionales del país.
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