Desde la Seimc advierten de que se trata de "un mes de transición epidemiológica" y es importante el diagnóstico precoz

María del Mar Tomás habla sobre el repunte de infecciones en el mes de Septiembre.
María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).


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POR REBECA COJO
Septiembre marca el final de las vacaciones, la vuelta al colegio y al trabajo, y con ello, la vuelta a la rutina. Pero también supone un cambio a nivel social: más movilidad, más contacto y, por lo tanto, el repunte de ciertas enfermedades infecciosas. Así lo afirma María del Mar Tomás, microbióloga en el Hospital de A Coruña y también portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), que califica septiembre como "un mes de transición epidemiológica".

“Tras el verano aumenta la movilidad, los contactos sociales, la reincorporación de los niños al colegio y el uso del transporte público. Todo ello hace que se incrementen las cadenas de transmisión de patógenos infecciosos”, señala Tomás.

Infecciones respiratorias y casos importados


Entre las enfermedades más habituales en estas fechas, ahora mismo destacan las respiratorias "como la gripe o el Covid-19". Aunque, además, los viajes internacionales favorecen la llegada de casos importados de enfermedades infecciosas tropicales de otros países del mundo "que durante el verano han podido tener más relevancia, incluso fuera de España, a nivel internacional". Por ejemplo, Tomás menciona el dengue, el chikungunya o la malaria.

“Los viajeros que regresan de destinos internacionales deben llevar una serie de controles y así, si hay un diagnóstico precoz, poder evitar la transmisión local de dicho patógeno y que se produjesen casos muy concretos y muy aislados de este tipo de patógenos que tienen mayor número de casos en países, por ejemplo, de África o de Sudamérica", advierte la facultativa.

Y es que para este inicio de temporada, "hay que tener muy en cuenta la Atención Primaria y Urgencias, que son claves para detectar los casos clínicos y una vigilancia epidemiológica". Para ello, se recurre a la desinfección y a la Microbiología "para identificar, mediante técnicas de biología molecular, los posibles casos aislados o brotes para evitar una mayor expansión". 


Preparación del sistema sanitario


"Tenemos que estar preparados para diferenciar entre patologías que pueden ser propias de nuestro país respecto a patologías importadas de otros países", continúa Tomás, que añade que en los laboratorios de microbiología, con el cambio climático, han "adaptado mucho" los protocolos para tratar enfermedades que pueden ser transmitidas por mosquitos: Ya se detectan posibles patógenos que provoquen fiebres hemorrágicas o cualquier tipo de patógeno que pueda proceder de zonas de Mediterráneo al sur de Europa". En este contexto, se aplican "técnicas de Microbiología molecular como PCR y RT-PCR".

Ante cualquier signo de fiebre o malestar general en menos de 48 horas tras volver de un viaje, "cualquier responsable clínico podría sospechar que puede ser una enfermedad importada". Entonces, en esos casos, Tomás señala que se incorpora en el diagnóstico "una posible causa de patología infecciosa importada". Sin embargo, pese a que los laboratorios tengan técnicas rápidas de detección de este tipo de patógenos, "si son virus que requieren una confirmación como el Virus del Nilo Occidental o el chikungunya, se manda al Centro Nacional de Microbiología" para la confirmación del diagnóstico.


Prevención: vacunas y hábitos saludables


La facultativa enumera una serie de consejos para evitar contagios en esta época: "Lo primero es una consulta médica rápida si presentas síntomas inusuales, luego mantener al día las vacunas recomendadas -como la de la gripe o el Covid-19-, especialmente el paciente vulnerable, y después llevar las medidas generales como el lavado de manos, ventilación, quedarse en casa si hay síntomas y si vamos a estar en contacto con personas vulnerables, utilizar mascarilla para evitar el contagio".

Además, indica que es fundamental promover hábitos saludables vinculados al buen descanso, a una alimentación equilibrada y a manejar el estrés. "Todo esto hace que tengamos el sistema inmunitario fuerte para posibles infecciones que puedan surgir ahora en este periodo", asegura. Aunque, a la vez, reconoce que la ciudadanía cada vez es más responsable, sobre todo desde la pandemia: "La gente ya está cada vez más concienciada de que si hay un brote de un patógeno infeccioso en Sudamérica, puede llegar aquí perfectamente. La sociedad desde los últimos cinco años está más atenta a los posibles riesgos epidemiológicos".

Por otro lado, Tomás insiste en la importancia de mantener actualizadas las vacunas de la gripe y del Covid-19, especialmente las personas vulnerables. "Es muy importante que las personas mayores vulnerables estén protegidas todo el año, porque hemos visto que estos virus ya no sólo están en el invierno o en el otoño, sino que realmente, por ejemplo, el COVID ha estado mucho en verano". 

"Vemos que las vacunas son las que evitan que haya un impacto sanitario importante en los hospitales. Si la persona vulnerable está vacunada, el incremento de hospitalizaciones es menor", recalca. Además, advierte que el impacto del cambio climático también influye en la transmisión de enfermedades. “Si tenemos un otoño más cálido, es probable que aumenten las infecciones transmitidas por mosquitos; si es más húmedo, podrían adelantarse los casos de gripe", concluye.
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