El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La industria farmacéutica se encuentra sumida en un gran obstáculo. Los
aranceles del 100 por cien hacia los fármacos que vienen del exterior anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, entran en vigor este miércoles y todavía hay
incertidumbre sobre su impacto. Redacción Médica ha hablado con dos compañías farmacéuticas españolas exportadoras, principales ‘víctimas’ de la
decisión del mandatario estadounidense, que han analizado los efectos de esta medida arancelaria.
Precisamente, es la
incertidumbre el primer sentimiento que ha asaltado dentro de las empresas farmacéuticas. Si bien, no temen una
'fuga de plantas' a Estados Unidos, principalmente porque su principal mercado es Europa. Así lo expresan fuentes de una compañía española que centra su actividad a exportar medicamentos a otros países.
No obstante, insta Estados Unidos y a la Unión Europea "a
mantener abiertos los canales de diálogo y a comprometerse a proteger a los pacientes,
eximiendo a medicamentos y vacunas de futuros aranceles", relatan voces de esta farmacéutica a este periódico.
Efectos de los aranceles en la pharma española
Su posición es similar a la de otra empresa cumple con el mismo objetivo: el de exportar medicamentos fuera de España. Su postura va en línea, y es que fuentes de esta compañía expresan su confianza en que tanto la Administración Trump como el Viejo Continente
“alcancen acuerdos necesarios” de cara a
“asegurar el futuro de la industria farmacéutica”. Un sector que, en sus palabras, es “fundamental para la seguridad sanitaria y económica de ambas regiones”.
Las declaraciones de ambas pharma se asemejan al último comunicado emitido por la
patronal de la industria farmacéutica en Europa. Y es que la Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas (Efpia),
ha exigido negociaciones urgentes para abordar este asunto comercial que impacta de lleno en el Viejo Continente. De hecho, Nathalie Moll, directora general del organismo europeo, ha explicado que este sería
"el peor de los escenarios posibles". "Es necesario entablar con urgencia discusiones sobre cómo evitar cualquier arancel a los medicamentos que perjudique a los pacientes en la UE y en EEUU", señalaba en declaraciones recogidas por
Redacción Médica hace unos días.
Más allá de las palabras de la patronal, lo cierto es que
el sector español está centrado en Europa. Por un lado, una de las compañías ha desvelado a este periódico que sus
exportaciones a Estados Unidos "representan menos del 5 por ciento" de sus ventas, por lo que no esperan un gran impacto. En este sentido, sí que han comentado que estos productos sanitarios deberían quedar exentos de cualquier tipo de arancel, ya que hay que "
salvaguardar el ecosistema farmacéutico" en territorio europeo con el objetivo de que "la innovación continúe prosperando en beneficio de los pacientes, los sistemas de salud y la sociedad europea".
No es la única que mantiene esta posición. "Resulta complejo valorar el impacto que puedan tener los aranceles para la compañía. Nos garantizamos por tener un cuerpo de clientes fundamentalmente europeo, por lo que
no tendría un impacto significativo”, comentan las fuentes de otra farmacéutica.
La industria farmacéutica, en la diana de Trump
La
fijación de Trump con la industria farmacéutica se remonta a finales de 2024. Fue poco después de su nombramiento como presidente de la potencia estadounidense cuando el también empresario comenzó con su batalla particular contra el sector. Por entonces ya comenzó a deslizar sus ideas sobre la posibilidad de implantar aranceles a productos farmacéuticos, entre los que incluía tecnología, medicamentos y vacunas, producidos en otros territorios. Entre ellos, Europa.
Y el Viejo Continente no se libró de Trump.
A finales de agosto las amenazas se convirtieron en realidad. El presidente impuso sus
gravámenes del 15 por ciento para los productos sanitarios, a
excepción de los medicamentos genéricos, que han quedado exentos de estas medidas.
Pero ahora los
movimientos del presidente estadounidense con la industria farmacéutica continúan. Sus aranceles del 100 por ciento a aquellos medicamentos que no se produzcan en Estados Unidos han hecho volver a saltar las alarmas en el sector. La Efpia ha sido una de las primeras en responder. Pero no es la única.
Las compañías han mostrado sus posturas después de que, una vez más, las amenazas de Trump hayan pasado de ser meras declaraciones a realidades. Unos gravámenes que, sin embargo, no generarán grandes daños en la
economía de la industria farmacéutica española, que por el momento ha rebajado la tensión por estos nuevos aranceles. Lo que sí han dejado claro tanto estas empresas como la patronal del sector en Europa es la necesidad de establecer conversaciones entre el Viejo Continente y Estados Unidos de cara a retirar a los productos sanitarios de la talla de medicamentos, vacunas y tecnología médica de estos aranceles.
Rovi compra una planta de producción en Estados Unidos
Esta semana, precisamente,
Rovi ha hecho pública la compra de una fábrica de medicamentos en Phoenix, Arizona. Una adquisición que, como ha explicado la propia compañía a este periódico, no obedece a una respuesta por los gravámenes de Estados Unidos. “Nos encontramos con una excelente
oportunidad de inversión”, dicen fuentes cercanas a la farmacéutica.
La compañía ha enviado ya todos los datos a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (
CNMV) para la adquisición de esta fábrica. Y es que el organismo público ha emitido un documento con todos los datos sobre la compra de Rovi. De hecho, como detalla la publicación a la que ha tenido acceso
Redacción Médica, la operación pertenece a la adquisición de las
instalaciones situadas en Phoenix.
La propia compañía ha definido este movimiento como
“un paso clave” en el documento de la CNMV de cara a cumplir uno de los objetivos en el radar: convertirse en una de las principales empresas fabricantes de inyectables de valor añadido (jeringas precargadas, cartuchos y viales) a nivel mundial. Asimismo, esta publicación detalla que la que será la instalación de la compañía en territorio estadounidense contará con 34.000 metros cuadrados.
La adquisición llega en un momento determinante. Este miércoles 1 de octubre, tal y como anunció
Donald Trump a través de su red social, Truth Social, la medida afectará a
“cualquier producto farmacéutico de marca o patentado”. Aunque con una excepción:
no incluyen a empresas que “estén construyendo su planta farmacéutica” en el país. Un hecho que apunta a "minimar el impacto" para esta compañía, como confían fuentes cercanas.
La caución continúa entre las farmacéuticas. Otras empresas del sector no revelan por el momento si se plantean seguir los pasos de esta compañía española. “Nuestro enfoque principal actual está en Europa y el
tamaño de negocio de Estados Unidos es relativamente pequeño. Por tanto, nuestra estrategia para el negocio estadounidense actual no está cambiando y cualquier impacto potencial no sería relevante”, argumentan fuentes de otra entidad a este periódico.
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