La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La industria farmacéutica no se librará finalmente de los
aranceles impuestos por Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha suscrito formalmente este jueves el acuerdo comercial con la Comisión Europea que plantea un gravamen del
15 por ciento para buena parte de los bienes producidos en el viejo continente,
incluidos los productos farmacéuticos. El pacto pone fin a
semanas de incertidumbre en el sector farmacéutico que no podrá evitar definitivamente las tasas directas ni indirectas ideadas por el mandatario norteamericano.
Los detalles del pacto vienen recogidos en una declaración conjunta que ambas partes han hecho ya oficial. El texto coloca a los productos farmacéuticos al mismo nivel que otros bienes sobre los que se ha puesto especial énfasis como los semiconductores o la madera. T
odos tributarán al 15 por ciento, un porcentaje ampliamente por debajo de l
as primeras cifras que adelantó Trump como parte de su guerra comercial con la Unión Europea.
Los que sí que podrán lograr una mejor posición son tanto
los medicamentos genéricos como sus ingredientes. En este caso, pasarán a estar regulados por un arancel bautizado como Nación Más Favorecida (MFN, por sus siglas en inglés) del que también forman parte el corcho, las aeronaves o los precursores químicos. Según los cálculos del bloque europeo esto supone
una exención “significativa” que puede llegar a rozar el cero.
El acuerdo "más favorable" para la industria pharma
El comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica,
Maros Sefcovic, ha sido el encargado de presentar el nuevo pacto comercial que ha vendido como un triunfo porque aportará “estabilidad y previsibilidad” a las relaciones entre los dos gigantes mundiales. “
Este es el acuerdo comercial más favorable que EE. UU. ha ofrecido a cualquier socio. Una amplia gama de sectores, incluyendo industrias estratégicas como la automovilística,
la farmacéutica, los semiconductores y la madera, se beneficiarán de este límite”, ha apuntado.
El acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea ha dejado además por escrito la imposibilidad de aplicar nuevos aranceles adicionales por encima del nivel del 15 por ciento, una práctica que sí que han llevado a cabo en otros países. Mientras que se deja la puerta abierta a seguir explorando la
posibilidad de “eximir” a sectores industriales del acuerdo. Una letra pequeña que deja abierto un resquicio a una futura exoneración de la industria farmacéutica.
Aunque la Unión Europea ha terminado por claudicar ante los aranceles de Donald Trump, desde el órgano de gobierno comunitario ven el acuerdo como la mejor salida, teniendo en cuenta que se prevén inversiones de
600.000 millones por parte de las empresas europeas en sectores estratégicos de Estados Unidos de aquí al 2028. “Permítanme decirlo claramente: la alternativa —
una guerra comercial con aranceles exorbitantes y escalada política— no beneficia a nadie. Perjudica el empleo. Perjudica el crecimiento. Y perjudica a las empresas tanto de la Unión Europea como de Estados Unidos”, ha zanjado Sefcovic.
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