Paloma Calleja, Elvira Velasco, Montserrat Hernández y José Luis Cobos.
La Enfermería es uno de los pilares del Sistema Nacional de Salud (SNS). Su labor diaria garantiza el correcto funcionamiento de los ámbitos asistencial, docente e investigador en hospitales y centros de Atención Primaria. Una pieza clave que puede resquebrajarse en cualquier momento. Y es que
las condiciones laborales mellan la resistencia de las enfermeras, en muchas ocasiones, sobrepasadas por la ingente carga de trabajo. Una problemática a la que se une la escasa implantación de las
especialidades, que condena a decenas de tenientes del
EIR a no tener la opción de asumir un puesto relacionado con su formación, o el complicado acceso a puestos directivos. Una serie de inconvenientes que lastran su trayectoria laboral e impactan en su estado físico y mental. En el peor de los casos,
optan por abandonar su profesión. Entonces, comienza el desmoronamiento.
"No puede ser que una enfermera, tras cuatro años de formación, llegué al sistema, se frustré y abandoné. Esto es un fracaso de todos", ha comentado la vicepresidenta de la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, Elvira Velasco, en en el marco del debate del
'Día Mundial de la Enfermería: retos y oportunidades de la profesión en España', organizado por
Redacción Médica. Para evitar la fractura, el vicepresidente del Consejo General de Enfermería (CGE), José Luis Cobos, apuesta por "mejorar el tipo de contratos" que se les ofrece a estas sanitarias, marcados por la
temporalidad o la turnicidad. También por fomentar su desarrollo profesional. "La persona tiene que ver que se la tiene en cuenta y puede progresar", ha argumentado.
José Luis Cobos Serrano, vicepresidente del Consejo General de Enfermería (CGE).
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La directora general de Cuidados y Calidad del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), Montserrat Hernández, concuerda con trabajar los mencionados aspectos, además de
impulsar la flexibilidad de los horarios y la especialización, para conseguir que la profesión sea "atractiva para las interesadas en el grado". "Tenemos que intentar que la vocación por ejercer nunca su pierda", ha afirmado.
Por su parte, la coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad, Paloma Calleja, prefiere evitar hablar de la palabra 'vocación' como sostén de la presencia de enfermeras en el SNS. Para ella, es fundamental que
formen parte de la transformación del modelo asistencial hacia uno basado en los cuidados. "Ser parte del cambio haría que tuvieran un mayor sentido de pertenencia al sistema", ha reflexionado.
Además, al igual que Cobos, la representante gubernamental apuesta por
la reforma del sistema de contratación para favorecer su estabilidad laboral y, por ende, su continuidad. "No puede ser que sean tratadas como un simple número y que un día sirvan para estar en un puesto y al día siguiente en otro", ha afirmado. Esta modificación y la colaboración entre los distintos agentes administrativos se intuye clave para la retención del talento sanitario nacional y
la atracción de profesionales de otros países. "No hay que olvidar que España es un país más importador que exportador de enfermeras", ha señalado Calleja. Y es que, según los últimos datos de su departamento, 500 tituladas abandonaron el país, mientras que 700 aterrizaron, procedentes principalmente de Portugal, Rumanía y distintos países latinoamericanos.
Paloma Calleja Toledano, coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.
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Hacia una enfermera más especializada
Más allá de la contratación, existe un consenso general sobre la importancia de
reconocer las especialidades y definir sus puestos de trabajo para mejorar la situación de las enfermeras en el país. De ahí,
la necesidad de avanzar en la creación de bolsas de empleo para las tenientes de una determinada disciplina, con las que se favorezca su contratación. "A veces, el sistema no te permite contratar a una profesional necesaria para un determinado servicio, cuando tiene la capacitación para estar en este, y se selecciona a una que no cuenta con las competencias. Esto genera frustración en la unidad y la propia profesional", ha lamentado Velasco. "Una plaza de especialista debe ser ocupada por una especialista y una de práctica avanzada por una enfermera de práctica avanzada", ha concretado Hernández.
Una situación contradictoria a los intentos de garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario. El vicepresidente del CGE ha recordado que España es un país en el que la enfermera se especializa de forma gratuita, a través del EIR, lo que supone un gasto para las arcas del Estado, con la misión de que la sociedad se pueda beneficiar en un futuro de dicha inversión. Pero,
no se aprovecha el potencial de este perfil. "Se está desperdiciando a unas 60.000 profesionales, un 35 por ciento del conjunto del colectivo", ha incidido. "Esto es una asignatura pendiente para todas las Administraciones", ha añadido.
Los participantes concuerdan con impulsar las especialidades enfermeras.
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Asimismo, ha remarcado que más vale impulsar la implantación de las disciplinas existentes, que "generar nuevos perfiles profesionales". Cobos se refiere a la
enfermera de práctica avanzada (EPA), que, pese a no haber pasado por los dos años de residencia, cuenta con conocimientos científicos de un aspecto concreto y que aplica en su servicio. Una profesional interesante para el futuro de la profesión, pero que debe esperar su momento. "Tenemos las especialidades, los diplomas de acreditación avanzada y las áreas de capacitación, herramientas con las que podemos jugar", ha agregado Calleja. "Sin duda, hay que definir a la
EPA, sobre todo porque se ha desarrollado de forma muy heterogénea. Para ello, hay que analizar el panorama y qué necesidades tiene la población. No podemos lanzar esta figura y que 20 años después veamos que el sistema no las puede absorber", ha continuado.
"Tenemos que tener claro todos que es la Enfermería de Práctica Avanzada. Por ello, se requiere la coordinación del conjunto de las Administraciones", ha puntualizado Velasco. A su vez, la a directora general de Cuidados y Calidad del Sescam ha recalcado que la instauración de este perfil
debe ir acompañado de una batería de competencias clara y un itinerario formativo común en toda la geografía española. Una serie de pasos que también se deben aplicar en otras figuras incipientes en el sector como la enfermera gestora de casos.
Elvira Velasco Morillo, portavoz del PP en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.
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Necesidad de datos
Eso sí, para definir los perfiles profesionales que se necesitarán en el futuro
hace falta información. "No solo datos cuantitativos sobre las enfermeras que faltan, sino también cualitativos que nos permitan ver qué profesional es la que vamos requerir en el sistema sanitario", ha indicado Cobos. Calleja concuerda con el representante del CGE y ha apuntado a la creación de herramientas que permitan recoger este conocimiento, a partir del cual
planificar las actuaciones centradas en la profesión.
En este sentido, Velasco ha abogado por avanzar en el
Registro Estatal de Profesionales Sanitarios, instrumento que
todavía no está completo. "Igual si este asunto estuviese solventado no tendríamos que tratar este tema", ha aseverado. De momento, el Ministerio de Sanidad trabaja con las comunidades autónomas para avanzar en su elaboración. Hasta la fecha, este cuantifica a
más de 800.000 trabajadores del campo de la salud tanto en la privada como en la pública.
Contar con más indicadores sobre la profesión enfermera se intuye fundamental para planificar las futuras estrategias.
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Competencias enfermeras
El grado en Enfermería en España se posiciona como uno de los más completos a nivel internacional. Es más,
las competencias adquiridas por las egresadas están por encima de las marcadas por la normativa europea. Entre las que adquieren, la posibilidad de diagnosticar dentro del ámbito de cuidados, trabajar con medicamentos y productos sanitarios, investigar o manejar las nuevas tecnologías. Un listado que crecerá con el paso del tiempo, aunque con una puntualización: estas funciones deben de poder aplicarse. "No se trata de incorporar nuevas, sino de
desarrollar las existentes al cien por cien", ha puntualizado Cobos.
La gestión de equipos, la toma de decisiones y la participación en la elaboración de políticas públicas son algunas de las competencias a fomentar. Poco a poco, más enfermeras
acceden a puestos de liderazgo, aunque todavía se ven superadas por otros profesionales del ámbito sanitario. "No se entiende que se defina una estrategia en el ámbito de la salud sin incluir todas las categorías profesionales. Hay que animar a que Enfermería participe en todos los foros y asuma puestos de mando, porque están preparadas para ello", ha explicado Velasco. Para ello, Calleja y Hernández concuerdan que hay que
dotar de mayor "visibilidad" a esta salida laboral para las tituladas. "Hay que trasladar a la sociedad que las enfermeras no están vinculadas únicamente al proceso asistencial, sino que tienen las mismas aptitudes que el resto para gestionar cualquier ámbito que desee en función de su formación”, ha indicado la representante del Ministerio de Sanidad. "Sin duda, este rol de liderazgo no nos lo tendríamos ni que plantear. Al final, está asociado a su capacitación", ha agregado la miembro del Sescam.
Monserrat Hernández Luengo, directora general de Cuidados y Calidad del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.
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Prescripción enfermera
Una de las competencias más 'en boga' de las enfermeras es la
prescripción de fármacos.
Una función reconocida por el Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, para el uso, indicación y dispensación de medicamentos y productos sanitarios no sujetos a receta médica y el Real Decreto 1302/2018, de 22 de octubre, para aquellos que dependen de autorización facultativa, siempre que cuenten con una guía que abale la competencia de las profesionales sobre dichos preparados. También se pretende que forme parte de la nueva Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios, con la que se reforzará. Un punto de vista que
ha generado críticas por parte de otros ámbitos profesionales.
"La realidad asistencial nos dice que una enfermera toma decisiones con medicamentos constantemente y bajo el conocimiento del resto del equipo. Por ejemplo, el uso de un apósito con carga antibiótica o el aumento de la insulina en un paciente con diabetes. Al final, está preparada académicamente para llevar a cabo esta función. Solo queríamos que se dé cobertura legal a este proceso”, ha explicado Cobos.
"Ni queremos sustituir al médico ni somos 'un peligro público' por llevar a cabo una tarea que hacemos desde hace años y para la que contamos con formación", ha sentenciado.
Los representantes de Enfermería apuestan por mejorar el sistema de contratación en la profesión
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La coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad ha coincidido en que la prescripción enfermera
se traduce en "un sistema sanitario más eficiente". Y es que acaba con la duplicidad de consultas y, por ende, favorece en el ahorro de recursos ante el aumento de la presión asistencial. "Es un lastre que la enfermera pueda responsabilizarse del 99 por ciento del proceso, pero no del paso final. Se atiende más y se espera menos", ha asegurado. "Además, no existe ningún estudio que señale que aumenten los malos resultados en salud cuando prescribe una titulada en Enfermería".
No quita que no se deba avanzar en dotar de mayor visibilidad a
esta competencia. "Estamos todos muy de acuerdo con los beneficios que van unidos a la prescripción enfermera. Nuestro reto es
trasladar esta visión a la población y también a los grupos políticos, que son los que votarán la aprobación de la Ley de los Medicamentos y los Productos Sanitarios", ha verbalizado Calleja.
Eso sí, de momento, la prescripción enfermera está atada a
las guías de indicación aprobadas por el Ministerio de Sanidad. Su implantación depende de las comunidades autónomas, por lo que existen ritmos distintos según el territorio. Para Cobos, el avance es "lento". Hernández ha respondido que en el caso particular de Castilla-La Mancha existen seis protocolos asociados a estos manuales. "Nosotros vamos bien, pero no quita que la implementación
sea desigual en España", ha comentado.
"No hay que tener más competencias, sino desarrollar al cien por cien las existentes".
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Conclusiones con vistas de futuro
"Las competencias de Enfermería no tienen techo", ha dicho Hernández. La directiva del Sescam ha incidido en la importancia de
avanzar "en común" hacia una enfermera que no solo esté empoderada dentro del SNS, sino que también se sienta cuidada y valorada. Calleja también ha remitido a la unión de todas las instituciones para potenciar este perfil sanitario no solo en el futuro, sino también en el presente. Desde la ocupación de puestos de liderazgo hasta la transformación del propio modelo asistencial.
"¿Por qué no tener una enfermera ministra?", se ha preguntado.
Por su parte, Cobos ha demandado
apoyo institucional para la materialización de medidas que repercutan en el día a día de las enfermeras. "Estamos en un buen momento para que se visibilice nuestra profesión. Esto solo se conseguirá a través de la inversión en acciones concretas que ayuden al avance de nuestro colectivo, no solo con buenas palabras", ha concluido. Pasos enfocados a mejorar la estancia de estas sanitarias en su puesto de trabajo. Mismo camino a circular para ofrecer al paciente una atención de mayor calidad y ligada al siglo XXI.
La prescripción enfermera se considera 'prioritaria' para avanzar hacia un SNS más sostenible.
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