Diccionario de enfermedades

Hiperuricemia

¿Cómo se diagnostica la hiperuricemia?
El ácido úrico es el producto final de la degradación de ciertas proteínas, bien de nuestro cuerpo, bien de proteínas ingeridas con la dieta. Este ácido se elimina principalmente por el riñón formando parte de la orina.

La hiperuricemia es la elevación del ácido úrico en la sangre, en general por encima de 7 mg/dl. Es una alteración muy frecuente que se observa en más de 5 de cada 100 personas adultas de la población.

¿Qué causa la hiperuricemia?


Las causas de una hiperuricemia son desconocidas en muchas ocasiones; sin embargo existen diversas enfermedades o situaciones que se asocian con hiperuricemia:
  • Por un aumento de la producción de ácido úrico. Se observa en:
  • Personas obesas que consumen una gran cantidad de proteínas (carne, vísceras y algunos pescados) y de alcohol.
  • Enfermedades que se asocian con una gran destrucción de células, como ciertas enfermedades tumorales sobre todo de la sangre (síndromes mieloproliferativos y síndromes linfoproliferativos), la psoriasis, la enfermedad de Paget, etc.
  • La pérdida brusca e importante de masa muscular de nuestro cuerpo, por ejemplo con dietas estrictas para perder peso.
  • Otras causas desconocidas.
  • Por una disminución en la eliminación de ácido úrico por la orina. Se observa en:
  • Alteraciones en la función del tiroides.
  • Insuficiencia renal.
  • Toma de algunos medicamentos. Los más frecuentes son las medicinas para orinar (diuréticos). Otras medicinas que también pueden asociarse a hiperuricemia son el consumo elevado de aspirina, levodopa, ciclosporina o algunas medicinas utilizadas para el tratamiento de la tuberculosis.
  • De causa desconocida.
En general, la mayoría de personas con hiperuricemia tienen elevaciones moderadas del ácido úrico de causa desconocida.



¿Qué síntomas produce la hiperuricemia?


En general el aumento del ácido úrico no produce síntomas y es un hallazgo casual al realizar un análisis de sangre por cualquier otro motivo. En algunas personas el aumento del ácido úrico puede:
  • Favorecer la formación de piedras en el riñón (nefrolitiasis) y, por tanto, la aparición de cólicos nefríticos.
  • Favorecer un deterioro progresivo de la función renal (nefropatía por uratos)
  • Producir ataques de inflamación aguda de las articulaciones (gota) siendo el más característico la afectación del dedo gordo del pie (podagra).

¿Cómo se diagnostica la hiperuricemia?


La hiperuricemia se demuestra por la elevación del ácido úrico en sangre.

Para conocer si el aumento del ácido úrico se debe a una mayor producción o a una menor excreción por la orina, puede solicitarse un análisis de orina de 24 horas mientras que el paciente consume una dieta pobre en purinas.

En la mayoría de personas con hiperuricemia no existe indicación para buscar enfermedades que produzcan elevación del ácido úrico salvo circunstancias muy concretas.

¿Cuál es el tratamiento de la hiperuricemia?


En la mayoría de personas la elevación de ácido úrico es asintomática (no produce síntomas) y, en estas circunstancias, no hay indicación para recibir ningún tratamiento salvo quizás recomendar una dieta pobre en purinas y evitar las situaciones que puedan contribuir al aumento de ácido úrico en sangre (evitar el consumo de algunos medicamentos, tratar diversas enfermedades, etc.).

El tratamiento debe limitarse a las personas que tengan piedras de ácido úrico en el riñón o ataques repetidos de gota, siempre asociado a una dieta pobre en purinas y a la abstención absoluta del alcohol.

El tratamiento consiste en la administración de allopurinol. Si existen piedras en el riñón debe recomendarse beber al menos 2 litros de líquidos al día (siempre que no haya contraindicación) y, en algunos casos, añadir bicarbonato para evitar que se formen piedras. El comienzo del tratamiento con allopurinol puede favorecer la aparición de un ataque de gota.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.