Diccionario de enfermedades

Hemostasia, pruebas de coagulación de la sangre

Infografía de un coágulo sanguíneo
La hemostasia es el conjunto de procesos destinados a detener o disminuir la hemorragia excesiva y mantener la fluidez de la sangre para que circule libremente por los vasos sanguíneos. En este proceso intervienen cuatro elementos principales:
  • Pared vascular
  • Plaquetas
  • Coagulación sanguínea
  • Fibrinolisis
Cuando se produce un daño en la pared de los vasos sanguíneos, estos se contraen transitoriamente para disminuir el sangrado (espasmo vascular) y las plaquetas se adhieren entre ellas y a la zona dañada formando un trombo plaquetario (hemostasia primaria). Las plaquetas también liberan sustancias que inician las reacciones químicas necesarias para la formación del coágulo.

El siguiente paso es la coagulación propiamente dicha (hemostasia secundaria) que comprende un complejo sistema de reacciones en cadena en las que intervienen sustancias que se encuentran en la sangre y en las paredes de los vasos sanguíneos (los factores de la coagulación), que modifican la consistencia líquida de la sangre haciendo que adquiera una estructura tipo gel para impedir la hemorragia de forma definitiva. Este paso finaliza con la formación de fibrina, que es el componente principal del coágulo. Para que se llegue a producir el coágulo de fibrina es necesario que existan todos los factores de la coagulación, que estén presentes en cantidades suficientes y que funcionen con normalidad. De lo contrario, se peden producir sangrados excesivos o una coagulación inadecuada.
Por último, cuando la pared vascular ha cicatrizado y no se necesita el coágulo, la fibrina es eliminada mediante otro sistema de reacciones llamado fibrinolisis.

Así pues, los coágulos sanguíneos son beneficiosos porque detienen las hemorragias. Sin embargo, también pueden formarse en condiciones adversas (arteriosclerosis, defectos genéticos, fármacos, etc.) y producir infartos de miocardio, ictus y otros problemas.

PRUEBAS DE COAGULACIÓN

Tiempo de protrombina (TP) ¿Qué prueba es y para qué sirve?


El tiempo de protrombina es una de las pruebas que se solicitan para estudiar la coagulación de la sangre y determina el tiempo en segundos que tarda en formarse un coágulo en una muestra de sangre. Los médicos lo piden para detectar y diagnosticar problemas de coagulación y para comprobar el funcionamiento de determinadas medicinas que se utilizan para evitar la formación de coágulos sanguíneos (ej. Sintrom). Se realiza mediante un análisis de sangre venosa que no requiere ninguna preparación especial, aunque si se está en tratamiento con anticoagulantes, la muestra debe obtenerse antes de la dosis diaria.

La protrombina, también llamada factor II, es uno de los factores de la coagulación de la sangre. Se sintetiza en el hígado y para su formación se necesita vitamina K. El TP estudia el funcionamiento de los factores de la coagulación que intervienen en la vía extrínseca (una de las dos vías por las que puede iniciarse la coagulación, relacionada con los tejidos) y en la vía común de la coagulación (VII, I, II, V y X).

Si cualquiera de los factores anteriormente mencionados no funciona bien o está disminuido, el TP se alarga. Sus indicaciones fundamentalmente son:
  • Controlar el funcionamiento del tratamiento con anticoagulantes orales (ej. Sintrom) y asegurar que se está tomando la dosis correcta.
  • Buscar la causa de hemorragias o de moratones no explicados.
  • Diagnosticar determinadas deficiencias congénitas  o adquiridas de los factores del sistema extrínseco de la coagulación.
  • Valorar la capacidad del hígado para sintetizar factores de coagulación.
  • Como prueba preoperatoria para asegurar el correcto funcionamiento de la coagulación si se va a realizar alguna intervención quirúrgica o prueba diagnóstica que pueda causar sangrado.
  • Comprobar si el cuerpo está gastando los factores de la coagulación tan rápidamente que la sangre no puede coagular y no se para de sangrar. Esto puede indicar que se está produciendo una situación llamada coagulación intravascular diseminada (CID).

Valores de referencia del tiempo de protrombina


El TP varía significativamente entre diferentes laboratorios dependiendo de los reactivos, del equipo utilizado y de otros factores, por lo que cada laboratorio debe establecer sus propios valores de referencia.

Los resultados del TP, expresados en segundos, se comparan con valores medios de personas sanas. Normalmente el límite inferior suele estar entre 10 y 12 segundos y el límite superior entre 12 y 14 segundos, aunque en el informe del laboratorio deben aparecer los intervalos de referencia para la prueba.

Los recién nacidos tienen normalmente un TP alargado que va disminuyendo gradualmente hasta los seis meses de edad, en que alcanza el rango normal de un adulto.

Monitorización del tratamiento anticoagulante oral


Aunque el TP se altera poco en presencia de heparina, es extraordinariamente sensible al tratamiento con anticoagulantes orales (ej. Sintrom). Si se están tomando anticoagulantes orales, el médico pedirá el TP/INR de forma regular para asegurarse de que el tratamiento funciona adecuadamente, alargando el tiempo de coagulación sin producir sangrados excesivos o hematomas (moratones). No está establecida una frecuencia concreta para realizar la prueba. El efecto anticoagulante completo de los anticoagulantes orales se alcanza a las 36-72 horas del comienzo de su administración.

El TP en pacientes tratados con anticoagulantes orales debe oscilar entre 1,5 y 2,5 veces el tiempo normal.

Variaciones patológicas
  • Alargamiento del tiempo de protrombina: indica que la sangre tarda demasiado tiempo en formar un coágulo. Esto puede deberse a:
  1. Deficiencia hereditaria o adquirida de factores de la vía extrínseca o de la vía común de la coagulación (VII, I, II, V y/o X).
  2. Presencia de anticoagulantes circulantes:

    A) Anticoagulantes específicos frente a los factores I, II, V y/o X de la coagulación.
    B) Anticoagulante lúpico o tipo lupus (anticuerpos antofosfolípido, anticuerposanticardiolipina).
  3. Deficiencia de vitamina K:
    A) Dieta inadecuada.
    B) Síndrome hemorrágico del recién nacido.
    C) Malabsorción.
    D) Uso prolongado de antibióticos de amplio espectro (especialmente cefalosporinas).
  4. Fármacos:
    A) Tratamiento con anticoagulantes orales (ej: Sintrom): inhiben la formación de vitamina K, por lo que el hígado no puede sintetizar los factores de la coagulación dependientes de esta vitamina, inhibiéndose de esta manera la coagulación.
    B) Tratamiento con altas dosis de heparina.
    C) Tratamiento con otros anticoagulantes.
    D) Cefalosporinas.
    E) Otros: aspirina, cimetidina, alopurinol, penicilinas, etc.
  5. Enfermedad hepática (ej. cirrosis, hepatitis, obstrucción del conducto biliar, etc): disminuye la síntesis de los factores de la coagulación dependientes de la vitamina K.
  6. Deshidratación por diarrea o vómitos severos.
  7. Alcohol.
  8. Algunos productos naturales de herbolario.
  • Acortamiento del TP:
  1. Ingesta de alimentos ricos en vitamina K como: hígado de cerdo o de ternera, té verde, coles, brócoli, garbanzos, repollo, grelos, derivados de la soja, castañas, chocolate en tableta, turrones y mazapanes.
  2. Fármacos: barbitúricos, anticonceptivos orales, tratamiento hormonal sustitutivo, suplementos de vitamina K, etc.
  3. Tabaco.

INR (Internacional Normalized Ratio) ¿qué es?


El INR es un valor calculado a partir del tiempo de protrombina (TP), que se desarrolló debido a la gran variabilidad existente en la determinación del TP en función de los diferentes laboratorios.

Para unificar resultados, la OMS (Organización Mundial de la Salud) desarrolló y recomendó expresar los resultados como INR (cociente entre el TP del paciente y un TP normal, todo ello elevado a un exponente igual a la unidad o muy próximo a ella) junto con el TP. Esto permite a los médicos interpretar correctamente los resultados de un paciente en tratamiento con anticoagulantes orales aunque procedan de laboratorios diferentes.

El INR permite minimizar las variaciones debidas a los reactivos utilizados y, a la vez comparar resultados entre diferentes laboratorios.

Valores de referencia del INR: En condiciones normales el INR debe estar entre 0,8 y 1,2.

Monitorización del tratamiento anticoagulante oral con INR


En estos casos el INR debe encontrarse entre 2 y 3 aproximadamente (dependiendo del cuadro a tratar).

En los pacientes tratados con anticoagulantes orales, el riesgo de trombosis o embolias aumenta cuando el INR está por debajo de 2. Cuanto más se aproxima a 1, mayor riesgo ya que un INR = 1 significa que el paciente no está anticoagulado en absoluto.

El riesgo de sufrir hemorragias aumenta cuando el INR está por encima de 4. Cuanto más alto es el INR, mayor riesgo de sangrado.

Portadores de válvulas cardiacas artificiales

Las personas portadoras de válvulas cardiacas artificiales tienen un gran riesgo de que se formen coágulos, por ello deben mantener valores de INR entre 2,5 y 3,5.

Tiempo de tromboplastina parcial activada o tiempo de cefalina


El tiempo parcial de tromboplastina activada (TTPA) es una de las pruebas que se solicitan para estudiar la coagulación de la sangre y determina el tiempo en segundos que tarda en formarse un coágulo en una muestra de sangre. Se realiza mediante un análisis de sangre venosa que no requiere ninguna preparación especial. Los médicos lo piden para detectar y diagnosticar problemas de coagulación y para monitorizar el tratamiento anticoagulante con heparina no fraccionada.

Estudia el funcionamiento de los factores de coagulación que intervienen en la vía intrínseca (una de las dos vías por las que puede iniciarse la coagulación, relacionada con los vasos sanguíneos) y en la vía común de la coagulación. Con la excepción de los factores VII y XIII, el TTPA evalúa todos los factores de la coagulación. La información conjunta aportada por los TP y TTPA permite evaluar todos los factores de la coagulación.

El TTPA está indicado fundamentalmente para:
  • Controlar el tratamiento anticoagulante con heparina convencional.
  • Como prueba preoperatoria para asegurar el correcto funcionamiento de la coagulación si se va a realizar alguna intervención quirúrgica o prueba diagnóstica que pueda causar sangrado.
  • Diagnosticar deficiencias congénitas y adquiridas de los factores de la coagulación del sistema intrínseco de la coagulación sanguínea (ej. hemofilia).
  • Detectar inhibidores específicos de factores de coagulación (ej. anticoagulante lúpico) que puedan producir trastornos en la coagulación sanguínea.
  • Buscar la causa de hemorragias o de moratones no explicados.
  • Valorar la capacidad del hígado para sintetizar factores de coagulación.
El TTPA no se recomienda para controlar el tratamiento con anticoagulantes orales, ni es sensible al mal funcionamiento de las plaquetas. Estas afecciones se controlan mejor mediante un TP o un tiempo de hemorragia, respectivamente.

Valores de referencia del TTPA: varía entre diferentes laboratorios dependiendo de los reactivos y del equipo utilizado, por lo que hay que establecer valores de referencia para cada laboratorio. En condiciones normales el TTPA suele oscilar entre 26-36 segundos.

Los recién nacidos tienen normalmente un TTPA alargado que va disminuyendo gradualmente hasta los seis meses de edad, en que alcanza el rango normal de un adulto.

Monitorización del tratamiento anticoagulante con TTPA


El TTPA es muy sensible a la presencia de heparina no fraccionada, por lo que se utiliza para monitorizar el tratamiento con la misma. Una adecuada anticoagulación con heparina se adquiere en 24 horas.
El tratamiento con heparina de bajo peso molecular no suele alterar significativamente el TTPA y por lo tanto no suele utilizarse para su monitorización.

El TTPA en pacientes tratados con heparinas no fraccionadas debe oscilar entre 1,5 -2,5 veces el valor medio normal de TTPA.

Variaciones patológicas del TTPA


Alargamiento del TTPA:
  • Deficiencia hereditaria o adquirida de factores de coagulación exclusivos de la vía intrínseca de la coagulación:
  1. Factor VIII: hemofilia A, enfermedad de Von Willebrand (según los tipos).
  2. Factor IX: hemofilia B.
  3. Factor XI.
  4. Factores de contacto: factor XII, precalicreína, etc.
  • Deficiencia hereditaria o adquirida de los factores de la vía común de la coagulación: I, II, V y/o X.
  • Presencia de anticoagulantes circulantes:
  1. Anticoagulantes específicos frente a los factores II, V, VIII, IX, X, XI de la coagulación o frente a los factores de contacto.
  2. Anticoagulante lúpico o tipo lupus (anticuerpos antofosfolípido, anticuerpos anticardiolipina).
  • Fármacos:
  1. Tratamiento anticoagulante:
    A) Tratamiento con heparina o presencia de heparina circulante.
    B) Tratamiento con dosis altas de anticoagulantes orales (Sintrom).
    C) Tratamiento con otros anticoagulantes.
  2. Otros:
    A) Antihistamínicos.
    B) Algunos productos naturales de herbolario.
  • Deficiencia severa de vitamina K:
  1. Dieta inadecuada.
  2. Síndrome hemorrágico del recién nacido.
  3. Malabsorción.
  4. Uso prolongado de antibióticos de amplio espectro (especialmente cefalosporinas).
  • Enfermedad hepática grave: disminuye la síntesis de los factores de la coagulación dependientes de la vitamina K.

Prueba de tiempo de trombina (TT) ¿para qué se usa?


El tiempo de trombina (TT) es una de las pruebas que se piden para estudiar la coagulación de la sangre y determina el tiempo en segundos que tarda en formarse un coágulo en una muestra de sangre. Se realiza mediante un análisis de sangre venosa que no requiere ninguna preparación especial.

El TT evalúa el final de la cascada de la coagulación, es decir, el paso del fibrinógeno (factor I de la coagulación) a fibrina. La trombina es una enzima muy potente que transforma el fibrinógeno en fibrina y no se encuentra en la sangre circulante. Durante la transformación del fibrinógeno en fibrina, gran parte de la trombina desaparece. El TT consiste en añadir un exceso de trombina a la muestra del paciente para conseguir la transformación de fibrinógeno en fibrina.

El TT se alarga con las alteraciones del fibrinógeno, tanto cuantitativas (hipofibrinogenemia e hiperfibrinogenemia) como cualitativas (disfibrinogenemia), frecuentes en las enfermedades del hígado. La prueba es también muy sensible a la presencia de heparina y de productos de degradación del fibrinógeno (PDF).

Valores de referencia del tiempo de trombina


El TT varía entre diferentes laboratorios, dependiendo del reactivo, del equipo utilizado y de la concentración de la trombina, por lo que hay que establecer valores de referencia para cada laboratorio. En condiciones normales el TT suele oscilar entre 15-20 segundos.

Se considera alterado si se prolonga más de 5 segundos respecto al tiempo del control normal.

Variaciones patológicas del tiempo de trombina


Alargamiento del tiempo de trombina
  • Presencia de anticoagulantes con actividad antitrombina:
  1. Tratamiento con heparina o presencia de heparina circulante (ej. contaminación de una muestra con heparina).
  2. Presencia de anticuerpos antitrombina.
  • Alteraciones cualitativas o cuantitativas del fibrinógeno: Sobre todo con concentraciones de fibrinógeno inferiores a 100 mg/dL.
  • Enfermedad hepática.
  • Presencia de productos de degradación del fibrinógeno (PDF).
  • Tratamiento fibrinolítico o trombolítico.
  • Concentraciones elevadas de proteínas en sangre (ej. mieloma múltiple, amiloidosis, etc.)

¿Qué es el fibrinógeno o factor I?


El fibrinógeno o factor I de la coagulación sanguínea es una proteína fabricada en el hígado que ayuda a detener la hemorragia al favorecer la formación de coágulos que taponan los puntos de sangrado. Sin embargo, el exceso de fibrinógeno en la sangre puede dar lugar a la formación de coágulos dentro de los vasos sanguíneos y producir trombosis, infartos o ictus.

La determinación del fibrinógeno se realiza mediante un análisis de sangre venosa que no requiere ninguna preparación especial y que cuantifica la cantidad del mismo en la sangre. Se solicita para la evaluación y el seguimiento de trastornos por sangrado o por la formación de coágulos en la sangre de manera inapropiada (trombosis). También se puede utilizar, junto a otros marcadores, para establecer el riesgo cardiovascular.

Las concentraciones bajas de fibrinógeno se asocian a un riesgo de sufrir hemorragias y se observan fundamentalmente en las hipofibrinogenemias, afibrinogenemias o disfibrinogenemias congénitas o adquiridas.

Es posible tener el fibrinógeno anómalo o disminuido sin darse cuenta de ello. En estos casos solo se identifica la anomalía cuando se sangra más de lo esperado después de una intervención quirúrgica, de un traumatismo o de que se realice algún estudio de la coagulación por otro motivo (ej. para un preoperatorio).

Se pueden encontrar niveles de fibrinógeno elevados de forma transitoria cuando el fibrinógeno se comporta como marcador de fase aguda (cirugías, traumatismos, infarto de miocardio, infecciones, etc.), o de larga duración (cánceres y procesos inflamatorios crónicos). En estos casos, el fibrinógeno se determina para medir la magnitud de la inflamación y monitorizar la evolución de la enfermedad. Normalmente los valores se normalizan cuando se soluciona el problema subyacente.

Los niveles de fibrinógeno también pueden elevarse discretamente con la edad, el embarazo, el tabaquismo, el uso de anticonceptivos orales y tratamiento hormonal sustitutivo y después del ejercicio intenso.

Valores de referencia del fibrinógeno


En condiciones normales el fibrinógeno plasmático suele oscilar entre 180-350 mg/dL pero sus valores varían entre diferentes laboratorios ya que dependen de múltiples factores, por lo que hay que establecer unos valores de referencia para cada laboratorio.

Las mujeres pueden tener niveles de fibrinógeno ligeramente más altos que los hombres. Se producen discretas elevaciones durante el embarazo, la menstruación y la menopausia. Con la edad se observan elevaciones poco significativas.

Variaciones patológicas del fibrinógeno


Elevación del fibrinógeno:
  • Como respuesta a procesos infecciosos e inflamatorios:
  1. Agudos (ej: neumonía).
  2. Crónicos: (ej. artritis reumatoide, tuberculosis, síndrome nefrótico, etc).
  3. Traumatismos y cirugía.
  • Estados y procesos trombóticos:
  1. Rotura de una placa de ateroma
  2. Tromboembolismo venoso: trombosis venosa profunda, troboembolismo pulmonar.
  • Infarto agudo de miocardio.
  • Hipertensión arterial.
  • Neoplasias.
  • Enfermedades hepáticas.
  • Estados posthemorrágicos.
  • Enfermedad edematosa.
  • Tras irradiación con rayos X.
  • Factores genéticos.
Disminución del fibrinógeno: Se asocia a una incapacidad para formar coágulos de sangre estables.
  • Disminución mantenida en el tiempo: son situaciones relacionadas con enfermedades hereditarias o adquiridas en fase terminal.
  1. Afibrinogenemia e hipofibriniogenemiua hereditarias.
  2. Disfibrinogenemias hereditarias o adquiridas.
  3. Enfermedad hepática grave.
  • Disminución instaurada de manera aguda: suele relacionarse con situaciones en las que aumenta el consumo de fibrinógeno.
  1. Coagulación intravascular diseminada.
  2. Fibrinolisis primaria.
  3. Tratamientos trombolíticos o fibrinolíticos.
  4. Venenos de serpiente.
  5. Presencia de productos de degradación de la fibrina (PDF).
  6. Metabolismo acelerado: estados de shock, neoplasias, etc.
  7. Hemodilución: ej. transfusiones de sangre de elevado volumen administradas de forma rápida.
  8. Grandes pérdidas de volumen plasmático: ascitis, hemorragias, o quemaduras graves.
  9. Fármacos: esteroides anabolizantes, fenobarbital, estreptoquinasa, uroquinasa, L-asparaginasa, ácido valproico.

Prueba del dímero-D ¿para qué sirve?


Esta prueba mide una sustancia que se libera cuando se rompe el coágulo de sangre. Normalmente es indetectable en sangre y solo se produce cuando un coágulo está en proceso de destrucción. Se determina mediante un análisis de sangre venosa que no requiere ninguna preparación especial.
Los análisis del dímero-D se solicitan para ayudar a diagnosticar o a descartar situaciones relacionadas con trombosis y para valorar la evolución y el funcionamiento de un tratamiento. Estas situaciones incluyen:
  • Trombosis venos profunda: Es una situación en la que se forman coágulos en las venas profundas de las piernas, la pelvis o los brazos.
  • Tromboembolismo pulmonar: Es una situación en la que un coágulo interrumpe la circulación de las sangre en los vasos sanguíneos de los pulmones.
  • Accidente vascular cerebral (ictus).
  • Coagulación intravascular diseminada (CID): Es una situación complicada que puede suceder por varios motivos como intervenciones quirúrgicas, sepsis, mordeduras de serpientes  venenosas, enfermedad hepática y postparto. En la CID se activan los factores de la coagulación y se forman múltiples coágulos diminutos al mismo tiempo que deja al paciente muy expuesto a sufrir hemorragias. Los niveles de dímero-D están muy elevados en la CID.
En personas con riesgo bajo o intermedio de desarrollar una trombosis, el valor del dímero-D radica en que, si el resultado es negativo, es muy improbable que estén ante una trombosis. Sin embargo, un resultado positivo del dímero-D no puede predecir si existe un coágulo o no y se deben realizar más pruebas diagnósticas.

El análisis del dímero-D se debe solicitar como una prueba complementaria junto a otras pruebas adicionales y nunca debe ser la única prueba para diagnosticar una enfermedad o situación anormal.
Cuando se utiliza para controlar la evolución de una CID, la disminución de sus concentraciones indica que el tratamiento está siendo efectivo, mientras que un aumento indica el fracaso del mismo.
Valores de referencia

Los valores normales son meramente orientativos ya que varían entre los diferentes laboratorios y cada laboratorio debe establecer sus propios rangos.

Se considera que el dímero-D es normal si está por debajo de 250 microgramos/litro (1,37 nanomoles/litro).

Valores normales o por debajo de lo normal indican que es improbable que el paciente tenga algún coágulo en las piernas o el pulmón (trombosis venosa profunda o tromboembolismo pulmonar).

Niveles elevados de dímero-D pueden indicar que ha existido una formación y destrucción de coágulos en el organismo, pero no informan sobre el lugar donde ha sucedido, si es importante, ni su causa. Sin embargo, niveles elevados de dímero-D no siempre indican la existencia de un coágulo ya que pueden estar elevados en otras situaciones en las que carecerían de fiabilidad:
  • Artritis reumatoide.
  • Cirugías o traumatismos recientes.
  • Infecciones.
  • Enfermedad cardiaca.
  • Algunos cánceres.
  • Enfermedad hepática
  • Embarazo.
  • Tratamiento con estrógenos.
  • Aumento de los triglicéridos en sangre (hipertrigliceridemia).
  • Aumento de la bilirrubina en sangre (hiperbilirrubinemia).
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.