En cooperación enfermera, tenemos muy claro que la salud es un factor imprescindible para el ejercicio efectivo de los derechos humanos así como un componente esencial para su desarrollo. Es una idea en la que quiero incidir con motivo del Día Mundial de la Salud, que la OMS celebra este 7 de abril, poniendo el acento en la necesidad de garantizar una cobertura sanitaria universal. Esto significa que todas las personas, en cualquier lugar, puedan acceder a servicios de salud esenciales y de calidad, sin tener que pasar apuros económicos.

En el contexto de las reivindicaciones planteadas por OMS, es necesario poner de relevancia el extraordinario valor del trabajo cotidiano de los enfermeros, pues somos fundamentales para garantizar la universalización de la salud. Es más, uno de los mensajes desarrollados por esta organización para el Día Mundial de la Salud incide en el acceso a unos cuidados esenciales y de calidad pues “no solo mejora la salud de las personas y su esperanza de vida, sino que también protege a los países de las epidemias, reduce la pobreza y el riesgo de padecer hambre, crea empleos, impulsa el crecimiento económico y promueve la igualdad de género”.

Además, los enfermeros universalizamos nuestro trabajo porque tenemos un alto grado de identificación e implicación con la comunidad donde lo desarrollamos. Somos capaces de promover el cambio, aportando un plus muy necesario para garantizar el acceso a la salud.

Por ejemplo, en nuestro ámbito más cercano, en nuestro país, es indudable la capacidad de la enfermería para identificarse con las personas en riesgo de exclusión, para atender sus necesidades y comprometerse con sus soluciones. En muchas ocasiones, simplemente promoviendo la educación para la salud podemos facilitar el acceso a la sanidad de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad.

Mientras que en el ámbito internacional, la cooperación enfermera es básica para contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De nuevo, la promoción de la salud es un camino para conseguirlos. Para ello no son necesarias grandes inversiones económicas en recursos ni infraestructuras. Tan solo hay que promover una formación adecuada y cualificada que dote a las enfermeras de los países empobrecidos de los conocimientos necesarios para impulsar cambios en los cuidados y mejorar, así, la salud de la población.

Estos dos ejemplos manifiestan la importancia de potenciar el trabajo y la presencia de la enfermería en todos los ámbitos posibles. Hay que tener en cuenta que un alto porcentaje de la problemática de salud de las personas es resuelto por las enfermeras. Así de claro. Debemos hacer hincapié en los profesionales enfermeros para lograr que el sistema sanitario funcione y garantizar su universalización.

Los enfermeros somos capaces de promover el cambio, aportando un plus muy necesario para garantizar el acceso a la salud. Nuestra responsabilidad con el rol y el papel que desempeñamos en la sociedad, nuestra pasión por el cuidado y nuestro compromiso por que llegue a todas las personas que lo necesitan, independientemente de sus circunstancias personales, son valores que nos identifican.

En el marco del Día Mundial de la Salud, la OMS pide a los líderes mundiales que se comprometan a adoptar medidas concretas para promover la salud de todas las personas. Apostar por las enfermeras como generadoras de salud, claramente, es una de ellas.

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