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15 nov. 2019 11:10H
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Bloqueo, parálisis, incertidumbre… Son palabras que se han convertido en los últimos meses en términos recurrentes de nuestro vocabulario cotidiano a la hora de referirnos a la vida pública y política de nuestro país y el pasado 10 de noviembre las cosas no cambiaron a mejor.

Las últimas elecciones generales han propiciado que un total de 16 partidos políticos hayan obtenido representación en el Congreso de los Diputados. Una disparidad de formaciones e intereses nunca vista en nuestra reciente historia democrática que, según expertos y medios de comunicación, dificultan aún más la consecución de acuerdos.

Queda claro, por tanto, que la última cita con las urnas nos deja un tablero de juego político más enrevesado y difícil que requerirá a todos sus participantes un mayor esfuerzo si de verdad quieren llegar a consensos que permitan, en primera instancia, investir a un nuevo presidente del Gobierno y, posteriormente, aprobar cualquier proyecto o iniciativa legislativa.

Ya conocemos el preacuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos y las previsiones más optimistas son que tendremos gobierno antes de las Navidades. En todo caso, nos esperan aún semanas de reuniones, encuentros y desencuentros entre unos y otros y, mientras tanto, los ciudadanos, expectantes a la vez que hastiados, seguirán conviviendo con sus problemas y necesidades.


"No hay otra solución que acabar con el bloqueo, la parálisis y la incertidumbre y llegar a acuerdos para aprobar todas aquellas iniciativas que redunden en una atención sanitaria de mayor calidad"


Continuarán, por ejemplo, acudiendo a su hospital o centro de salud de referencia para ser atendidos y constatarán que la situación no ha cambiado mucho desde los fatídicos años de la crisis. Verán que persiste la necesidad de esperar varios meses para ser intervenido, la saturación en las Urgencias o la falta de tiempo de los profesionales para atenderles como les gustaría a unos y otros.

Aunque poco mencionado en la confrontación electoral, todos los partidos políticos sí han dedicado parte de sus programas a plasmar negro sobre blanco sus ‘recetas’ para mejorar nuestro Sistema Nacional de Salud, coincidiendo todos ellos en que son muchas las deficiencias a subsanar si queremos preservar uno de nuestros principales pilares del Estado del Bienestar.

Propuestas todas ellas que si algo seguro requieren es un consenso previo a nivel político porque, como todos sabemos, la gestión sanitaria está repartida en nuestro país entre 17 gobiernos autonómicos de distinto signo, además de Ceuta y Melilla, y un Ejecutivo central que todo apunta a que será de coalición. Por ello, cualquier avance de calado necesita del esfuerzo conjunto de todos sus responsables. 

Llegados a este punto, no hay otra solución que acabar con el bloqueo, la parálisis y la incertidumbre y llegar a acuerdos para aprobar todas aquellas iniciativas que redunden en una atención sanitaria de mayor calidad y más segura para todos los ciudadanos y pacientes.

Tanto las 24.365.851 personas que emitieron su voto el pasado 10 de noviembre como las que se abstuvieron o votaron en blanco o de forma nula se merecen la mejor atención sanitaria posible que podamos ofrecer como derecho universal que es. Las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas seguiremos trabajando con ese objetivo y esperamos que nuestros representantes políticos, ahora sí, lo hagan también.