Los más de 50.000
fisioterapeutas de nuestro país comienzan 2022 con justas y necesarias demandas que en años anteriores no se han hecho realidad y que, ahora más que nunca, resultan absolutamente imprescindibles, no solo para avanzar laboral y profesionalmente, sino para
ofrecer la atención que un cada vez mayor número de personas necesitan y requieren.
Un colectivo profesional sanitario aún muy infravalorado por administraciones públicas y partidos políticos que no ven, o no quieren ver, la decisiva labor que realizan a la hora de mejorar el bienestar y calidad de vida de las personas y que ahora, más que nunca, son muy necesarios para
todas aquellas afectadas por el Covid persistente o long Covid.
A lo largo de los dos últimos años, los fisioterapeutas han realizado un trabajo extenuante, duro y lleno de muchos momentos de sufrimiento y dolor que les han pasado factura a nivel físico y emocional y del que
tardarán mucho tiempo aún en recuperarse si es que los consiguen por completo.
Unos profesionales sanitarios que acuden ahora a sus centros de trabajo con el desánimo y frustración que les genera el constatar que los compromisos reiterados por responsables públicos y políticos en meses pasados no se han hecho aún realidad y todo apunta a que no tienen intención de hacerlo, al menos, a corto plazo.
Ni antes de la pandemia ni ahora tampoco están trabajando para aumentar las plantillas de fisioterapeutas en la sanidad pública, perpetuando una lamentable situación que lleva a las personas que necesitan de su atención a tener que esperar semanas, cuando no meses.
En España hay solo un fisioterapeuta para atender a 10.000 personas en la sanidad pública cuando la ratio establecida por la OMS es de uno por 1.000 personas. Un déficit crónico y estructural de profesionales que es más grave si cabe en los centros de salud donde su presencia en muchos de ellos es inexistente
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En España hay solo un fisioterapeuta para atender a 10.000 personas en la sanidad pública cuando la ratio establecida por la OMS es de uno por 1.000 personas
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Una lamentable realidad, además, que lleva a estos profesionales a tener que trabajar en centros privados donde sus condiciones laborales son aún peores.
La temporalidad y la precariedad acompaña a un gran número de estos profesionales a lo largo de muchos años de su trayectoria laboral.
Los fisioterapeutas son una de las figuras sanitarias clave para el futuro de nuestro país, y por ello, iniciado ya 2022, el colectivo debe alzar su voz, unido y sin fisuras, para que aquellos que no quieren ni ver ni oír tengan muy clara la fuerza imparable de unos profesionales que no van a tolerar más desagravios, injusticias y desigualdades.
Ha llegado el momento de que todo el colectivo de un paso adelante y protagonice un movimiento reivindicativo en el conjunto del Estado para lograr las mejoras que demandan y
requieren con el único objetivo de dar la atención que necesitan las más de 47 millones de personas que hay en nuestro país.
Lo harán, a partir del 10 de febrero, con concentraciones en los centros de salud de todo el Estado y con otras acciones y movilizaciones en fechas posteriores. Satse, por su parte, estará con ellos y ellas, para que 2022 sea, de una vez por todas, el año del cambio para estos profesionales sanitarios.
Hay una realidad incuestionable y es que sin más fisioterapeutas con mejores condiciones profesionales y laborales no habrá una mejor sanidad futura en nuestro país.