Ayer, numerosos medios de comunicación, se hicieron eco de un estudio realizado por la institución académica Esade sobre "la brecha de género" en el examen de acceso a las plazas de formación de médico interno residente.

En este estudio, los investigadores señalan que las mujeres obtienen peores resultados en el examen MIR, y remarcan que esto se debe en parte a que las mujeres dejan más preguntas en blanco. Además, apuntan que estas diferencias en los resultados se acentúan cuanto más competitiva es la prueba.

Sin embargo, si leemos con detenimiento todo el artículo, nos daremos cuenta de que los autores describen la diferencia de las preguntas en blanco como "no muy grande", aunque sin dar una cifra exacta. Por mi parte, he realizado un análisis multivariante (ajustando por expediente, nacionalidad y el hecho de estar repitiendo la prueba) y los resultados son claros: las mujeres solamente dejan de media 0,68 preguntas en blanco más que los hombres (suponiendo un examen de 200 preguntas). Así es, la diferencia es de menos de una pregunta.

Por otro lado, está el factor de la competitividad. También he realizado varios análisis multivariantes y no he encontrado ningún tipo de correlación entre el número de opositores presentados por año y el resultado de las mujeres en el examen. Esto más bien parece un error de interpretación. Como a continuación explicaré.


"Las mujeres solamente dejan 0,68 preguntas en blanco más que los hombres en el MIR"



Es cierto, como los autores de Esade señalan en su estudio, que el año pasado se presentaron a la prueba un 64,7 por ciento de mujeres y sin embargo, de entre las 1.000 primeras plazas MIR elegidas, solamente encontramos un 53,2 por ciento de mujeres. Por otro lado, también es cierto –y esto no lo señalan los autores– que de las 8.095 plazas de formación MIR, un 66,5 por ciento de ellas fueron adjudicadas a mujeres.

Por lo tanto, y según estas descripciones univariantes (y que, por ello, no tienen en cuenta el peso de otros factores, como la nacionalidad del opositor) podemos ver que, efectivamente, entre los mejores puestos del ranking MIR encontramos menos mujeres de las que se podría esperar por estadística. Pero también es verdad que, entre los peores puestos del ranking, son los hombres quienes se encuentran sobrerrepresentados.

Es decir que, si un año se presentan muchos opositores y se ofertan pocas plazas, esas plazas solamente se adjudicarán a un margen muy estrecho donde se encuentren las mejores notas del MIR. Y en ese caso sí, podría ocurrir que los hombres estuvieran sobrerrepresentados.


"Sería conveniente que dejáramos de crear conflictos sobre diferencias inexistentes entre sexos"


 
Pero en cualquier caso todas estas variaciones y diferencias de las que hemos hablado, como podemos comprobar, son muy pequeñas. Personalmente creo que el examen MIR es una manera justa de evaluar el conocimiento de los opositores. De hecho, considero que los artículos de prensa que se han publicado infantilizan a la mujer y la presuponen como inferior, dando a entender que necesitan que se les otorgue una ventaja en el examen para compensar un supuesto hándicap que, por supuesto, no tienen. Las mujeres son igual (si no más) de capaces que los hombres de superar pruebas académicas. Y prueba de ello es que existan tasas tan altas de feminización en los grados de Medicina, a pesar de las altas notas de corte en selectividad.

Por lo tanto, y como conclusión: no, el examen MIR no "castiga" a las mujeres ni necesita ser revisado. Quizás, por otro lado, sí sería conveniente que dejáramos de crear conflictos sobre diferencias inexistentes entre sexos.