Otros artículos de Elena Domínguez-Garrido

8 mar. 2022 8:20H
SE LEE EN 1 minuto
Por orden alfabético del apellido materno traigo a este foro a María Cortés Cantell, Ana Teijeiro García-Quijada, Isabel Sola Gurpegui, María Antonia Blasco Marhuenda y María Victoria Llorens Martín. Para el propósito de estas líneas, no hace falta que ahora yo sea exhaustiva.

¿Qué tienen en común estas personas? Pues que son mujeres, de brillante carrera profesional, cuyas investigaciones generan conocimiento transferido al Sistema Nacional de Salud, pero sin estar encuadradas en este, ya que pertenecen a otra tipología de centros de investigación, los conocidos como organismos públicos de investigación de la Administración General del Estado. 

La distinción entre investigadoras de centros de la Administración General del Estado, como los adscritos a Universidades o al Instituto de Salud Carlos III, y las investigadoras de centros del Sistema Nacional de Salud no es baladí, ya que estas tienen un régimen conocido como “estatutario”, lo que conlleva importantes diferencias salariales a su favor, respecto de las primeras.

El anteproyecto de Ley de modificación de la Ley 14/2011, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, actualmente en el Congreso de los Diputados, es una buena ocasión para que las alharacas asociadas al Dia de la Mujer Trabajadora no se queden en mera palabrería y permitan avanzar hacia la plena igualdad laboral, también para las investigadoras en materia sanitaria.