Las
enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de mortalidad en Europa. Cada año, se cobran 1,7 millones de vidas en todo el continente. Este número por sí solo ya es alarmante. Pero lo realmente inaceptable es que
el 80% de estas muertes podrían evitarse.
La mayoría de nosotros conoce algún caso cercano: su padre o madre, un amigo o una compañera. En muchos casos, las señales de alerta estaban ahí: hipertensión arterial,
colesterol alto o niveles elevados de
azúcar en sangre. Estas afecciones silenciosas pueden permanecer sin diagnosticar durante años y evolucionar sin dar señales, hasta que el primer síntoma aparece como un
ataque cardíaco o un
accidente cerebrovascular y, en esa fase, ya es demasiado tarde. Sin embargo, con demasiada frecuencia, las personas no conocen exactamente sus propios valores clínicos.
Esta es la razón por la que tenemos que cambiar la estrategia en la
Unión Europea. Con el nuevo
Plan «Safe Hearts» de la UE, damos un giro decisivo: de actuar ante las enfermedades cardiovasculares a prevenirlas. Durante demasiado tiempo, nuestros sistemas sanitarios se han estructurado en torno a la respuesta de emergencia, en lugar de centrarse en la
actuación temprana. Este Plan sitúa la prevención, los controles rutinarios y la
detección precoz en el centro de nuestra atención. Se trata de hacer de los exámenes médicos sencillos y eficaces una práctica rutinaria de la vida adulta en toda Europa, de modo que las personas puedan comprender sus riesgos individuales mucho antes de que se produzca una enfermedad grave.
La urgencia resulta más que evidente. En la actualidad,
el 54% de la población adulta de la UE tiene sobrepeso. Uno de cada tres jóvenes tiene sobrepeso u obesidad y el 20% se encuentra en riesgo de diabetes tipo 2 o ya la padece. La diabetes, el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo clave para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
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"La diabetes, el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo clave para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares"
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La
pandemia de Covid-19 ha acelerado de forma notable estas tendencias. Si no actuamos, estamos condenando a toda una futura generación a vivir con una peor salud y a padecer enfermedades crónicas, ejerciendo además una presión insoportable sobre nuestros sistemas sanitarios.
Un elemento fundamental de «Safe Hearts» es la medición rutinaria de la presión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol. Estas pruebas son rápidas, baratas y muy eficaces. Sin embargo, millones de europeos no se realizan ningún control durante años. Promoveremos controles periódicos y pondremos en marcha una campaña europea con el lema «conoce tus valores clínicos». Se trata de una de las
intervenciones de salud pública más eficaces que tenemos disponibles y que llevamos demasiado tiempo sin utilizar lo suficiente.
También reforzaremos la sensibilización sobre los factores de riesgo hereditarios, como parte de los programas de cribado, garantizando que se comprenda y tenga mejor en cuenta el historial familiar, con el apoyo de orientaciones más claras y una mejor coordinación entre los
sistemas sanitarios.
Las herramientas digitales y la inteligencia artificial impulsarán este cambio. Al reunir datos de pruebas rutinarias, imágenes e historiales médicos electrónicos, el personal sanitario podrá identificar los riesgos en una fase más temprana e intervenir más eficazmente. Pero también se trata de sensibilizar y ayudar a las personas a tomar las decisiones adecuadas.
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"Al reunir datos de pruebas rutinarias, imágenes e historiales médicos electrónicos, el personal sanitario podrá identificar los riesgos en una fase más temprana e intervenir más eficazmente"
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Las personas deben comprender las consecuencias de sus acciones. Con las herramientas adecuadas, un paciente puede ver cómo las decisiones actuales sobre su estilo de vida configuran su futuro y cómo cambiar de rumbo le podría permitir
vivir más años con buena salud.
Para apoyar este cambio, la UE invertirá 20 millones de euros en el despliegue de la IA y lasherramientas basadas en datos que permitan una detección más temprana y una prevención más focalizada de las enfermedades cardiovasculares.
La prevención también implica abordar las causas profundas. El vínculo entre los alimentos ultraprocesados, la obesidad y la diabetes tipo 2 está claramente establecido. La diabetes tipo 2 sigue creciendo y al menos la mitad de las personas que la padecen tienen obesidad.
Debemos ser sinceros con los consumidores. Esta es la razón por la que introduciremos información más clara que muestre cómo de procesado es un producto dentro de su categoría, de modo que las personas puedan tomar
decisiones conscientes sobre lo que comen. Abordar el problema de los alimentos ultraprocesados será un reto prioritario en el
ámbito de la salud pública en los próximos años.
Los productos del tabaco y la nicotina siguen siendo otro importante factor de riesgo. Aunque las tasas de consumo de tabaco han disminuido, el uso de nuevos productos con nicotina ha aumentado considerablemente entre las personas jóvenes. No podemos permitir que se desinforme e induzca a error a esta nueva generación. El próximo año actualizaremos las normas de la UE, lucharemos contra la comercialización en línea dirigida a las personas jóvenes y confrontaremos la idea equivocada de que los nuevos productos con nicotina son inocuos. Los hechos, y no la publicidad, deben influir en las decisiones de las personas jóvenes.
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"Confrontaremos la idea equivocada de que los nuevos productos con nicotina son inocuos"
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Por último, el Plan «Safe Hearts» pretende garantizar el acceso a
mejores herramientas de diagnóstico en toda la Unión antes de que aparezcan los síntomas. Desde monitores de presión arterial y electrocardiogramas asistidos por IA hasta imagenología básica, estas herramientas deben llegar a los pacientes de forma más rápida y equitativa. La Ley de Biotecnología acelerará la investigación y el desarrollo clínico, incluidas las terapias innovadoras como los
parches cardíacos diseñados mediante bioingeniería. Al mismo tiempo, las normas actualizadas sobre productos sanitarios eliminarán los atrasos en la regulación, de modo que las tecnologías esenciales puedan llegar a los pacientes sin demoras innecesarias.
Las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse. Con el Plan «Safe Hearts», Europa elige la actuación temprana frente a una intervención tardía, la prevención frente a la enfermedad, y vidas más sanas y largas frente a pérdidas evitables. Si no actuamos ahora, nos enfrentamos a una próxima generación de europeos afectados por enfermedades crónicas que nunca tuvieron por qué padecer, con todas sus consecuencias sociales y económicas. Si actuamos ahora, podremos ofrecer a millones de europeos mejores oportunidades para disfrutar de una vida más sana durante más tiempo.