Bernhard Url, director ejecutivo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
La
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha confirmado que, por el momento, no ha realizado ni tiene previsto realizar una evaluación de seguridad para el uso de
calcifediol (25-hidroxivitamina D3)
como ingrediente en alimentos convencionales, más allá de su autorización actual como complemento alimenticio. Así, aleja la posibilidad de que esta sustancia se pueda incorporar a los alimentos de los ciudadanos para mejorar sus niveles de
vitamina D, como sugería un reciente
estudio promovido por la industria de los suplementos alimenticios.
En respuesta a
Redacción Médica, fuentes de la EFSA precisan que el organismo
solo ha evaluado el uso del calcifediol para complementos alimenticios, y que “actualmente solo está autorizado para dicho uso”. Asimismo, aclaran que, en lo que respecta a expedientes en revisión sobre su uso en alimentos enriquecidos,
“hasta donde sabemos no hay ninguno ni tampoco está previsto”.
Preguntada sobre si la incorporación de
calcifediol a alimentos fortificados podría suponer un riesgo de ingesta excesiva en la población general, especialmente si se combina con suplementos o exposición solar, la EFSA responde que no puede pronunciarse, ya que
“no hemos realizado una evaluación de seguridad para su uso con fines de fortificación”.
Niveles de vitamina D máximos recomendables
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también recuerda que ya marcó los
niveles máximos recomendables de vitamina D en un estudio publicado en 2023. Así, ha fijado en 100 microgramos diarios de equivalentes de vitamina D el límite máximo tolerable para adultos, adolescentes y mujeres embarazadas o lactantes, y en 50 microgramos para niños de 1 a 10 años.
Este tope se ha calculado tomando como referencia la hipercalciuria persistente, un signo temprano de exceso de vitamina D, detectado en ensayos clínicos con dosis de 250 microgramos diarios, a partir del cual se aplicó un factor de seguridad. Además, la EFSA señala que, en general, la población europea no supera estos límites, aunque el consumo habitual de suplementos con dosis altas puede hacer que se rebasen. Todo ello en un contexto de nuevas evidencias de los
efectos de la vitamina D en la salud humana.
El dictamen incluye también un factor de conversión de
2,5 para el calcidiol monohidrato, con el fin de calcular su equivalencia en
vitamina D3, dada su mayor biodisponibilidad. El estudio abarca todas las formas de vitamina D autorizadas en la UE para su uso en alimentos y complementos, y excluye a los lactantes, cuyo límite ya había sido evaluado.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.