Carlos Rus, presidente de ASPE.
Una ‘batalla’ económica se avecina. Apenas quedan unos días. Los
aranceles de Donald Trump, que llevan meses rondando la política comercial a nivel mundial, dejarán de ser una amenaza para
convertirse en una realidad este 1 de agosto. Será entonces cuando las tasas del presidente estadounidense,
fijadas inicialmente en un 30 por ciento, entrarán en vigor para todos los productos de la Unión Europea. A las puertas de este nuevo escenario, los distintos sectores se preparan para la llegada de los ‘aranceles Trump’, y las reivindicaciones continúan. La
sanidad privada, una de las afectadas por la
inclusión de tecnología médica y productos farmacéuticos -como medicamentos y vacunas-, es una de las que se ha alzado en los últimos días contra la medida. La última reacción ha llegado desde la propia patronal, que en conversación con
Redacción Médica ha aludido a la
búsqueda de una solución “que no afecte a algo tan esencial para la salud”.
La cuenta atrás ha comenzado. Solo quedan unos días para que los aranceles de
Donald Trump entren en vigor y provoquen cambios en el mercado económico mundial. Entre tanto,
la Unión Europea apremia hasta el último momento su respuesta presidente estadounidense. Incluso “sigue ajustando contramedidas” ante la imposición de estas tasas comerciales. Y, con ello, la Alianza de la Sanidad Privada Española (
ASPE) reclama la
exención de los distintos productos destinados al ámbito sanitario de este paquete.
La postura de la patronal es similar a la del resto de protagonistas del sistema sanitario.
"Estamos en contra de las políticas arancelarias, más si cabe cuando afectan a productos básicos para la salud de la ciudadanía”, afirman desde ASPE a este periódico. Su demanda va más allá, y detallan que, entre los perjudicados por los ‘aranceles Trump’ se encuentran los
"equipos de diagnóstico o medicamentos”.
Los ‘aranceles Trump’ y la tecnología sanitaria
La
tecnología sanitaria será uno de los puntos clave en la llegada de esta política arancelaria. Así lo confirmaron
fuentes del sector sanitario privado a Redacción Médica hace unos días. Concretamente, una de las consecuencias de esta ‘guerra económica’ que está a punto de dar comienzo será la
ralentización de la llegada de estos sistemas de última generación, entre los que se encuentran marcapasos o sistemas de monitorización avanzados. Asimismo, estas mismas voces incidían en que “la mayoría de los aparatos vienen de Estados Unidos, y eso va a provocar
movimientos en todo el mercado”.
“Se van a buscar a
nuevos productores de tecnología. El problema es que
van a aumentar los costes, los precios, y la demanda va a seguir siendo la misma, o incluso puede que crezca”, avanzaron las fuentes consultadas del sector sanitario privado.
Por su parte, ASPE no ahonda en esta cuestión, aunque sí que valora la importancia de estos dispositivos médicos, así como de los
productos farmacéuticos, de cara a mantener el ecosistema de la sanidad privada. De hecho, no han sido los únicos agentes que han solicitado la exención de la tecnología sanitaria de la política arancelaria.
En abril, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) ya
reaccionó a las amenazas de Trump. “Solicitamos que
la tecnología sanitaria quede exenta de cualquier arancel y se salvaguarde la seguridad de los pacientes, la continuidad de la atención sanitaria y la competitividad del sector, así como sus materias primas, accesorios y componentes", indicó la organización en un comunicado.
Las consecuencias de los aranceles para la sanidad
Las consecuencias de los aranceles de Donald Trump aún son un misterio. ASPE es consciente de ello.
“Aún es pronto para conocer el impacto”, responden fuentes de la patronal a preguntas de este periódico. No obstante, sí que hacen referencia a las
negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos, que siguen su curso. No obstante, por el momento Europa ya ha planteado dos paquetes de aranceles de 100.000 euros contra el país.
El diálogo entre ambas potencias dio comienzo varios meses atrás. Desde la llegada de Donald Trump al poder el pasado noviembre, la sombra de los aranceles ha traspasado el océano.
La Comisión Europea ha aparcado la respuesta del Viejo Continente (al menos durante unos días), pero los distintos sectores implicados ya están
solicitando la exención de sus productos.
Uno de ellos ha sido la industria farmacéutica, que ha apelado a la necesidad de
"salvaguardar el ecosistema farmacéutico en Europa". De esta forma, el sector ha insistido en que la Unión Europea y Estados Unidos se comprometan a "proteger a los pacientes excluyendo medicamentos y vacunas de los aranceles". Todo ello con el objetivo de mantener el estado de las ‘pharmas’ en Europa "en
beneficio de los pacientes, los sistemas sanitarios y la economía europea" a la par que se persiga un desarrollo en el ámbito de la innovación dentro de la UE.
El comercio mundial sigue en vilo. La llegada de los aranceles de Trump va a suponer un antes y un después en la política comercial de los países. Entre tanto,
el ámbito sanitario se prepara para el impacto de estas tasas, cuyo pistoletazo de salida llegará este 1 de agosto. Ya no habrá prórrogas, la fecha ya está marcada. No hay vuelta atrás. Así lo ha dicho el presidente de Estados Unidos, que ha confirmado que no piensa retroceder. La ‘batalla’ se avecina, y Europa, y la propia sanidad, se preparan para ello.
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