María Jesús Lamas, Donald Trump, Juan Yermo y Javier Padilla.
Donald Trump dirige el foco de su ávida
política arancelaria hacia la
industria farmacéutica. “En las próximas dos semanas”, ha advertido el presidente de
EEUU, se anunciarán nuevos gravámenes para enfriar las importaciones de medicamentos y fomentar, por consiguiente, la producción y comercialización nacional. Sus palabras no han tardado en retumbar en España, que se prepara para minimizar en la medida de lo posible el impacto de este nuevo órdago de la administración estadounidense. Tanto el Ministerio de Sanidad como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Farmacéuticos (Aemps) avanzan que lo urgente en estos momentos es identificar riesgos y evaluar el grado de afección sobre el suministro de fármacos, que se espera contenido al menos en el corto plazo, mientras que desde el sector industrial urgen a una
solución negociada.
En la orden ejecutiva que ha suscrito este martes, Trump aboga por reforzar la
“base de manufactura nacional” de medicamentos “con receta”, así como de los “ingredientes y materiales clave” para su producción. Ello pasa, entre otras medidas, por agilizar los permisos para la construcción de fábricas. El magnate insiste en que EEUU está siendo víctima de
“estafas” por parte del resto de países, a los que ha advertido de que impondrá
nuevos e “importantes” gravámenes que afectarían directa o indirectamente a compañías españolas.
“Las compañías farmacéuticas van a volver rugiendo, todas van a volver a nuestro país porque si no lo hacen
van a tener un gran impuesto que pagar -bramó hace escasas semanas-. Y si lo hacen, me alegraré mucho”.
Aprietan los dientes en el sector farmacéutico español. También en el Ministerio de Sanidad, que tilda de injustificada la política de Donald Trump.
Javier Padilla, secretario de Estado del ramo, hace sin embargo un llamamiento a la calma: “Está todavía en duda cuál va a ser la
afectación en el sector farmacéutico y de los productos sanitarios”.
Consultado por
Redacción Médica, el ‘número dos’ del Ministerio de Sanidad conviene en que hay un “proceso creciente de toma de conciencia” de que el sector de los medicamentos y los productos sanitarios es “estratégico” y de que, por ello, ha de “quedar reflejado” en los planes de contingencia que elabore el Gobierno de Pedro Sánchez para paliar los efectos de la batalla comercial con EEUU. “Pero tiene que estar
en función de cuáles vayan a ser los impactos reales, que es algo que está todavía un poco en duda porque la política llevada a cabo por Estados Unidos es cuanto menos errática”, zanja.
Grupo de trabajo de las agencias de medicamentos europeas
La Aemps trabaja ya en este sentido de la mano de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y el resto de organismos del territorio comunitario. El objetivo es cuantificar y
evaluar el daño que causarían los aranceles sobre el suministro de medicamentos en la
Unión Europea (UE), y para ello han formado un “grupo específico de trabajo”. “En general no se han identificado riesgos inmediatos, aunque se mantiene el seguimiento”, avanzan desde la organización que dirige María Jesús Lamas.
De forma paralela, el presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, anunció recientemente la formación de una
Comisión Interministerial presidida por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, para dar “mitigar los impactos negativos de la guerra comercial iniciada por la administración Trump”. El mandatario socialista dejó en manos de la Unión Europea la responsabilidad de dar una respuesta “proporcionada” a EEUU, aunque en todo caso rechazó la “reciprocidad”.
La Aemps ha recordado que la elevación de aranceles unilateral de EEUU (si no hay correspondencia en territorio UE) “afectaría a los medicamentos que ellos importan desde Europa por lo que
ellos serían los primeros en sufrir problemas de suministro”.
Por su parte, desde
Farmaindustria han considerado la situación como un peldaño más en “la escalada de una guerra comercial que no beneficia a ninguna de las partes y perjudica a todos”. Así lo han justificado fuentes de la industria consultadas por este medio.
Según el sector, “unos posibles aranceles por parte de EEUU a los medicamentos tendrían
un coste directo sobre los pacientes, los sistemas sanitarios y la industria farmacéutica en Europa”. “Los aranceles ponen en riesgo la producción de medicamentos en Europa y pueden afectar a los medicamentos esenciales”, concluyen.
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