La paradoja de hacer Medicina en España: más facultades y menos egresados

En lo que respecta a la carrera de Medicina, España se encuentra inmersa en una dicotomía especial: mientras que es el país con más facultades de Medicina por habitante del mundo, con un total de 53 centros, siendo 38 públicos y 15 privados, a su vez se sitúa por debajo de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en cuanto a graduados en Medicina por cada 100.000 habitantes. En el año 2023, nuestro país tenía una media de 13,6 graduados por cada 100.000 habitantes, quedando por debajo del promedio recomendado por la OCDE, de 14,5. Esta paradoja queda patente en el Estudio sobre Demografía Médica 2025 de la Organización Médica Colegial (OMC), texto en el que señalan que la cifra de facultades, que supera a Corea del Sur, está muy por encima de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, Antonio Compañ, afirma a Redacción Médica que, pese a los datos, España se encuentra en el promedio: “No producimos ni demasiados ni pocos graduados en comparación con nuestros vecinos, estamos muy cerca de la media europea”. Añade que el hecho de que países como Rumanía o Bulgaria tengan tasas más altas de médicos no tiene que ver con una necesidad real de la población, “sino porque se han convertido en hubs educativos que forman médicos para el resto de Europa, pues muchos estudiantes de Alemania o Francia van allí a estudiar cuando no entran en sus países”.

Además, Compañ señala que, a diferencia de otras carreras universitarias donde el abandono ronda el 20 o el 30 por ciento, en Medicina el abandono es extremadamente bajo en la mayoría de Europa. El presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina hace hincapié en que España produce graduados al ritmo exacto de la media europea: “El cuello de botella no suele estar en la facultad, es decir, en el grado, sino en la formación especializada, en las plazas MIR, y las condiciones laborales posteriores”. Asegura que el grado en medicina en España es “muy eficiente económicamente para el Estado en términos académicos”, y que tiene una “tasa de abandono residual”, por lo que casi toda la inversión en plazas universitarias se traduce en médicos titulados.

Un crecimiento descoordinado

Las universidades privadas son las protagonistas de este aumento de la oferta académica para estudiar el grado de Medicina en España. Actualmente, las plazas en la universidad pública han crecido en un 51 por ciento, pasando de 4.000 plazas en 2001 a 6.728 en 2024, que, aunque es un porcentaje significativo, se queda muy por debajo de la expansión propiciada por la academia privada que ha tenido un crecimiento del 258 por ciento, ofertando un total de 8.806 plazas para el curso 2024-2025, según los datos de la OMC.

Este crecimiento, sin embargo, se percibe como descoordinado por parte de los médicos, que explican que el sistema actual requiere que el médico obtenga un título de especialista para ejercer en la sanidad pública, un proceso que suma entre 11 y 12 años de formación, sumando los seis de grado, uno de preparación MIR y cuatro o cinco de residencia. De esta forma, la desconexión entre el "numerus clausus" de las facultades y la oferta de plazas MIR amenaza, según la OMC, con generar un exceso de médicos sin posibilidad de especialización, un fenómeno que podría reeditar la figura del Mestos (Médicos Especialistas Sin Título Oficial).

Miles de médicos en paro 

Hablando en datos, la convocatoria MIR de 2025 ofreció 9.007 plazas, con Medicina Familiar y Comunitaria y Comunitaria acaparando la mayor parte de las mismas, ascendiendo a 2.508. A pesar de los esfuerzos por aumentar las plazas, la OMC señala que los estudiantes que inician el grado en 2024-2025 terminarán su especialización en 2036 o 2037, momento en el que el problema podría ser el contrario: miles de médicos especialistas podrían estar desempleados o forzados a la emigración para entonces.

Por este motivo desde la Organización inciden en que es “necesario y muy urgente mejorar la estabilidad y las condiciones laborales, profesionales, retributivas y cargas de trabajo para hacer atractivo ejercer de médico en España”, haciendo una actuación centrada, sobre todo, en Atención Primaria y “en los centros de difícil cobertura y aislamiento de la España vaciada”.