Comités interhospitalarios, enfermeras gestoras, ejercicio y tecnología son las claves de este hospital madrileño

María Sereno y Enrique Casado.


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En el Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, el abordaje del cáncer de pulmón se ha convertido en un ejemplo de atención integral que combina la excelencia clínica con una visión humanista y multidisciplinar. Este centro es uno de los ocho seleccionados para protagonizar la primera edición de 'Diferenciales', una serie de videorreportajes de Redacción Médica, en colaboración con BeOne Medicines, que tiene como objetivo mostrar cómo distintos hospitales del Sistema Nacional de Salud abordan esta enfermedad de manera única e innovadora. Estos centros apuestan por brindar una asistencia diferenciada, siempre poniendo al paciente en el centro.

Desde el propio Servicio de Oncología de este hospital, su jefe, Enrique Casado, defiende la necesidad de integrar los cuidados paliativos y el acompañamiento emocional desde las primeras fases de la enfermedad, algo que el centro ha logrado incorporar de manera estructurada. “Es muy importante que los cuidados paliativos se integren en la actividad asistencial oncológica desde etapas precoces, porque eso tiene beneficios claros para el paciente y para el cuidador, en términos de calidad de vida y de menor carga física y psicológica”, explica.

El servicio cuenta con un equipo de soporte hospitalario que colabora estrechamente con las consultas oncológicas. “Los pacientes con carga sintomática o criterios pronósticos concretos son valorados precozmente, lo que facilita un seguimiento continuo y coordinado con psicólogos y otros profesionales desde el principio”, detalla Casado. Esa coordinación se completa con una red de consultas paralelas que incluyen nutrición y otras áreas multidisciplinares, y con una enfermería específica dedicada a cada patología. “Las enfermeras acompañan al paciente desde la primera visita, hacen seguimiento antes y después del tratamiento y mantienen accesibilidad para resolver problemas. Los pacientes se sienten muy acompañados, y esa cercanía es fundamental para su tranquilidad”, añade.

Enrique Casado, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Infanta Sofía.


Esa atención integral se refuerza con programas que abordan el bienestar físico de los pacientes. Desde 2021, el hospital desarrolla junto al Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes un programa de ejercicio físico con resultados sobresalientes. “Surgió de la necesidad de incorporar el ejercicio como parte del tratamiento, antes, durante y después del diagnóstico”, explica Casado. El oncólogo recuerda que las recomendaciones teóricas no son suficientes: “No basta con dar unos papeles o una app, porque eso no genera adherencia; lo que hay que hacer es cambiar hábitos de vida”. Inspirados en experiencias canadienses, el Infanta Sofía y el Polideportivo Dehesa Boyal pusieron en marcha un programa de cuatro meses de duración que combina la actividad física con un seguimiento clínico personalizado.

Los pacientes acuden tres días por semana a sesiones de una hora, en grupos reducidos que fomentan el vínculo y la motivación. Antes de incorporarse, son cribados con cuestionarios estructurados para garantizar que pueden realizar el ejercicio de forma segura. En el proceso interviene un equipo multidisciplinar en el que participan médicos del polideportivo, psicólogos, licenciados en Ciencias de la Actividad Física, enfermeras y el servicio de rehabilitación. “Estos grupos pequeños permiten un seguimiento muy personalizado y generan una dinámica social enormemente favorable”, afirma Casado. El resultado es una adherencia al programa del 85 % y un impacto muy positivo en el ánimo y la calidad de vida. “Los pacientes nos dicen que les ha cambiado la vida. Muchos llegan pensando que no podrán hacer ejercicio y salen mejor de lo que entran”, resume.

El programa está abierto a todos los tipos de cáncer y ha alcanzado un volumen notable, con más de sesenta pacientes por cuatrimestre. Para el jefe de Oncología, el modelo es “exportable a otros municipios” siempre que se mantenga la filosofía de trabajo en equipo. Además, la iniciativa ha derivado en nuevas líneas de investigación sobre la relación entre nutrición, ejercicio y evolución de la enfermedad. “Vamos a empezar un análisis en cáncer de mama que estudie datos biológicos y nutricionales para ver cómo este programa impacta en los aspectos metabólicos y clínicos de los pacientes”, avanza.

“Vamos a empezar un análisis en cáncer de mama que estudie datos biológicos y nutricionales para ver cómo este programa impacta en los aspectos metabólicos y clínicos de los pacientes”.

“Vamos a empezar un análisis en cáncer de mama que estudie datos biológicos y nutricionales para ver cómo este programa impacta en los aspectos metabólicos y clínicos de los pacientes”.


La innovación tecnológica es otro de los pilares del servicio. Casado insiste en que el futuro de la oncología pasa por una transformación profunda del modelo asistencial. “Nuestra medicina está centrada en el paciente, pero debe basarse cada vez más en datos y apoyarse en las nuevas tecnologías. Esto nos permite controlar mejor lo que le pasa al paciente en su día a día, anticiparnos a los problemas y ayudarle en su autocuidado”, señala. Para ello, el hospital ha desarrollado una herramienta digital de salud, mHealth, dentro de un consorcio de investigación Alibir en el que participan el Instituto Madrileño de Desarrollo y Estudios Avanzados de Nutrición y Nutrigenómica (INDEA), la Universidad Politécnica de Madrid y el CSIC.


"Las enfermeras acompañan al paciente desde la primera visita, hacen seguimiento antes y después del tratamiento y mantienen accesibilidad para resolver problemas"



Esta aplicación recopila información integral del paciente a través de cuestionarios y dispositivos portátiles, como wearables, que registran síntomas, actividad física, sueño o estado emocional. La herramienta devuelve al paciente recomendaciones personalizadas según su estado, mientras que los profesionales pueden detectar alertas en tiempo real y adaptar la atención. “Nos anticipamos, decidimos mejor en consulta y evitamos complicaciones. En un ensayo clínico piloto en cáncer de pulmón, los resultados fueron muy buenos”, destaca Casado. En una segunda fase, denominada IA-Libir, el sistema incorpora inteligencia artificial para mejorar los consejos automáticos y analizar los datos de lenguaje natural, con el objetivo de optimizar la atención y extraer conclusiones aplicables a la práctica clínica.

El papel de la enfermería es esencial en este modelo. Desde hace años, el hospital apostó por introducir la figura de la enfermera gestora, especializada y formada en cada patología. “Acompañan al paciente desde la sospecha de malignidad, incluso en la fase de diagnóstico, hasta su alta o seguimiento en atención primaria”, explica Casado. Estas profesionales garantizan que las pruebas y los plazos se cumplan, gestionan incidencias y sirven de enlace entre los diferentes niveles asistenciales. “Son un recurso que aporta una calidad muy especial a una medicina verdaderamente centrada en el paciente”, concluye el jefe de Oncología.

Esa visión de continuidad asistencial es compartida por María Sereno, oncóloga responsable de cáncer de pulmón en el Infanta Sofía. “Contamos con una red de enfermeras gestoras bastante extensa y en el área de pulmón son fundamentales. Nos apoyamos en ellas para la acogida inicial, la gestión de citas y el seguimiento clínico. Llaman a los pacientes después de los primeros ciclos para ver cómo han tolerado el tratamiento y si ha habido toxicidades”, describe. Su papel también es clave en la investigación: colaboran en la extracción de muestras y en la coordinación de los ensayos clínicos. “Es una herramienta vital hoy por hoy en nuestras consultas”, afirma Sereno.

María Sereno, oncóloga responsable de cáncer de pulmón del Hospital Infanta Sofía.

María Sereno, oncóloga responsable de cáncer de pulmón del Hospital Infanta Sofía.


La especialista destaca el valor de esta figura especialmente en hospitales de tamaño medio como el Infanta Sofía, donde muchos pacientes deben desplazarse a otros centros para pruebas o tratamientos. “Que haya una persona que coordine esas pruebas externas y que sea un referente para resolver retrasos o incidencias aporta una calidad extra. Debería implantarse en todos los centros”, sostiene.

Comités de cáncer de pulmón interhospitalarios


El trabajo multidisciplinar es otra seña de identidad del hospital. Los comités de cáncer de pulmón son interhospitalarios y reúnen a especialistas del Infanta Sofía, La Paz y Puerta de Hierro. “El primero nos da soporte con radioterapia y el segundo con cirugía torácica, y también participan neumología y anatomía patológica, con quienes trabajamos de forma muy estrecha”, explica Sereno. Aunque se celebran de forma virtual, estos comités funcionan con gran fluidez y permiten decisiones consensuadas en cada caso.

“Contamos con una red de enfermeras gestoras bastante extensa y en el área de pulmón son fundamentales. Nos apoyamos en ellas para la acogida inicial, la gestión de citas y el seguimiento clínico

La oncóloga subraya además la incorporación de las áreas de soporte (nutrición, ejercicio o geriatría) en la toma de decisiones desde las fases iniciales. “En la primera consulta el paciente ya es valorado por un nutricionista, que evalúa su estado nutricional y muscular para prevenir la sarcopenia y optimizar su preparación para la cirugía o el tratamiento”, detalla. En los casos metastásicos, se refuerza el apoyo nutricional y se ofrecen pautas de actividad física individualizadas. Además, los pacientes se integran en un estudio europeo en el que se analizan biomarcadores en saliva, sangre y heces para crear un algoritmo de predicción del riesgo de desnutrición y pérdida muscular. “Es un estudio internacional que realizamos junto con el Hospital de Parma y el Instituto INDEA, y del que estamos muy orgullosos porque es algo muy novedoso”, añade Sereno.

La apuesta por la digitalización también se extiende a la nutrición personalizada. En el marco del mismo consorcio con la Universidad Politécnica y el INDEA, el servicio ha desarrollado la aplicación iHealth, diseñada para capturar información continua sobre alimentación, actividad física, sueño, síntomas y toxicidad. Los pacientes utilizan un dispositivo Fitbit y completan cuestionarios validados que permiten a los profesionales tener una visión completa de su evolución entre consultas. “En las consultas de oncología tenemos poco tiempo y capturamos poca información. Esta herramienta nos daba una fotografía global del paciente y la posibilidad de generar alertas atendidas casi en tiempo real por la nutricionista”, explica la oncóloga.

Anticipar la recaída


La aplicación se validó en un estudio piloto con veinte pacientes, con gran acogida. “Los resultados fueron muy interesantes. Gracias a la información capturada pudimos adelantarnos a detectar progresiones o recaídas que de otro modo se habrían identificado más tarde”, reconoce Sereno.

Cristina Martin, supervisora de la unidad Hospital de Día Oncologico; Sandra Falagán, oncologa mèdica;María Sereno, oncóloga responsable de cáncer de pulmón; Enrique Casado, jefe del Servicio de Oncología; Yolanda Martin, enfermera gestora de pulmón; y Marta Villarino, nutricionista oncológica.

Cristina Martin, supervisora de la unidad Hospital de Día Oncológico; Sandra Falagán, oncóloga médica; María Sereno, oncóloga responsable de cáncer de pulmón; Enrique Casado, jefe del Servicio de Oncología; Yolanda Martin, enfermera gestora de pulmón; y Marta Villarino, nutricionista oncológica.


Para la especialista, la alimentación personalizada y el seguimiento continuo son piezas clave en el tratamiento del cáncer de pulmón. “Nuestros pacientes cuentan con un equipo de profesionales (oncólogos, enfermeras, auxiliares, nutricionistas y todos los implicados en el manejo del cáncer) con un alto compromiso con la calidad asistencial. Tenemos una red de soporte sólida y eso es la clave para que se sientan acompañados y bien tratados durante todo el proceso de la enfermedad”, concluye.

El modelo del Hospital Universitario Infanta Sofía combina, así, tres pilares fundamentales: el acompañamiento humano, la personalización terapéutica y la innovación tecnológica. El resultado es un ejemplo de atención oncológica integral que va más allá del tratamiento de la enfermedad para centrarse en la vida del paciente, su bienestar y su entorno. En palabras de sus propios profesionales, la oncología del siglo XXI no se limita a curar, sino a cuidar con ciencia, datos y empatía.

Hospital Infanta Sofía.

Hospital Infanta Sofía.

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