José Curbelo, médico internista y docente.
A la hora de preparar un examen es
muy importante tener en cuenta la modalidad, también en Medicina. No es lo mismo estudiar una prueba en la que vas a tener que desarrollar que una en la que tienes que reconocer la respuesta entre unas cuantas opciones, como es el caso del MIR: “En ellos no es necesaria una memoria profunda de evocación, sino una memoria de reconocimiento porque la respuesta correcta está delante de tus narices”,
explica José Curbelo, médico internista y docente.
Subrayar es fundamental
Si no conoces el temario del
examen que te estás preparando, puede ser una buena idea leer todo sin subrayar, para ir delimitando “el terreno de juego”, explica el docente, pero si lo has dado en la carrera hay que pasar directamente al subrayado. “
En el propio proceso de subrayar depositas más información en tu memoria, aunque no lo creas”, afirma Curbelo. Esto es debido a que, mientras decides qué debes subrayar, ya estás haciendo un proceso reflexivo en tu cabeza “que favorece la memorización”.
El siguiente paso es la
creación de tus propios resúmenes, teniendo en cuenta que hay que leer el texto, interpretarlo y crear uno nuevo, comenta el facultativo. “No lo vas a poder hacer con todos los temas que querrías, pero sí puntualmente con algunos temas que sean relevantes de asignaturas importantes”, puntualiza.
El siguiente paso: tablas, esquemas y algoritmos
Una vez se ha subrayado y se han hecho resúmenes, lo siguiente es
esquematizar las información o incluso hacer algoritmos, cosas que requieren más atención: “Sin duda, querrías hacerlo con todo, pero no vas a tener tiempo ni capacidad seguramente, pero sí es recomendable hacerlo según estás cerca ya del examen, precisamente con aquellas cosas que requieren memorización como el calendario vacunal o el TNM del cáncer de pulmón”, especifica Curbelo.
El especialista afirma que es
muy importante elegir bien el momento del día para hacerlo: “Mucha gente lo hace a primera hora pensando que está más despejado y es así, pero luego el resto del día al leer y seguir estudiando, se producen interferencias y todo ese proceso acaba mezclándose con todo lo demás”. Aunque es fundamental no llegar “harto y cansadísimo”, el experto dice que lo mejor puede ser dejarlo para la parte final del estudio del día.
Con amigos se llega más lejos
Aunque las reglas mnemotécnicas son muy útiles, el médico hace hincapié en que no se pueden usar para todo, y hay que reservarlas para aquello que “cueste mucho recordar y razonar”. Es por ello que se centra en la
importancia de estudiar con amigos, ya que cuando más
memorizas es cuando enseñas: “Es genial, porque ese tema que tengas ‘atravesadísimo’, te lo puedes preparar y enseñárselo a ellos. En todo ese proceso, lo recordarás ya de por vida”, concluye.
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