José Curbelo, médico experto en MIR
José Curbelo, médico internista y docente, da algunas claves para preparar el MIR de cara a la siguiente vuelta. Sus últimos consejos van encaminados a enfocar las que él considera "mal llamadas" asignaturas "pequeñas". "Siempre se ha tendido a ignorarlas y últimamente lo que se dice es lo contrario, que marcan la diferencia, y ni lo uno ni lo otro,
probablemente la clave está en el equilibrio", afirma Curbelo. Si se suman, estas materias suponen alrededor de
60 preguntas del examen MIR.
El médico advierte de que hay una
pega fundamental con ellas: "Están atomizadas y
hace falta estudiar una veintena de asignaturas para manejar todo ese conocimiento", explica. Además, Curbelo dice que sufren "un doble sorteo", por el que el
esfuerzo se puede ver diluido: "Imagínate que quieres estudiar cirugía plástica porque el año pasado cayeron cuatro preguntas y, de repente, en el examen solo hay dos", lo que sería el primer sorteo según el experto. "Y de esas dos, una es de dificultad extrema", siendo la dificultad este segundo sorteo, expone.
Colores para clasificar las asignaturas
Para poder afrontar mejor el examen, es importante
conocer bien las asignaturas a fin de dedicarle un tiempo y un formato de estudio que se adecue correctamente. Curbelo establece
tres características de cada asignatura: el número de preguntas, la dificultad de las mismas y su transversalidad. Es decir, cuanto más larga sea la asignatura, "más esfuerzo requiere y menos rentable es", en palabras del internista, que alude a que si es más difícil, también será menos rentable, y si es una asignatura que se puede ver desde otras, no merece tanto la pena dedicarle tiempo extra.
Curbelo clasifica las asignaturas con
tres colores para agilizar el estudio del examen
MIR. En primer lugar,
las verdes, que son las que "merece la pena echarle un vistazo en la siguiente vuelta, salvo que el calendario de tu academia las incluya", afirma. Se refiere a Geriatría, Inmunología, Cuidados Paliativos, Urgencias y Cirugía Vascular, aunque esta última suele incluirse en Cardiología. En segundo lugar,
las naranjas, a las que el médico prestaría más atención si hubiese tiempo y si se está por encima de las 100 netas en los simulacros: "Si se dan esos dos criterios te merece la pena repasar alguna de ellas, pero si no, no, porque el tiempo es limitado y es mejor que optimices tus esfuerzos", asegura. En esta lista está Genética, Cirugía Plástica, Anestesia, Maxilofacial y Alergología, que convergen con Otorrinolaringología, Neumología, Bioética y Medicina Legal.
En último lugar se encuentran las
materias rojas, por las que, según Curbelo, no merece hacer un esfuerzo extra. Pone el ejemplo de
Oncología: "Aunque tiene seis preguntas, es muy transversal y ves los tumores desde otras especialidades, y lo mismo le ocurre a Fisiología, o a Farmacología", comenta. También incluye Bioquímica por su
"extrema dificultad" o Anatomía Patológica por lo contrario: "Muchas veces con el caso clínico es suficiente para saber lo que hay que diagnosticar en esa biopsia", concreta.
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