Los estudiantes de Medicina encuestados en una investigación presentaron problemas de sueño
La
adicción al móvil es uno de los problemas más recurrentes entre los jóvenes. Algunos de los estudios más recientes, de hecho, explican que más del 40 por ciento de los usuarios entre 18 y 25 años utilizan sus smartphones durante más de cuatro horas al día, lo que les hace mostrar señales de ese ‘enganche’ a la tecnología. Este tema, esa adicción al móvil entre los jóvenes, es también uno de los objetos de estudio de una de las últimas publicaciones de la revista científica
BMC Medical Education, que ahonda en un
trastorno detectado en
estudiantes de Medicina a causa de esa relación adictiva: la
nomobofobia.
El estudio, titulado ‘La relación entre la calidad del sueño y la nomofobia entre estudiantes de Medicina’, busca “evaluar la prevalencia” de los
malos hábitos de descanso entre los estudiantes del
Grado en la Universidad de Ciencias Médicas de Kermanshah, situada al oeste de Irán, así como “identificar los factores asociados y explorar su relación con la nomofobia”.
Es en este punto donde los seis investigadores que han participado
en esta publicación responden a la pregunta:
¿Qué es la nomofobia? Este trastorno, según indican en el documento al que ha tenido acceso
Redacción Médica, se define como “el miedo irracional a no tener o no poder acceder al teléfono inteligente y sus servicios asociados”.
Las conclusiones del estudio
La revista
BMC Medical Education recoge todos los datos que engloban el estudio realizado en la Universidad iraní. Los seis investigadores analizaron los hábitos de descanso de
más de 400 estudiantes del
Grado de Medicina. De ellos, más de la mitad declararon haber tenido problemas para dormir en los últimos meses (un 53,7 por ciento), mientras que
el 80 por ciento de ellos presentó nomofobia. Un trastorno que, en su gran mayoría, oscilaba entre los estadios de moderado a grave.
“La alta prevalencia de mala calidad del sueño y nomofobia entre los estudiantes de Medicina es preocupante y pone de relieve la
urgente necesidad de intervenciones específicas”, resalta la publicación científica. El estudio, sin embargo, no se quedó ahí.
Tras estas conclusiones, los investigadores lanzaron su propia
propuesta. Así, explicaron que necesario “implementar programas educativos sobre higiene del sueño y uso de teléfonos inteligentes, junto con la detección regular de trastornos del sueño y
servicios de apoyo psicológico accesibles, podría mejorar eficazmente el bienestar estudiantil”. A ello suman que, en sus palabras, sería necesario realizar
“cambios en las políticas institucionales” de cara a abordar factores de
estrés académico.
La diferencia entre nomofobia y FOMO
La
nomofobia, el trastorno analizado en este estudio (que, por cierto, su investigación se realizó entre agosto de 2023 y marzo de 2024, y cuyos resultados han sido develados hace apenas unos días), es un fenómeno ‘reciente’. Es decir, pertenece a una nueva era, digital, en la que se ha sumergido la sociedad con la llegada de las nuevas tecnologías.
Este desorden, no obstante, puede parecer similar al
FOMO, aunque tiene algunas diferencias. Si bien ambos están relacionados con el uso de sistemas digitales, lo cierto es que el FOMO es una ansiedad por no tener acceso a contenido social, es decir, a aquel que se publica en plataformas o
redes sociales, o por quedar excluido de ciertas experiencias. La nomofobia, en cambio, se refiere a ese trastorno ocasionado por no tener el móvil disponible.
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