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16 sept. 2020 11:40H
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Escucho una cuña de radio de una administración autonómica que, de manera reiterada, asegura que la vuelta a las aulas, tras meses de obligada inactividad por la expansión de la Covid-19, se ha iniciado con  los “deberes hechos” por su parte y con todos los medios necesarios para garantizar la seguridad y salud, no solo del alumnado, sino del conjunto de la comunidad educativa.

Esta cuña de radio es un ejemplo más de que los mensajes e ideas que se intentan trasladar al conjunto de la ciudadanía desde cualquiera de las administraciones competentes no se corresponde, lamentablemente, con una realidad que preocupaba y sigue preocupando mucho a madres, padres, docentes y al resto de profesionales dedicados a ofrecer la mejor educación y formación posible a nuestros hijos e hijas.

Madres y padres que escasos días antes de la vuelta a las aulas han sido conocedores de las medidas finalmente implantadas en cada centro educativo para evitar la propagación del virus, con el consiguiente malestar e inquietud, y que han constatado que una de sus demandas desde hace mucho tiempo anhelada ha vuelto a caer en saco roto.

Salvo “honrosas” excepciones, las distintas consejerías de Educación y Sanidad no han apostado por propiciar la presencia en sus correspondientes centros educativos del profesional sanitario que mejor podría haber desempeñado las labores del muy necesario “coordinador Covid”. Una vez más, se ha dicho ‘no a proteger la salud de los menores y jóvenes a través de la implantación generalizada de la enfermera y enfermero escolar.

Labor de la enfermera escolar


Siempre necesaria y más que justificada, la labor de una enfermera o enfermero en los actuales tiempos de pandemia constituye la mejor manera de prevenir, vigilar y controlar la transmisión del coronavirus en los centros educativos. Podemos realizar decenas o cientos de planes y protocolos de actuación pero si no se cuenta con los profesionales que mejor pueden asegurar su cumplimiento seguiremos sin dar la respuesta necesaria al grave problema que sufrimos.

Se trata de algo tan obvio  e incontestable que la única respuesta de las administraciones publicas cuando se les pregunta porque no realizan la inversión correspondiente para contar con enfermeras y enfermeros en los centros escolares es la de intentar mirar hacia otro lado y agachar la cabeza.


"Tampoco está tranquilo el docente al tener que asumir una responsabilidad sanitaria que no debería cuando se le asigna ser el 'coordinador covid' correspondiente ante un problema de salud"


Señores consejeros  y señoras consejeras, por mucho que digan otra cosa en los medios de comunicación, los padres y madres tienen mucha razón en estar preocupados porque no se han puesto todos los medios para evitar en todo lo posible los riesgos que conlleva la expansión del virus para sus hijos e hijas, escondiendo frívolamente su clara responsabilidad. Y tampoco está tranquilo el docente al tener que asumir una responsabilidad sanitaria que no debería cuando se le asigna ser el ‘coordinador covid’ correspondiente ante un problema de salud pública.

Desde el parón de la actividad lectiva el pasado mes de marzo y una vez constatada por desgracia la gravedad de la pandemia, hubo tiempo suficiente para iniciar la implantación paulatina de la enfermera escolar en el conjunto del Estado y no se ha hecho por la misma razón que no se hizo antes, ahorrar gastos en lugar de destinar el dinero a lo que todo el mundo quiere y necesita.

¿Qué queremos todos y todas? Ver crecer sanos a nuestros hijos e hijas. Deseamos lo mejor para ellos y ellas y, por eso, reclamamos que, a lo largo de su etapa escolar, reciban una óptima formación y también que sean atendidos y cuidados si tienen necesidades sanitarias y que adquieran los valores, pautas de conducta y hábitos de vida que les ayuden a desarrollarse en las mejores condiciones posibles.

Una justa y generalizada demanda por la que seguiremos luchando las enfermeras y enfermeros, junto a los padres y madres, docentes y resto de la comunidad educativa. Estamos convencidos de que, más pronto que tarde, lo conseguiremos.