La medicina de precisión está ahí, pero no podemos centrar la innovación solo en el negocio que generan los nuevos tratamientos, que son muy costosos y que benefician a unos pocos, sobre todo a quien los promueve, apoyando la investigación y la formación de determinados profesionales que la aplican, en el contexto de la sanidad pública.

Es necesario abrir el abanico y aplicar la digitalización y la innovación de manera integral en todos los componentes del sistema sanitario.

Cuando la innovación sanitaria se orienta al negocio, la salud se resiente. La principal limitación de la salud digital es que no vaya acompañada de las herramientas y la formación necesarias para garantizar la calidad, la sostenibilidad y la humanización en las relaciones con los pacientes.

El mundo avanza hacia lo digital como una ola imparable, y esto afecta también al sector sanitario. El acceso a datos y a la evidencia científica es universal, y hay que aplaudir el avance del conocimiento, por ejemplo, hacia la medicina de precisión. La tecnología ha hecho que los diagnósticos sean más precisos y que los tratamientos sean personalizados, sobre todo en procesos como los oncológicos, cardiológicos o infecciosos.

Bienvenido el avance, sin embargo, la digitalización en salud no ha favorecido aspectos básicos del sistema sanitario como son la accesibilidad de los pacientes o la atención humana que reclaman.

Todos los sectores como el audiovisual, la música, el transporte y distribución, la seguridad, las relaciones personales, etc, han evolucionado hacia lo digital y se han transformado, cambiando radicalmente los modelos de negocio y la relación con sus clientes, que han girado modos y costumbres en torno a la digitalización, las nuevas tecnologías y el uso de dispositivos móviles.

Salud, aunque a un ritmo más lento, fundamentalmente por el rechazo al cambio de sus protagonistas, también evoluciona de lo analógico a lo digital, como lo hacen el resto de sectores.


"Cuando hablamos de Salud Digital hay que considerar que la salud no está en el hospital, ni en Atención Primaria, aunque sus centros se llamen de salud. La verdadera salud está en las personas, en su entorno y en la comunidad"




El proceso de transformación digital en salud ha sido positivo en la implantación de la Historia Clínica Electrónica, con sus limitaciones como la no accesibilidad universal; la telemedicina; la receta electrónica o el acceso a nuevas terapias, sin embargo, estos avances fruto de la digitalización, permanecen como herramientas de ayuda a la gestión y a los profesionales que facilitan la atención a los pacientes, que también ven sus limitaciones, como la del paciente falto de la mirada médica, reemplazado por el ordenador.

En cualquier caso, el proceso de transformación digital en salud avanza sin vuelta atrás, ofreciendo interrogantes como el papel que tendrá la Inteligencia Artificial en salud, la falta de formación de profesionales al respecto, o la brecha social de los pacientes y la ciudadanía en general.

La crisis del covid-19 puso en evidencia la importancia de la salud comunitaria, el papel de las organizaciones, la gestión de las residencias de personas mayores, los colegios y las propias estructuras de nuestros hospitales y centros de salud.

Para una transformación integral de salud es fundamental poner en el foco en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades, y para ello, al igual que se utiliza la medicina de precisión para tratar con terapias innovadoras y muy costosas, habría que centrarse en la prevención de dichas patologías, así como en la promoción de la salud.

Sería una forma razonable de reorientar la innovación, la investigación y la digitalización de la salud, teniendo en cuenta el ahorro que supone la prevención y no tanto en el negocio que generan los costosos tratamientos, que obligan a ajustar los presupuestos destinados a salud, limitando otros recursos y el tiempo que podría dedicarse a la información y atención que necesitan los pacientes.

Cuando hablamos de Salud Digital hay que considerar que la salud no está en el hospital, ni en Atención Primaria, aunque sus centros se llamen de salud. La verdadera salud está en las personas, en su entorno y en la comunidad. Por lo tanto, hay que avanzar en el proceso de digitalización hacia otras consideraciones como la utilidad en dichos ámbitos, para que se favorezca a los niveles de Atención Primaria, la atención domiciliaria, la gestión de la cronicidad, los cuidados y la humanización en todos ellos, dejando la atención hospitalaria para cuando sea la única opción posible, algo que, lamentablemente no es lo que ocurre, porque cuando los pacientes acuden a un hospital y éste se ve saturado, como sucede en época de gripe, es porque todos los sistemas previos han fallado, desde el colegio a la comunidad, la Atención Primaria o la formación y la orientación básica de los pacientes. Por lo tanto, Salud Digital sí, pero integral, con amplias miras.