Excma. Sra. consejera:

Bienvenida y enhorabuena por su comienzo de singladura. No ha llegado en tiempos fáciles, la palabra recortes se repite con demasiada frecuencia.

Hoy me dirijo a Vd. con la misma ilusión que un niño tiene cuando escribe su carta a los Reyes Magos.

Y quiero que mi petición se vea cumplida. Los profesionales no merecemos carbón y ¿sabe el motivo? Porque hemos sido buenos, hemos hecho los deberes, nos hemos esforzado por mirar a los ojos de los pacientes y no hacerlo hacia otro lado, a pesar de los recortes.

Probablemente, le habrán dicho que los colegios de médicos son gremiales, que inclusive son del ayer. Pero yo quiero transmitirle como presidente del Colegio de Médicos de Málaga, que la información, si es que se ha producido, no obedece a la realidad.

Los colegios de médicos procuramos trabajar por contribuir a dignificar el ejercicio de la profesión y a ser su garante. Una enorme responsabilidad. En los últimos años, el Colegio de Médicos de Málaga ha alzado la voz siempre desde la lealtad y con el respeto que merece la administración.

Y hemos manifestado públicamente nuestro posicionamiento contrario ante decisiones que consideramos no eran acertadas.

En esta carta que hoy le dirijo, Sra. consejera, le pido que fidelice al médico joven formado con dinero público para que no sienta el desamparo de una administración que los contrata a porcentaje, como si de una operación matemática se tratase.

Es hora de hacer contratos que no les obliguen a hacer las maletas en un viaje sin retorno.

No vale decir que van a mejorar su formación con nuevas experiencias; las nuevas experiencias para un médico que ha dedicado treinta años de su vida a formarse deben ser fruto de una decisión personal, no mediatizada por el muro de unas posiciones adoptadas desde la frialdad burocrática de los despachos.

Pero no crea que mi petición va exclusivamente encaminada hacia los más jóvenes, también hacia los profesionales a los que las canas les asoman fruto de los años y el trabajo acumulado durante sus vidas de dedicación a cuidar la salud de los pacientes.

A los médicos se les ha jubilado en formato exprés y simplemente con acuse de recibo. Triste forma de despedir y teniendo algunos de ellos que recurrir a los tribunales para poder continuar ejerciendo una profesión en la que acumulan experiencia.

Como las cartas a los Reyes están para pedir y los padres para conceder, también quiero pedirle que reflexione para no convertir a las profesiones sanitarias en profesiones burocráticas donde se atiende a los pacientes en cascada y donde prima el ver el mayor número de pacientes en el menor tiempo posible.

No, señora consejera, ése no es el camino, ni el de perseguir a los médicos que ejercen en el sector privado; transforme el complemento de exclusividad para que en el horario libre cada profesional pueda trabajar sin que ello suponga un castigo, más aún cuando su dedicación horaria es la misma que la del profesional que solo trabaja en el sector público.

Por último, y ya ve que no son excesivas peticiones, le pido que recupere el espíritu de la atención primaria de la década de los ochenta, promueva su segunda reforma.

Estos son mis deseos. Por cierto, se me olvidaba,  le ofrezco una ayuda para hacerlos cumplir: 7.000 médicos malagueños le van a ayudar, confíe en nosotros, tienda la mano consejera, necesitamos muy poquito para sentirnos de nuevo que somos integrantes de su equipo.

Ha comenzado su singladura con buen pie, ha tomado decisiones acertadas, siga el camino, nosotros le acompañamos.

Hasta pronto, consejera...


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