Las farmacéuticas Pilar Samper y Montse Villar.
La ‘conquista’ está en marcha. La población, las comunidades autónomas y los establecimientos ya se han unido. La
receta electrónica de la sanidad concertada de Muface, uno de los proyectos digitales más ambiciosos de la mutualidad, continúa con su implantación por todo el país. Esta herramienta está bautizada como Sirem persigue un objetivo principal: retirar
medicamentos sin necesidad de presentar un talonario en papel. Con esa meta, los
farmacéuticos, encargados de la dispensación de estos fármacos, explican a
Redacción Médica los
principales avances que trae consigo este sistema. Asimismo, también analizan la posibilidad de una
brecha digital entre los funcionarios y beneficiarios de
Muface.
El aterrizaje de la receta concertada de Muface
El
aterrizaje de la receta electrónica para la sanidad concertada de Muface ha sido paulatino. Si bien la implantación dio comienzo en 2020 con Cantabria como pionera, lo cierto es que no todas las comunidades autónomas han recibido este sistema por igual. Sin ir más lejos, la Comunidad de
Madrid, que concentra a 170.000 mutualistas del modelo sanitario concertado de la mutualidad,
ha recibido este mes de noviembre a Sirem. Cinco años después de su puesta en marcha en la comunidad cántabra.
La
crisis sin precedentes de Muface supuso un
parón en el asentamiento de este sistema. Hasta finales de 2024,
Cantabria, Asturias, Canarias, Extremadura, La Rioja, Navarra, Murcia, Baleares y las dos ciudades autónomas (
Ceuta y Melilla) habían acogido a Sirem. Tras ellas, el modelo dirigido por
Myriam Pallarés no volvió con sus planes hasta este mes de julio, cuando sumó a
Castilla-La Mancha y Galicia. Tras ellas llegó
Aragón, en septiembre, y
Madrid este mismo noviembre, un territorio al que
en unas semanas se unirá País Vasco.
Entre tanto, los farmacéuticos de esos lugares en los que hace apenas unos meses que ha llegado Sirem ya comienzan a analizar cómo ha sido este aterrizaje. Es el caso de
Pilar Samper, farmacéutica comunitaria en Zaragoza y secretaria general del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia aragonesa.
En conversación con este periódico, Samper explica que ha vivido la llegada de la receta concertada de
Muface con “ilusión y
una sensación de avance profesional”. “Llevábamos tiempo esperando la implantación en Aragón”, añade, haciendo referencia además a que “la receta electrónica
supone una atención farmacéutica más ágil y segura, tanto para los profesionales como para los mutualistas”.
Una opinión similar la tiene
Montse Villar, trabajadora de la Farmacia Eirís en A Coruña.
“Es un sistema más ágil, sencillo y seguro que la receta en papel”, apunta a este periódico.
Ambas farmacéuticas abordan también otro de los puntos clave de este asunto. Cuestionadas sobre cómo han recibido los titulares y beneficiarios de Muface
este aterrizaje en sus respectivas comunidades autónomas, las dos hablan de optimismo. Mientras que Villar ahonda que estos usuarios ya han mostrado satisfacción, Samper explica que
“la acogida está siendo muy positiva”.
“Los mutualistas valoran especialmente la comodidad y la seguridad que aporta Sirem. Ya no necesitan desplazarse para recoger recetas o visados, y
pueden acceder a su medicación en cualquier farmacia de la comunidad o en otras regiones donde el sistema está operativo”, incide la farmacéutica aragonesa a este periódico. Este asunto, en sus palabras, representa “una
mejora muy significativa en accesibilidad, especialmente para quienes viven en municipios pequeños o tienen movilidad reducida”.
La formación a los farmacéuticos
Las dos profesionales han recibido una
formación sobre la
receta electrónica concertada de Muface. Así lo confirman a
Redacción Médica, y es que los colegios provinciales les han enviado circulares informativas y materiales técnicos en los que se explica el proceso. De hecho, como dice Samper, este aprendizaje se ha centrado en aspectos que van desde “cómo acceder al sistema, los
diferentes estados de prescripción, cómo realizar
sustituciones de medicamentos o anular una dispensación”.
A todos estos temas se añaden el de “cómo dispensar
casos concretos como fórmulas magistrales y el tema de facturación”. Esta formación también incluye a su vez la gestión de posibles incidencias.
En el caso de Villar, que lleva un adelanto de unos meses con la
receta electrónica concertada de Muface con respecto a la experiencia de su compañera, la farmacéutica también aborda esta circular formativa. No obstante, apunta un matiz: “
Aún hay alguna duda que siempre surge al implementar sistemas nuevos de dispensación”.
La ‘brecha digital’ en Muface
En las últimas semanas se ha puesto sobre relieve la posibilidad de una
brecha digital en el uso de la receta concertada de Muface. Los funcionarios adscritos al modelo de asistencia sanitaria concertado de la mutualidad, en su mayor parte mayores de 50 años o jubilados, están el foco por
sus competencias digitales y la posibilidad de que estas sean un
obstáculo de cara al uso de Sirem.
“
A nivel de prescripciones médicas cada vez la brecha es menor. La gente ya está familiarizada con este tipo de gestiones”, apunta Villar sobre la situación que viven los mutualistas de Muface en Galicia.
Una postura idéntica la tiene su compañera en este reportaje. Samper, la farmacéutica aragonesa, ahonda en que
no cree que “exista una brecha significativa”. “En Aragón la receta electrónica del Servicio Aragonés de Salud lleva muchos años funcionando, por lo que incluso los pacientes de mayor edad están acostumbrados a utilizar este tipo de sistemas”, responde a
Redacción Médica.
Sus palabras van más allá, y es que ahonda en el funcionamiento de Sirem. “En el caso de los mutualistas de Muface,
el funcionamiento es muy similar: basta con presentar la tarjeta sanitaria de su entidad en la farmacia para acceder a la medicación. Además, en las farmacias ofrecemos siempre apoyo y explicaciones para resolver cualquier duda, de modo que la adaptación está siendo muy sencilla”, añade.
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