Un paciente es sometido a una endoscopia, teniendo un riesgo de retención gástrica asociado a semaglutida.
Un estudio realizado en el área sanitaria estadounidense
UMass Memorial Healthcare ha revelado nuevos datos que muestran los
efectos gastrointestinales de la
semaglutida, el agonista del receptor del GLP-1 recetado para la pérdida de peso como para el control glucémico de la diabetes tipo 2. Según los resultados publicados por la revista
Endoscopy International Open, los pacientes que toman este medicamento presentan una probabilidad muy superior de
conservar restos de comida en el estómago durante una endoscopia digestiva alta, lo que puede dificultar el procedimiento y aumentar el riesgo de aspiración.
Aunque ya existían investigaciones sobre el retraso en el vaciamiento gástrico producido
por la semaglutida, presente en fármacos como
Ozempic o Wegovy, este es el primer estudio que examina directamente la evidencia endoscópica y analiza de forma específica la semaglutida, cuyas
prescripciones superaron los 8 millones en 2021. Los investigadores explican que este enfoque era necesario, dada la expansión explosiva del uso de semaglutida y la necesidad de comprender su impacto en situaciones clínicas concretas, como los procedimientos endoscópicos.
Una diferencia marcada según la indicación del fármaco
Los resultados han revelado que la
indicación de semaglutida influye en su riesgo de retener alimentos. En el estudio se analizaron 1.045 pacientes que recibían semaglutida; tras los criterios de exclusión, 152 pacientes fueron emparejados con un grupo control para un análisis más riguroso. En el análisis,
el 12,5 por ciento de los pacientes que usaban semaglutida presentaban
retención de contenido gástrico (RGC), frente al 1,3 por ciento en el grupo control. La diferencia era aún mayor cuando el fármaco se utilizaba para adelgazar. En ese grupo,
casi uno de cada cuatro pacientes presentaron RGC.
En cambio, los pacientes que tomaban semaglutida para la
diabetes, solo 2,6 por ciento presentaron RGC,
sin diferencia estadísticamente significativa respecto al control. Estos datos indican que el riesgo de retención gástrica es mucho mayor cuando el fármaco se prescribe
para pérdida de peso, mientras que el uso para
control glucémico en diabetes no parece incrementar significativamente el riesgo.
Implicaciones clínicas: ¿basta con suspender el fármaco?
La retención de alimentos en el estómago supone un desafío durante una endoscopia porque reduce la visibilidad, dificulta intervenciones y
aumenta el riesgo de aspiración bajo sedación. Preocupaciones similares han llevado a que la
Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA) recomendara en 2023 suspender los agonistas del GLP-1 uno o varios días antes de los procedimientos. Sin embargo, la
Asociación Americana de Gastroenterología (AGA) propone
un enfoque más flexible, como seguir una dieta líquida el día previo sin necesidad de suspender el tratamiento, especialmente en pacientes con diabetes.
El estudio aporta
datos que podrían orientar estas decisiones: Dos pacientes con restos gástricos que mantuvieron el tratamiento pero hicieron una dieta para gastroparesia y 24 horas de ayuno no presentaron restos en una endoscopia repetida. Esto sugiere que la
modificación de la preparación previa podría ser más útil que interrumpir el medicamento.
Efectos prolongados y posibles riesgos
Otro hallazgo llamativo ha sido que algunos pacientes que suspendieron semaglutida por efectos gastrointestinales continuaron teniendo
síntomas durante dos a cuatro meses, mucho más tiempo del esperado considerando su vida media farmacológica de una semana. Aunque el estudio
no ha repetido endoscopias para evaluar correlación directa, los autores advierten que esto debe comunicarse a los pacientes, ya que la persistencia de síntomas podría ser mayor de lo asumido.
Aunque el estudio no ha encontrado una
diferencia estadísticamente significativa según la dosis de semaglutida, los pacientes con restos gástricos estaban tomando, en promedio,
un 93 por ciento más de dosis que quienes no los presentaban. Los autores aseguran que un estudio con una muestra mayor probablemente sí confirmaría una
relación dosis-dependiente. Esto podría, en un futuro, permitir estratificar el riesgo de aspiración en función de la dosis e indicación, algo
fundamental para anestesistas y médicos digestivos.
Limitaciones del estudio
Además, los investigadores destacan varios límites del estudio, como el
número reducido de pacientes debido a criterios estrictos de inclusión, datos provenientes de un solo centro académico, la identificación de restos gástricos dependió del juicio del endoscopista, no de una medición estandarizada, y la
falta de potencia para detectar algunos efectos, como diferencias claras por dosis.
A pesar de esto, subrayan que el
uso de datos endoscópicos reales y el riguroso emparejamiento por puntaje de propensión fortalecen las conclusiones. El estudio ofrece a los clínicos una
herramienta útil para evaluar riesgos antes de una endoscopia o cirugía, y plantea la
necesidad urgente de más estudios prospectivos que orienten protocolos claros en una era en la que el uso de semaglutida sigue creciendo a gran velocidad.
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